PSICOANÁLISIS Y X ANIVERSARIO DE ARCO EUROPEO PROGRESISTA

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Conmemoramos el X aniversario del nacimiento de Arco Europeo Progresista, momento entrañable para mi. Como muchos conocéis dirijo el área psicoanalítica de AEP. El psicoanálisis lucha por ocupar un lugar en el escenario social por eso debe interactuar con la realidad que transitamos y padecemos. Yo creo en un psicoanálisis inserto en el contexto social, a diferencia de algunos colegas más nostálgicos adheridos a la idea de un psicoanálisis puro y que se alejan de la realidad que nos circunda y determina.

El psicoanálisis es o debería ser una combinatoria entre los elementos de permanencia para no producir una ruptura y que nuestra disciplina quede delimitada y definida, pero en esa combinatoria de la que os hablo debemos permitir que otros elementos puedan entrar en nuestros territorios, a veces demasiado custodiados y que nos hagan mudar y poder sustituir el saber conocido por otro.

En ese sentido AEP abrió en su momento, gracias a la frescura de pensamiento de sus fundadores y de su presidente José Antonio García Regueiro la puerta al psicoanálisis. Vosotros como fundadores posibilitasteis un grupo de trabajo que mantenemos desde hace ya diez años. AEP es un territorio fecundo para el psicoanálisis, un puerto seguro para una disciplina tan atacada por muchos frentes. Me permite no sentirme solo y que otros pasos me acompañen, pasos que me animan a seguir mi andadura en esta disciplina que es también mi pasión.

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Todos los miembros de Arco no habéis dejado en estos 10 años de enriquecerme con vuestra presencia, con el calor de un cariño sin fallas y también el sostén permanente de vuestros consejos para vencer dificultades y continuar mi camino. Nacemos uno, pero a lo largo de los años devenimos muchos, y vosotros formáis, amigos de Arco parte de mí.

El psicoanálisis se ocupa entre muchas otras cosas del pensar y pensar es, cambiar de ideas. Se puede permanecer fiel a ciertos conceptos que funcionan como vértebras de una disciplina, pero no dudando en pensar y por tanto cambiar si algún hecho nos plantea el reto de iniciar una historia siempre nueva y viva.

En mi caso, pertenecer a Arco me permitió, creo, no convertirme en un caracterópata profesional, en un custodio de tesoros antiguos cerrado en una falsa erudición. De ahí la apertura al cambio y la posibilidad de jugar creativamente.

De este modo puedo seguir navegando con tenacidad como tripulante de un barco que aunque muchas veces lo sienta al borde del naufragio sigue flotando con rumbo seguro.

El psicoanálisis siempre quiso de una manera u otra cobijarse bajo el paraguas de las ciencias duras y a veces imponer sus modelos. En mi caso, pertenecer a AEP, charlar con mis amigos de este grupo de pensadores, me permitió dejar esta carga positivista y afirmar con más fuerza una mirada que contemple la complejidad, viendo con buenos ojos la novedad, el acontecimiento, el azar y la incertidumbre. En definitiva, una aventura radicalmente nueva. Y de hecho, cada proceso analítico debería ser precisamente eso, un lugar donde el pensamiento y la creatividad puedan jugar libremente, donde lo nuevo nos sorprenda en un espacio dialéctico de intercambio fructífero, donde el saber no está en ningún amo, si no en ese espacio, que es el de un sujeto del inconsciente, el de sus propios sentimientos y el de sus propios deseos, no quedando meramente a la espera de repeticiones ya descritas, y donde la memoria de lo aprendido nos servirá, si no somos dogmáticos ni repetidores, para descubrir lo nuevo.

Hoy el psicoanálisis debe estar claramente inserto en el contexto social y adaptarse a las situaciones que vivimos. Han cambiado los contextos socioculturales, no hay más que oír a mis compañeros de AEP cuando hablan en los distintos foros que hemos compartido. Nosotros los psicoanalistas estamos obligados a incluir modelos que contemplen aspectos subjetivos e intersubjetivos del otro.

Es verdad que en el mundo contemporáneo hay una impronta muy actual que desacredita el mundo interior de los afectos y las emociones a cambio de acreditar el mundo exterior de lo que se ve. Es frecuente escuchar que se deja de lado el discurso de las profundidades y ocupa su lugar el de la superficie. Que el sujeto alienado, víctima de la represión, deja su lugar al sujeto fragmentado asociado más a la idea de escisión.

Lo interesante es que en el modelo de las profundidades se puede pensar en términos de una historia, de un proceso que implica la noción del tiempo, de la elaboración de los recuerdos. En el de las superficies impacta más el espacio, el lugar o el “no lugar”. El mundo actual nos enfrenta ante una concepción sincrónica, la del suceso inmediato, lo muy actual, como desconectado de todo un proceso que incluyera la historia individual e incluso la social.

En estos términos, es fundamental, dar lugar reposadamente al espacio del pensamiento y en este sentido agradezco a la dirección de AEP y a sus fundadores el honor de poder entregar hoy un premio de pensamiento político en la figura del doctor Dn. Manuel Balado Ruiz-Gallego.

El Doctor Manuel Balado es:

  • Presidente del Instituto Internacional de Ciencias Políticas.
  • Profesor del Instituto de Estudios Políticos D´aix-en-Provence.
  • Representante ante UNESCO y Naciones Unidas sobre políticas de Seguridad Vial
  • Fue profesor del actual Rey Dn. Felipe VI

Es de destacar su compromiso con la educación y la pedagogía para vertebrar las relaciones sociales en un marco de exigente humanismo y de ciudadanía responsable y participativa.

Dr. Manuel Balado, estás rodeado en esta sala de tertulias Arco Hagion de tus amigos, yo entre ellos, que te admiramos por la profundidad de tu pensamiento, que en mi caso he podido disfrutar en las conversaciones contigo y en la escucha de tus palabras en distintos actos, como fue el compartido hace años en el Ateneo de Madrid.

Pensamiento político y psicoanálisis creo pueden transitar juntos por los espinosos caminos de la explicación social e individual de los hechos colectivos y del psiquismo personal.

Los psicoanalistas necesitamos de personas como tu, con tus conocimientos y profundidad de pensamiento. Algo que nos une contigo es además tu capacidad de escucha, tu dialéctica repleta de una frescura e inteligencia difícil de superar, y con un respeto exquisito a las opiniones del otro, contribuyendo más a la unión que a la confrontación.

Un desarrollo psicoanalítico que no considere las condiciones políticas, económicas y sociales sería algo así como una silla coja en la cual es muy difícil sentarse y mantener el equilibrio. Equilibrio que empuja hacia un punto en común, de todos los aquí presentes y es la libertad de pensamiento en el seno de un espacio, AEP, con las personas hoy premiadas y en el proceso de defensa, como el Dr. Manuel Balado siempre ha demostrado, de un nuevo humanismo, recuperando la dignidad de los valores comunitarios y del sujeto desalienado que permita a partir de dispositivos sociopolíticos progresistas una vida en comunidad más libre, más justa y solidaria como tu nos demuestras Manuel Balado como persona en tus actos y enseñanzas. De ese modo liberamos el constructo persona de cualquier reduccionismo donde se fragmenta lo humano al servicio de posturas e intereses insolidarios.

Mi plena enhorabuena al Dr. Manuel Balado por pertenecer a aquellos que a través del pensamiento y la reflexión se alejan de cualquier terrorismo teórico e ideológico que obstaculiza la libertad de pensar y cuestionar.

Que este premio que hoy te entregamos desde AEP te siga dando fuerzas para que puedas continuar creando con pasión y energía y que tu sabiduría permita abrir espacios donde la luz de la pregunta y la duda penetren y donde la norma no sea sólo la argolla del espíritu y el cementerio de la imaginación.

 Alfonso Alberto Gómez Prieto

Director del Arco Psicoanalítico de AEP

Jueves, 29 de Enero de 2015