Reflexiones sobre las elecciones al Ateneo de Madrid

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Reflexiones sobre las elecciones al Ateneo de Madrid

El próximo 30 de mayo los ateneístas elegimos la mitad de la Junta de Gobierno, entre ellos al Presidente, y decidimos sobre un nuevo proyecto de Reglamento. En los últimos años hemos vivido una evolución que ahora se puede someter a un análisis más reposado, desligado del acontecimiento que levantó pasiones, a veces encendidas, que fue, como ya saben, la aparición del Grupo 1820. Un grupo que tenía la singularidad de estar integrado por nuevos y antiguos socios y que traía como bandera la transparencia, un código de conducta y estándares de gestión de calidad.

Y con esta bandera ha conseguido, sucesivas veces, tener el apoyo mayoritario de los ateneístas tanto para la Junta de Gobierno como para las Secciones. Pero ahora, tras varios años de gestión, podemos contestar con más fundamento si se han cumplido dichas expectativas.

Desde mi punto de vista, resulta evidente que el Grupo 1820 tiene ahora una mejor reputación y credibilidad no sólo entre sus votantes iniciales sino también entre muchos ateneístas que nunca lo han votado. En estos años el Grupo 1820 ha potenciado el desarrollo cultural, ha mejorado las estrategias con la gente joven, ha dotado de moderna logística a las instalaciones, ha impulsado un proyecto de reglamento con el propósito de mejorar al actual, ha comunicado con acierto lo que hacemos y queremos hacer, ha reforzado la transparencia y los procedimientos de control y, además, ha traído excelentes profesionales.

Sin duda ha tenido gran influencia para que fuera así el actual Presidente del Ateneo, Luis Arroyo, pues desde sus primeros días no sólo ha puesto los medios para una eficaz gestión sino que también ha dado especial énfasis a que la Docta Casa sea un vehículo para potenciar valores democráticos y conductas éticas, rodeándose, para ello, de personas implicadas en los principios de convivencia, tolerancia y respeto.

Por lo expuesto, votaré a Luis Arroyo como Presidente y, por supuesto, a toda la candidatura del Grupo 1820 y al nuevo proyecto de Reglamento.

José Antonio García Regueiro

Presidente de la Sección de Ciencias Jurídicas y Políticas y ex Vicepresidente del Ateneo de Madrid

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«Tomar un café», menuda expresión… ¿lingüística? ¿social?

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«Tomar un café», menuda expresión… ¿lingüística? ¿social?

Por Pilar Úcar

A vueltas con el bebercio, cuando alguien nos invita -mejor, nos propone- “tomar un café”, conviene trascender de la literalidad de dicha expresión y entenderla como puro discurso social encaminado a un encuentro al margen de la hora, espacio, costumbre, país, cultura y gustos personales, o sea, “tomar un café” ha perdido su contenido en un claro proceso de desemantización.

Sin entrar en la casuística del cómo y dónde “tomar un café” -auténtica tesis doctoral de vocabulario, sintagmas preposicionales, adjetivos explicativos y especificativos ad hoc-, la estructura profunda de dicha expresión esconde -sumergida- mucho más que el famoso iceberg fílmico: tamaño, temperatura, mezcla y colores, receptáculo y aditamentos. Supone toda una lección de español nivel B2 para los extranjeros en nuestro país.

Como siempre, se ha de recurrir a la enjundia del acto comunicativo en el que se definen cada uno de sus elementos con una función concreta y específica. En este caso, el mensaje resulta capital y se muestra muy propicio a intencionalidad subjetiva, polisemia y distorsiones variopintas y hasta incorrecciones políticas de todo pelo y pelaje.

Parece, pues, que la expresión “tomar un café” ha perdido su esencia aromática y en el discurso social del que venimos hablando, extiende sus tentáculos hacia la ingesta de otros líquidos: agua, vino, licor, infusiones, por ejemplo… “Tomar un café” constituye un modismo, fijo y fijado, en el expresionario de nuestro idioma y, sin duda, me malicio, que para su total comprensión por parte del receptor (foráneo), necesita muletas y apoyaturas explicativas, una exégesis lingüística completa. De momento, ahí lo dejo, porque el verbo “tomar” se las trae también. Sigamos invitando, por ahora, a “tomar un café” porque de buenas a primeras, quedar para tomar un gin-tonic, lo veo algo abrupto y casi invasivo.

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Directora Pilar Úcar Ventura

 

La poesía de Humanosis en el Ateneo

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El próximo miércoles 24 de mayo se presenta en el Ateneo el Libro de poesía Humanosis, de la escritora Sandra Bruno; hablará con ella el también escritor Jorge Pozo.

Tras la introducción de José Antonio García Regueiro como Presidente de la Agrupación Ateneísta Agustín Argüelles y de Arco Europeo,  presentará el acto Belén Rico García, Presidenta ejecutiva de la Agrupación Ateneísta Ángel Garma y moderará Alfonso Gómez Prieto, Presidente de la Agrupación Ateneísta Ángel Garma.

SANDRA BRUNO (Toulon-Francia) es Licenciada en Administración y Dirección de Empresas por el Instituto Superior de Gestión (ISG) de París. Tiene un Máster MBA por la UNED y otro en Dirección de Personas y Gestión Empresarial por la UA.  Ha estado años trabajando en el sector privado para empresas multinacionales dentro de varios departamentos de gestión y administración. Además, ha ejercido de traductora en diferentes proyectos y, concretamente, en un proyecto europeo educativo llamado STRATEGICOM organizado por la Comisión Europea. Poco después, cursó estudios en grafología empresarial a través de la UDIMA y sigue ejerciendo esta actividad en la actualidad.

Realmente, su verdadera vocación fue siempre la escritura y, en particular, la poesía: más que un medio para expresarse representa su forma de entender y sentir el mundo que la rodea. De hecho, su pasión por la escritura y por la lectura se remonta a su infancia: lectora precoz y voraz, adicta a la biblioteca de su pueblo natal, escribió su primer relato antes de los diez años, antes de decantarse por la poesía en la preadolescencia.

Varios de sus poemas y un microrrelato suyo forman parte de las antologías Erotismo poético VIXI Concurso de poesía Versos en el aireI Concurso de Microrrelatos Madre no hay más que una, y Ellas (Diversidad Literaria, 2020-2021). En 2021 publicó su primer poemario La piel incierta (ed. Círculo Rojo).

Fue galardonada con el Primer Premio del Certamen Nacional de Poesía 2022 de Perales de Tajuña con su poema “La maleta”. En 2022 poemas suyos inéditos han aparecido en revistas digitales de proyección internacional como Revista Kametsa o Santa Rabia Poetry. Ha participado como poeta invitada en el II Festival Panhispánico de Poesía 2022 organizado por Casa Bukowski Internacional. Además, ha sido elegida Lectora del mes con su poema “El mejor sueño” en el Club de Lectura Reflejo (Ateneo de Málaga, nov. 2022).

Su poemario Humanosis es el segundo libro de su autoría en ver la luz (ed. Olé Libros, 2022). Algunos de sus poemas han sido traducidos al italiano. Ha estado impartiendo un taller online de poesía francesa titulado “La Revolución Poética francesa” en colaboración con Casa Bukowski Internacional en el mes de enero y parte del mes de febrero de 2023. Recientemente, participó en el centenario de la presentación del primer libro de León Felipe Versos y oraciones de caminante en el Ateneo de Madrid en abril de 2023. De alguna forma, ella también siente que no puede parar de caminar por el sendero de la poesía.

JORGE PORZO SORIANO es Licenciado en Publicidad y RR.PP. En 2008, y tras trabajar un tiempo en comunicación y eventos, decide abandonar un mundo que no le aportaba nada a nivel vital y decide graduarse en Maestro en Educación Primaria con Mención Especial en Lengua Inglesa mientras trabaja como monitor de natación, grado que termina en 2013 y tras el que vive dos años en Londres, trabajando como auxiliar de conversación y coordinando un proyecto en el que se enseñaba inglés a niños y niñas en Uruguay mediante videoconferencia. Vuelve a Madrid en 2015 por la muerte repentina de su madre, hecho que marcará de forma muy notable su vida desde entonces. Ese mismo año ve su primer libro publicado, Las bufandas de Lina y otros cuentos animalados. A este libro le seguirán, en 2017, El destino de Tamarán: Los reinos incógnitos, una novela juvenil de fantasía, y Un corazón para Opalina y otros cuentos fantabulosos. Estos tres libros fueron publicados por la Editorial Endmymion. También en 2015 empieza a trabajar como maestro de primaria, trabajo que mantiene en la actualidad.

En 2019 participa en la colección de cuentos Dame tiempo, para la editorial PPC (Grupo SM). Tras un par de años sin publicaciones, en 2021 publica La hija del soplador de vidrio, una novela juvenil de misterio con algunos toques fantásticos, en la editorial Malas Artes y participa en la antología de poesía breve Laberinto breve de la imaginación, en la editorial Cuadernos del Laberinto. Ese mismo año obtiene el XV Premio Internacional de Poesía Antonio Gala con el poemario Escrito bajo las uñas, que se publica en 2022 con la editorial El Toro Celeste. Unos meses antes, publica con Valparaíso el poemario Hogares impropios, que obtuvo en 2021 el I Premio de Poesía José Antonio Ochaíta de la Diputación de Guadalajara.

Es embajador de Casa del Libro, organiza el club infantil y diversos encuentros literarios en la Librería Taiga de Madrid, hace trabajos de corrección ortotipográfica y de estilo para la Organización de Estados Iberoamericanos y tiene un podcast en la radio digital Radio Off the Record, donde entrevista a personas relacionadas con el mundo de la literatura y un blog donde realiza reseñas y habla de literatura y educación.

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La palabra y esos buenos alimentos

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La palabra y esos buenos alimentos

Por Pilar Úcar

Con mayor frecuencia asistimos a la ampliación, al crecimiento inusitado e imparable de la familia léxica de la alimentación. El campo semántico referido a lo que se cuece en la cocina, engorda en razón proporcionalmente directa a la proliferación de dietas milagro, dietas yoyo o dietas prevacacionales; ya no resultan ajenas expresiones del tipo “experiencia gastronómica”, por ejemplo, o “momentos gastronómicos” que poco o nada tienen que ver con aquellos pucheros, hervidos, humos y vapores varios de hace años y décadas.

Lo literario se mezcla con los fogones y añadimos relatos, historias y fábulas a la simpleza de un caldo, al aliño de una salsa o al unto de un aceite.

Adjetivos, hipotaxis, sintagmas preposicionales para describir qué vamos a degustar, paladear y saborear. Sinónimos a cascoporro. Toda una estructura superficial, profusa y grandilocuente, para una minucia de chicha o enjundia. Son los secretos del lenguaje, los entresijos de modas y realidades. El idioma se mueve y cambia y en la comida, mucho. Galicismos mezclados con palabras fetén, de la tierra y castizas, italianismos más o menos populares y mejor o peor fonetizados…geografía y costumbrismo, viajes y platos nuevos o renovados, horarios de comida, timetable descabalado, de la fastfood al reposo del chupchup, del chef a la chefa y del sumiller a la sumillera. A ver quién tiene reaños con este desdoblamiento genérico -gramatical- por supuesto.

Algo tan primario y básico, esencial para la subsistencia humana, un derecho de todos y para algunos un bien preciado como es el comer (el bien yantar de antaño) se ha convertido en tema y contenido de multitudinarios congresos, titulaciones universitarias, debates polémicos, programas de campanillas…

Tradición y exotismo, de siempre y lo nuevo, la comida une, los alimentos facilitan “digestiones” complicadas creando inefables momentos lingüísticos y sociales.

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Directora Pilar Úcar Ventura

Poca palabra y mucha pompa…

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Poca palabra y mucha pompa…

Por Pilar Úcar

Pompa y circunstancia, pompa y boato, rugido estridente, entre anacrónico y circense entre extemporáneo y teatral. Porque de eso se trata, de un auténtico y genuino espectáculo con su script y su guion avant la lettre, sin saltarse ni una coma del papel asignado. Marionetas en un guiñol para solaz y esparcimiento de los amantes de la hipérbole, lo enfático, la euforia postiza.

Pocas palabras, muchas melodías: inventadas, salmodiadas, rítmicas, culturales, variopintas y hasta bailables.

Expresiones periclitadas, fórmulas regias anquilosadas que se sacuden, adormecidas, siglos de polvo, preguntas postizas y respuestas impostadas, aprendidas y cacareadas.

Conversación escenificada, tono modulado y entonaciones ensayadas.

El fraseo se escucha amplificado, el silencio se oye, se respira ceremonia y suntuosidad.

Los periodistas se afanan en esquivar huecos, vacíos televisivos que hundirían audiencias.

Rezos y proclamas, oraciones y salmos. Modismos propios de rituales añejos, lenguaje protocolario y liturgia rancia, todos los figurantes rodeados de antigüedades, convertidos en antiguallas.

Trompetas y timbales. Palmas y palmeros, luciendo palmito para llevarse la palma.

La estructura superficial ahoga a la profunda; del dicho al hecho, un gran trecho.

Todas las figuras retóricas reunidas en flemático conciliábulo, rimas y estrofas sarcásticas, morfosintaxis artrósica, semántica con muletas, vocabulario farfullando lo que el apuntador marca. Parafernalia lingüística, vítores en parihuelas.

Palabras rimbombantes, frases ampulosas, párrafos elogiosos, todo tan encomiástico idiomáticamente hablando, como se merece un acto de tal prestancia, trajes a medida con hechuras dislocadas y polícromas. Coherencia y cohesión en el verbo y en el gesto. Ademanes y aspavientos propios del aparataje desplegado para un momento tan notable y notorio. Fastuosidad, grandeza y vanidad, mucha vanidad. Oropel y carcasa. Procesión solemne, desfile, homenajes, reverencias. Cuadros vivos de pinacoteca animada y fotogramas en movimiento en el set de rodaje. ¡¡Prevenidos!!

God save the Queen (SORRY, the King)

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Directora Pilar Úcar Ventura

Esas palabras que usamos con tanta frivolidad

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Esas palabras que usamos con tanta frivolidad

Por Pilar Úcar

Serán las prisas que parecen dominar el discurso oral -que todo lo transmite a la velocidad del rayo- o será que el emisor incorpora nuevos términos, traídos y llevados de campos semánticos especializados a su conversación cotidiana, pero desde hace ya mucho tiempo, los diálogos, opiniones y comentarios que emitimos, pronunciamos y escuchamos en muchos momentos de nuestra vida cotidiana, se ven salpicados de palabras cuyo uso se acerca a la frivolité; y seguramente se debe a su rauda difusión a través de los medios y las redes y a una buena dosis de ignorancia por parte de los hablantes, sin duda.

Rara es la persona que no sufre ansiedad o padece estrés por los atascos o en su jornada laboral, en el ámbito doméstico…; de ahí a la adicción, pocos centímetros: esa música o la nueva serie televisiva, son adictivas, oímos.

Antes había que tener cuidado para no inhalar gases tóxicos, pero en los últimos años asistimos a relaciones tóxicas, programas tóxicos…

Conviene repasar el auténtico significado de vocablos como estrés, ansiedad, toxicidad o adicción – por no entrar en cuántos diagnósticos médicos y patologías se emplean de manera cómica para identificar alguna carencia, tara o defecto físico y mental-: más que políticamente incorrecto, su utilización supone grosería, vulgaridad e inexactitud, trato irrespetuoso, siempre.

Psicólogos, pedagogos, médicos y terapeutas, sociólogos y lingüistas llaman la atención acerca de la cantidad de palabras “biensonantes” que trufan día sí y día también nuestras interacciones sociales, y reclaman una vigilancia muy atenta además de exigir prudencia y, sobre todo, cordura y rigor a la hora de expresar mensajes de más o menos buen tono, con cierto tufillo de “cultez” pero que no dan en la diana, sino que se alejan del contenido certero y ajustado. Al pan…

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Directora Pilar Úcar Ventura

 

La palabra y que todo “fluya”

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La palabra y que todo «fluya»

Por Pilar Úcar

Recuerdo mis clases de literatura en la universidad y recuerdo cómo un profesor de literatura del siglo de oro, repetía con especial insistencia que no llegaba a entender eso de “fluir, estilo fluido, poesía fluida…”

Y nos preguntaba, bisoños y temerosos de su dedo acusador, si estábamos hablando de un río, de su corriente o de qué.

Con el paso del tiempo, observo, leo y escucho cada vez con más profusión “que todo fluya” formando parte de nuestro quehacer diario, de nuestra actitud vital, de planes y actividades y no sé si nos encontramos ante “nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar” como rimaba el poeta de “tanto fluir”.

La RAE lo define así: ‘correr un fluido por un lugar o brotar de él’. ‘Brotar con facilidad y abundancia (las ideas) de la mente o (las palabras) de la boca’, y me malicio que nos hemos adjudicado la definición para buscar sinónimos: ‘correr, manar o brotar’ (a sabiendas de que la sinonimia absoluta no existe) de quita y pon, acomodándolos a las circunstancias de cada uno.

‘Fluir’ se suma a muchos de esos verbos baúl en el que cabe de todo y sirve tanto para un roto como para un descosido.

No tengo clara la exactitud ni la corrección de su empleo. Los verbos han de plasmar acciones concretas que no confundan al receptor para evitar vericuetos comunicativos inextricables.

Conviene medir la talla de las palabras, y este verbo ‘fluir’ parece que se nos escurre como su propio transitar y no llega a definir con límites precisos toda su enjundia.

La imagen del agua de un río brotando y discurriendo se acomoda como anillo al dedo para la expresión que nos ocupa, es decir, que los asuntos sigan su curso.

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Directora Pilar Úcar Ventura

La palabra… tan “japimente”. ¡¡Cuánto adverbio en -mente!!

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La palabra… tan “japimente”. ¡¡Cuánto adverbio en -mente!!

Por Pilar Úcar

A poco que pongamos el oído en los medios, salta el -mente por doquier: a todas horas, sea o no reportero, presentador, experto, analista, opinólogo, tertuliano… quien dé la crónica o transmita un diagnóstico, comente tema de actualidad, juzgue chismes, vaticine futuros; todos ellos y también los ideólogos y docentes, personal de a pie y yutuber de pro. El -mente se nos ha colado en nuestra vida y nadie sabe cómo ha sido o sí, pero algo resulta cierto: no hay forma de deshacerse de él; que no digo yo que haya que clausurarlo y dejarlo en barbecho (aunque igual, sí), pero constato que el inconveniente de su uso, es el abuso, como todo, parece que en la medianía, o sea, no en la grisura, sino en el punto medio está la virtud, nos recuerdan los clásicos.

Aburre tanto -mente que poco aporta al discurso oral y a la escritura profesional, literaria, afectiva o mediática casi nada. Se ha convertido en una apoyatura, en un latiguillo con pretensiones de cultureta e intelectualoide: enhebrar unos cuantos, aturde y distorsiona el hilo de la conversación, por ejemplo.

Y yo me pregunto: ¿desde cuándo los españoles estamos “extremadamente enfermos”?

Mis estudiantes me contestan que están traduciendo extremely, del inglés, y yo me parto la caja (expresión trasnochada, lo sé). Como mucho, al ir a la consulta del médico, decimos: “estoy muy mal o súper mal” y punto; perdón, ahora ya no se lleva el punto, se dice y se escribe “fin” aunque sigamos hablando; paradojas lingüísticas a las que hay que sumarse rápidamente (o sea, con rapidez) si no queremos perder el carro de la comunicación rabiosamente (¿con rabia?) actual.

Ojalá a partir de esta reflexión, los adverbios en -mente no campen a sus anchas.

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Directora Pilar Úcar Ventura

El hastío de los deberes

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El hastío de los deberes

Rosa Amor

A menudo interpretamos la negativa de nuestro hijo a hacer los deberes como que «no quiere trabajar en el colegio». La forma correcta de conectar con él -aunque esto no lo resuelva todo- es intentar comprender lo que hay en su interior: lo que piensa de sí mismo, sus habilidades, sus capacidades y también lo que puede tener como representación del trabajo que debe realizar. Los niños sensibles e inteligentes, en particular, tienen una idea muy clara de lo que se espera de ellos, del nivel que les gustaría alcanzar, y son muy conscientes de la relación que existe entre su nivel actual y el que les gustaría tener. A menudo es esta diferencia la que les desanima desde el principio. Sienten que se enfrentan a una montaña, pero que nunca llegarán a ella.

En ocasiones, si se desaniman, es porque el trabajo requerido se experimenta como poco interesante, repetitivo, o porque los temas tratados no tienen sentido, porque es procedimental. Este es uno de los grandes males de nuestra educación: los niños pequeños se aburren y no hay necesidad al menos hasta los 11 o 12 años de martirizarlos con deberes. En Francia, apenas llevan tareas a casa. En la escuela primaria están prohibidos los deberes escritos. Sólo se permiten los deberes orales. En otras palabras, los alumnos pueden tener que hacer alguna lectura, aprender un poema, aprender una lección, pero no se espera que hagan un trabajo escrito de matemáticas o de francés. Los deberes suelen hacerse con bastante rapidez, a menos que haya una dificultad importante. Bastante tiempo de su vida pasan en el colegio, ya se ha visto que al final aborrecen estudiar y renuncian a hacer estudios superiores. Por tanto, crear hábitos cultos como leer, pintar, jugar, amplia la creatividad parece que se configura la persona de una forma holística y completa.

A menudo, hay un poco de todo esto en el desánimo y la resistencia del niño a hacer los deberes. También las estrategias de evasión, pero no la mala voluntad en sí. ¿Por qué? Porque los deberes pueden asociarse muy rápidamente en la mente del niño con un momento desagradable. Ya ha vivido muchas situaciones difíciles relacionadas con los deberes (su cansancio, el enfado de sus padres, las crisis a veces…). Los ha amontonado, día tras día, año tras año. A ello se suma su jornada escolar, en la que ya ha soportado muchas frustraciones. Así, noche tras noche, sesión de deberes tras sesión de deberes, se reactiva la memoria del cuerpo y la memoria de las emociones. Y lo que trata de hacer, con la mayor naturalidad posible, es evitar que esto vuelva a suceder. ¡Porque es doloroso para él! Al igual que cuando te quemas los dedos en una placa eléctrica, ¡haces todo lo posible para no volver a tocarla!

En este caso, hay que encontrar otras formas de hacer las cosas: crear pausas en la sesión de trabajo, dar al niño la posibilidad de elegir («¿con qué quieres empezar, con lo más fácil o con lo más difícil para ti?»)… E imaginar formas de fomentar el aprendizaje. Algunos niños necesitan movimiento para concentrarse. En este caso, podemos dejar que se retuerzan en su silla o sugerirles que reciten sus lecciones en una cama elástica o mientras saltan.

Si los deberes les resultan dolorosos o les parecen completamente desinteresados, pueden encontrar formas más lúdicas de hacerlos. ¿Cómo se puede hacer esto? Proponiéndole hacerlo en un lugar poco habitual, retándole, explicándole una lección con juguetes o cocinando… ¿Por qué no invertir los papeles para que sea el niño quien enseñe y nosotros, los padres, los que ocupemos el lugar del alumno? El truco está en hacer los deberes más atractivos.

Debemos pensar que a medida que pasa el tiempo, los deberes se establecerán como una parte importante de la vida cotidiana de los alumnos, a veces demasiado, según algunos padres. Sin embargo, los deberes también son una oportunidad para ver en qué punto se encuentra tu hijo, si tiene dificultades en la escuela, pero también para interesarse por el currículo de su Educación. Lo ideal es hacer los deberes lo antes posible para que este trabajo personal no ocupe demasiado espacio en casa.

Lo primero que hay que hacer para terminar los deberes rápidamente es, por supuesto, la organización. Organizar los deberes significa que no te retrasarás en tu programa de trabajo escolar y que podrás hacer los deberes con la mayor eficacia posible. La organización implica la elaboración de un calendario de tareas. Además de una agenda escolar en la que se anotan los deberes, cada alumno puede hacer su propia agenda de deberes. Esto puede adoptar la forma de un calendario en el que el alumno puede marcar los deberes que debe hacer a lo largo del mes. De este modo, el alumno puede tener una visión a largo plazo de lo que debe hacer y de los deberes que debe trabajar. También es posible hacer un calendario priorizando las tareas: una hoja de tareas urgentes, y una hoja de tareas a realizar a largo plazo. De este modo, el alumno puede ver en qué tareas puede avanzar para no verse abrumado. Este es un error muy común entre los estudiantes. La agenda, al ser presentada día a día, no ofrece realmente una visión general de las próximas semanas. A veces, los alumnos olvidan que un examen debe realizarse dentro de tres semanas, o que un trabajo debe realizarse a finales de mes. Los alumnos suelen darse cuenta en el último momento, cuando pasan las páginas. Para optimizar la organización y hacer las cosas lo más rápidamente posible, también es necesario compartimentar las tareas. ¿Tienes un trabajo de matemáticas para dentro de 10 días? Adelanta la tarea un poco cada día. Esto hará que sea más fácil y rápido de hacer. Asegúrate también de repasar las lecciones con regularidad para que no te pille desprevenido antes de un examen.

Como se ha explicado anteriormente, un planificador de deberes puede marcar la diferencia a la hora de terminar los deberes más rápidamente. No es que vayas a ser capaz de responder mejor a las preguntas de filosofía, mates o inglés, sino simplemente que podrás gestionar mejor el progreso de los deberes y se evitará perder el tiempo innecesariamente. Pero el horario no es la única herramienta útil para hacer los deberes rápidamente. Un escritorio bien organizado es tan importante como la agenda. ¿Por qué? Porque buscar los libros de texto u otros materiales para los deberes en medio del desorden hace perder mucho tiempo. Así que asegúrate de tener un espacio ordenado y organizado antes de empezar a hacer los deberes. ¿Y por qué no usar un despertador? Ya sea en tu smartphone o en un despertador tradicional, los despertadores pueden ayudarte a estimularte para que hagas tus tareas. Así que elige una franja horaria para hacer los deberes y trata de cumplirla. Fija una alarma para la hora a la que esperas terminar los deberes, ello hará que la concentración sea mayor. Es como una carrera contrarreloj, estarás más concentrado y querrás terminar tus tareas antes de que suene la alarma, como si fuera un reto. También hay que tener cuidado con las posibles distracciones durante los deberes. Los teléfonos inteligentes, y especialmente las redes sociales en ellos, son un verdadero enemigo de la concentración de los estudiantes. Para evitar ser atraído por el smartphone, considere ponerlo en otra habitación. También hay aplicaciones que permiten bloquear el uso de las redes sociales durante un periodo predefinido. Esto puede ayudar a evitar la tentación. Sin embargo, debes saber que ningún milagro te ayudará si llegas muy tarde a los deberes del día siguiente. Si te quedas sin tiempo, tendrás que hacer una selección de las tareas más importantes.

En particular, cada alumno puede establecer un horario bien definido para la realización de los deberes. Al hacer los deberes a la misma hora todos los días, el alumno adquiere un ritmo al que se acostumbra y un automatismo de concentración. El alumno sabe que entre las 17:30 y las 18:30 es la hora de los deberes, pero que después puede relajarse. De lo contrario, el alumno corre el riesgo de posponer los deberes indefinidamente. Elegir el lugar adecuado para trabajar también es importante, tanto como tener un escritorio ordenado. Si te sientas en medio del salón con la televisión encendida, lo más probable es que no te mantengas concentrado durante mucho tiempo. Otra forma de ser eficiente es establecer un sistema de recompensas. Puedes imaginar lo que harás después de los deberes: un videojuego, salir a correr por el jardín, quedar con un amigo, etc. Pensar en una recompensa te ayuda a motivarte y a mantenerte concentrado. También es posible establecer este sistema de recompensas paso a paso, con cada tarea completada puede tomarse un descanso de unos minutos. De hecho, hacer descansos también es muy beneficioso para la concentración. Las pausas le permiten relajarse y dar un paso atrás en algunas tareas que parecían muy complicadas antes del descanso. La música también es un sistema eficaz para la concentración. Muchos estudios científicos han demostrado que escuchar música ayuda a mejorar la concentración. Pero no cualquier música. La música clásica es la más eficaz. Yo recomiendo por ejemplo Händel, música barroca en general, pero si de momento no es tu fuerte, siempre se puede recurrir a la música relajante disponible en Internet.

A partir del instituto, los estudiantes tienen que hacer frente a un mayor volumen de trabajo personal. Entre el repaso, los deberes y los ejercicios, la organización es esencial. Una media de una hora por día escolar sería más que suficiente. Sin embargo, a partir de 2º o 3º de la Eso, se requiere más de trabajo personal. Sin embargo, entre los deberes, es importante no olvidar dejar espacio para el repaso regular de las lecciones. De hecho, aunque los profesores no especifiquen que se repasen las lecciones por la noche, es aconsejable que cada alumno repase las lecciones con regularidad para no perderse en la escuela. La revisión de las lecciones puede llevar unos 20 minutos, el tiempo necesario para releer el curso y entenderlo bien. Los estudiantes de secundaria a veces favorecen ciertas tareas que cuentan más para la media con el sistema de coeficientes. Pero en general, todos los temas son importantes. Los estudiantes deben dedicar más tiempo a las asignaturas que requieren más concentración y esfuerzo, aquellas en las que son más débiles.

CAPÍTULO DE EDUCACIÓN 

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Directora: Rosa Amor del Olmo

Expresionario semanasantero…

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Expresionario semanasantero

Por Pilar Úcar

Desde el trono, hasta el potaje, el titilar de los cirios, la saeta, los faroles, las lágrimas contenidas y la pasión, sufrimiento y dolor, penitencia y capirotes, playa y bronceador, pasos y paseantes, “¡¡guapa, guapa!!, con permiso del Altísimo, Judas y el cirineo, el santo sepulcro, pestiños, cofrades y camareras, aplausos a la madrugá, ramos y palmas, la borriqueta, atronadora la percusión, trompetas y las siete palabras, chiringuito y torrijas, recogimiento y perdón, indultos y pies descalzos encadenados, revivir pasajes del hagiógrafo, manzanilla para templar ánimo, turismo rural y refugio en la nieve, fotos y escaparate: en la calle, en la carretera y en el extranjero. Trasiego pascuero al son de los esforzados que elevan grupos escultóricos en clara competición de tonelaje: “el mío más” y el hombro dislocado, sacrificio, pena y premio; aflojar el bolsillo, dar suelta sin riendas ni mordazas, sentimientos y emociones a flor de piel, en la arena y en las esquinas, la tumba vacía, procesionar y el hábito de mozorro en mi tierra, llueve o no, el sol testigo del clima benigno, ir y venir, saludar y contar y cantar, la Virgen, mantillas y peinetas.

De negro o de color, tacones y chanclas, la mona y cometas familiares a la orilla del mar; fiestas y festejos, tradiciones y costumbres, felicitaciones y sonrisas, descanso y juerga… mañana, dios dirá, “que me quiten lo bailao, ya era hora, nos hacía falta” … Resurrección, tiempo de espera superado por la batalla de don Carnal y doña Cuaresma. Las tinieblas dan paso a la luz.

Alegría de estar y compartir, que se vea, “nos lo merecemos”; cuestión de almanaque hasta la próxima Semana Santa, ese tiempo de Pasión: “ocaso y muerte” que cede a la Gloria excelsa.

Hace poco he oído: “se acabó lo bueno”. ¡A trabajar!

DEPARTAMENTO DE FILOLOGÍA Y LENGUA ESPAÑOLA

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Directora Pilar Úcar Ventura