Gobierno en España. La ventaja de retirarse.

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El 11 de enero en estas misma página publiqué un artículo sobre una propuesta para un gobierno transitorio https://arcoeuropeo.org/?p=760. La propuesta era un gobierno del partido Ciudadanos con el apoyo del PSOE. En el ínterin de ese gobierno en el Parlamento se haría un nuevo marco jurídico para el funcionamiento del Estado español; volver a poner las bases del estado del bienestar, que el Partido Popular ha dinamitado en sus cuatro años de gobierno con mayoría absoluta. Esto podría hacerse en un plazo de dos años, ya que el trabajo sería muy intenso.

Por otra parte, la situación económica de España es calamitosa. En los últimos 4 años el PP ha endeudado a los ciudadanos en más de 400.000 millones de euros, un récord mundial en tiempos de paz. Cada ciudadano, desde los recién nacidos a la persona más anciana de nuestro país, debe casi 9.000 euros más como consecuencia de lo que llaman “buena gestión económica”. No habrá recursos públicos suficientes para afrontar una leve suba en el tipo de interés de nuestra deuda. Y todo este endeudamiento no ha traído ningún cambio estructural desde el punto de vista de la producción. Simplemente, los ciudadanos en nuestro balance financiero somos más pobres.

Transcurridos estos dos años, habría nuevas elecciones en un nuevo marco que no supondría un impedimento para un nuevo gobierno. El gobierno que asuma ahora lo hará con las leyes que lo atarán de manos para hacer un cambio profundo en la gestión de la cosa pública. Con órganos de control dominados por el PP. Valga como ejemplo el Tribunal de Cuentas. El PP lleva más de 25 años dirigiendo esa institución de control. ¿No corresponde que los órganos constitucionales expresen la nueva realidad política que se ha expresado en las urnas?

Cuando hice esa propuesta, la del 11 de enero, no se había desarrollado la negociación PSOE-Ciudadanos que ha llevado a un acuerdo de un programa de gobierno. En ese acuerdo el posible gobierno estaría en la mano del PSOE. Si fuese por mis preferencias, prefiero un gobierno del PSOE solo, camino a una confluencia de izquierdas. Pero como decía en el anterior artículo, hay que ver opciones posibles, no sólo la que nos gustan.

Terminar las elecciones del 20-D así no parece conveniente; debe haber otra puesta en escena. Y esto tiene que ver con el concepto de retirarse, desde el punto de vista las antiguas 36 estrategias chinas. Retirarse no es ser derrotado. Retirarse es estar dispuesto a seguir luchando, tanto en negocios, política o vida personal, en una nueva situación. En el arte de la guerra, Sun Tzu llamó a esta estrategia “someterse temporalmente al poderoso”. En este caso el poderoso es el voto de los ciudadanos españoles, que por un lado quieren un gobierno ahora y que por otro se han expresado votando lo que han votado. Guste o no guste. La propuesta del día de ayer del partido Compromís iba en esa dirección.

Ahora bien, no todas las soluciones son igual de posibles. El PP siempre votará en contra y es el partido que más diputados tiene en el Congreso. Podemos supone que si el PSOE vuelve al gobierno logrará recuperar parte del voto perdido, y en ese contexto busca igualarse con el PSOE en ser gobierno (co-gobernar que es algo más que dar un apoyo para la investidura). Ciertamente el número de votos del PSOE y Podemos hoy es muy similar. Otra opción de igualación es que ni PSOE ni Podemos sean gobierno ahora, ni juntos ni separados. Es la propuesta que gobierne solo Ciudadanos con el apoyo del PSOE y la abstención de Podemos. Tanto Podemos como el PSOE hacen un sacrificio en aras a tener un gobierno transitorio. En última instancia si Ciudadanos obtiene más apoyo en su acción de gobierno eso será la otra cara de la reducción del peso político del PP. Que nadie tenga duda, fuera del poder, el PP se va a tener que refundar. Los votantes de derecha acabarían, en su mayor parte, encontrando su lugar en Ciudadanos. ¿Y Podemos y PSOE? La labor parlamentaria les estaría esperando. Y dependería de la habilidad de cada equipo de partido ver con que fuerzas se llega de aquí a dos años a unas nuevas elecciones.

El primer partido que plante una retirada será premiado por el electorado en el corto plazo pero tal vez en el largo también. Nadie en España quiere volver a votar y es más, sería una constatación de un fracaso de la Política en mayúsculas, no de la vieja política, sino también de la nueva.

Esta estrategia número 36 tiene su base histórica en las guerras que el reino de Shu declaró contra el reino de Wei (período de los tres reinos, entre el año 190 y 260 D.C.). Seis veces el reino de Shu, el más débil de los dos, atacó al reino de Wei, al más fuerte. Lo interesante de esta situación es que en esas 6 veces se pudo retirar con su ejército relativamente intacto y esto preservó al reino de Shu. Posteriormente el reino más fuerte fue ganando terreno y esto posibilitó volver a tener un reino chino unificado (después de lo que había significado la extinción de la dinastía Han).

Lo que hay que entender en nuestro país, es que no es el partido A contra el partido B la cuestión. La cuestión de fondo es como lograr que el poderoso, el elector, vuelva a dar un voto que permita construir un gobierno estable. Es claro que en el 20-D no fue esta la decisión emergente de los electores.

Alejandro Brocato Cardoso, Economista.

La bella insatisfecha

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La belle indifférence siempre me sugiere la Belle Epoque. La Belle Epoque es una expresión nacida antes de la Primerra Guerra Mundial para designar el periodo de la historia de Europa comprendido entre las últimas dos décadas del siglo XIX, convencionalmente desde 1871 hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914. Quizá no sea tan casualidad que ahora se cumplan 100 años del final de esa época y nos encontremos abordando el tema de la histeria de nuevo.

La belle indifférence es uno de los fenómenos que, desde el punto de vista de la psicopatología clásica, más claramente muestran la manifestación histérica. Para introducir la histeria desde esta perspectiva, vamos a familiarizarnos con términos como alienación, sugestión, hipnotismo, catarsis, para llegar a la asociación libre de Freud y a la articulación entre la demanda y el deseo en Lacan.

Philippe Pinel (1745-1826), líder del movimiento alienista trazó las lineas fundamentales de la psiquiatría y de la psicopatología de la que somos herederos. Su obra publicada en 1798 con el titulo Nosographie philosophique ou Méthode appliquée à la médecine dedica su segundo volumen a las “neurosis”, entendidadas como “enfermedades de los nervios”. Se detallan cuatro tipo de afecciones; la primera de ellas, “las vesanias”, esta a su vez dividida en cuatro agrupaciones: hipocondría, melancolía, manía e histerismo.

Pinel apuntó determinadas predisposiciones hereditarios y concedió una especial importancia a los acontecimientos exteriores y a las emociones violentas en la génesis de la alienación. Apoyándose en estos fundamentos propuso sustituir el término tradicional de folie (locura) por el de alienation mentale. Este cambio terminológico, la sustitución de fou (loco) por aliene (extranjero), indica con suma precisión la ruptura radical con las visiones pretéritas de la locura: el alienado es un extranjero de si mismo que conserva, no obstante, un núcleo inalienable de humanidad; gracias a ese núcleo de humanidad conservada se podrá establecer con el algún tipo de relación transferencial que permitirá desarrollar el tratamiento “moral” o psíquico, además de conservar también su calidad de ciudadano, importante también en la Francia revolucionaria del momento.

En este siglo  XIX, fuera del terreno de la gran patología mental que terminaría por reunirse bajo la rúbrica “psicosis”, práctica de los psiquiatras y alienistas, el campo de los “nervios” y las neurosis estaba más próximo al quehacer cotidiano de los médicos de familia y de los neurólogos. Los balnearios, las curas de reposo, la electroterapia, los masajes y algunas formas rudimentarias de psicoterapia constituían las propuestas de tratamiento mas socorridas para estas patologías menores o “nerviosas”.

Sin embargo a finales del siglo XIX y merced al trato con sujetos histéricos, se produciría una nueva dimensión de la clínica mental que traería como consecuencia el nacimiento del psicoanálisis. Denostada como pocas otras alteraciones, la histeria incomodaba sobremanera a los médicos, que adoptaban frente a ella una actitud de rechazo, o en el mejor de los casos, de paternalismo. En términos generales, el enfoque de los escasos alienistas que se interesaron por la histeria coincidió en destacar sus rasgos del carácter mas insoportables, esa “mentira patológica” que constituía la esencia de su mal. Pero frente a los alienistas, los neurólogos insistían en que el poder de la sugestión constituía su verdadera esencia.

Así llegamos a Jean-Martin Charcot (1825-1893), que a partir de 1870 emprende una revisión de la histeria estudiándola como si de una enfermedad neurológica se tratara. Después reivindicó hasta entonces el marginal hipnotismo como método diagnostico, incorporándolo a la terapéutica médica de la histeria. Sin embargo, este autor llevó hasta el extremo la asimilación de la hipnosis y la histeria, considerando que el síntoma histérico era el resultado de una autosugestión sobrevenida a consecuencia de un traumatismo.

Las elaboración de Charcot y su escuela fueron rebatidas por el profesor de medicina interna Hippolyte Bernheim (1840-1919). Conocedor profundo del hipnotismo, Bernheim se opuso frontalmente a la asimilación de la histeria a la hipnosis y abogó a favor de que la hipnosis es un efecto de la sugestión, un fenómeno casi universal que no es patrimonio exclusivo de los sujetos histéricos. Seguidor de los principios fisiopatológicos alemanes antes que de los anatomoclínicos parisinos, Bernheim consideró las manifestaciones histéricas como fenómenos emotivos.

A pesar de tantas criticas y rectificaciones, la enseñanza de Charcot habría de convertirse en la referencia de la nueva psicopatología de las neurosis. Y esto fue así por el inusitado talento de dos de los asistentes a sus conferencias y presentaciones de enfermos allá por 1885: Janet y Freud.

Se dice que Pierre Janet (1859-1947) fue el primero que utilizó el término “belle indifférence” para describir una actitud de gran calma observada en algunos casos de histeria que contrastaba con el importante grado de incapacidad que producían los síntomas de la enfermedad. En la actualidad se define como un fenómeno observado en algunos pacientes con trastornos conversión, quienes mostraban una falta inapropiada de preocupación acerca de sus incapacidades.

Pierre Janet escribe en 1888 “El automatismo psicológico” que fue el primero, dentro de la psiquiatría, que se ocupo de manera exclusiva de la psicopatología de la histeria. Freud escribe junto con Breuer en 1893 “Estudios sobre la histeria”, libro eminentemente clínico que nos ilustra diferentes casos de histeria y los métodos terapéuticos utilizados.

En esa época Freud ensayó inicialmente las técnicas terapéuticas al uso (masajes, hidroterapia, electroterapia) para abandonarlas definitivamente en favor de otros procedimientos más activos como la sugestión, la hipnosis y la catarsis, hasta hallar definitivamente el método fructífero de la asociación libre. Método que supuso un giro radical ya que presuponía un saber en el paciente al que podía accederse franqueando el muro del lenguaje.

Lacan descarta la oposición entre lo intelectual y lo afectivo, a la que llama psicológica. Para él la psicología misma es un error de perspectiva sobre el ser humano. Plantea la situación analítica como una relación no dual, introduciendo como tercer elemento lo simbólico. Este planteamiento posiciona al analista, a través de la transferencia, en el lugar de “sujeto supuesto saber”, saber supuesto que en realidad funciona como un lugar de ignorancia docta que abre las vías del saber del propio sujeto para el propio sujeto. Lacan decide plantear las diferencias entre transferencia y sugestión en términos de demandas. La demanda, por una parte, es un pedido para satisfacer una necesidad (más del lado del Yo ) y, por otra parte, se  pide a alguien, es decir, se dirigirse a otro. Este dirigirse a Otro se modula como demanda de amor. Desde este punto de vista, la demanda divide al sujeto, entre un pedido y un deseo (de reconocimiento), es decir, se nos presenta un sujeto sujeto a un deseo sin él saberlo. Al suponer al sujeto ese deseo, el psicoanalista no le encierra en su demanda. De esta manera el psicoanalista no responde a la demanda del sujeto sino que la sostiene en esas dos vertientes. Así Lacan nos muestra la primacia del deseo, y nos enseña que en la histeria el deseo permanece insatisfecho.

La belle indifférence es uno de los prototipos del deseo insatisfecho en la histérica. Nos muestra de forma sorprendente que la histerica no pide tanto lo que realmente expresa, sino otra cosa que tiene que ver mas con el reconocimiento del otro, con que el Otro la reconozca. Solemos decir que el patrón de la histérica tiene que ver con algo parecido a esto: cuando el sujeto histérico quiere algo, se pone en funcionamiento y monta su escena. Cuando empieza a observar que su montaje escénico empieza a decaer, o bien porque el otro no entra en el juego imaginario que ella pretende, o porque se impone la ley que no le gusta acatar, es decir, cuando no hay un otro con un deseo que permita que se cumpla en la histérica eso de  “el deseo (de la histérica) es el deseo del otro”, entonces ella abandona la escena antes de tiempo, para que el otro no pueda “ganarle la mano”. Un ejemplo concreto: en una situación que le interese, pase lo que pase, se diga lo que se diga, el sujeto histerico tiene que decir siempre la ultima palabra.

Pienso que la belle indifférence en la actualidad se manifiesta a través de ese tipo de sujetos femeninos que esta situación la llevan al extremo.  La perseverancia, la insistencia, la firmeza con que pretenden llevar a cabo lo que, en principio quieren, les lleva a obviar todo lo que les rodea, tanto las consecuencias, como los daños colaterales y el sufrimiento que pueden llegar a producir. Sufrimiento producido no solo a los otros sujetos que tienen a su alrededor, sino incluso a ellas mismas, mostrándose incólumes, impertérritas, aparentemente a nivel anímico, aunque luego todo ese goce se manifieste normalmente en forma de somatizaciones, o lo que se llamaba tradicionalmente en síntomas conversivos.

Entran en juego componentes narcisistas y de victimizacion. Narcisismo entendido como que se pone en funcionamiento el Yo que no permite la castración, que no permite que el Yo de la histérica pierda lo que ella pretende conseguir y de la forma en que lo pretende conseguir. Despues, cuando se sale de la escena, como si ella no hubiera hecho nada, como si ella no hubiera provocado la situación o hubiera sido participe, es en ese momento, cuando al no conseguir lo que quiere y haber producido estragos alrededor, que aparece la pregunta por antonomasia de la Belle Indifférence: “¿Yo? yo no he sido”

Para ilustrar ejemplos actuales de la belle indifférence, esta vez escojo personajes de series de ficción porque la ficción también sirve para entender y explicar la realidad.Y escojo personajes de tres series, una emitida en el primer lustro del siglo XXI y otras dos de la actual segunda década. No por casualidad me decanto por series de estos dos periodos, una antes de la Gran Recesión del 2008 y las otras posteriores, la primera con una aproximacion más desenfadada y las otras con menos concesiones idealistas.

 Sexo en Nueva York, como primer referente de mujeres liberadas sexualmente y no juzgadas por ello, rompe con el estereotipo de la rivalidad femenina con una amistad entre ellas que es lo más valioso incluso que la relación con el otro sexo. Fue un planteamiento muy importante porque aún la transmisión cultural educa en la idea de que una mujer que expresa sus deseos de forma libre, que es promiscua, va a ser juzgada como puta y descartada como pareja. Fue una corriente de aire fresco ver a mujeres que disfrutaban con su cuerpo y se acostaban con quien les apetecía.

Las primeras que sirven de ejemplo son los cuatro personajes de esta serie televisiva. A estas podemos dividirlas a la vez en dos grupos, más del lado de la bella indiferente a Samantha y a Charlotte, y más del lado de la bella insatisfecha a Miranda y a Carrie.

Samantha y Charlotte, aunque a primera vista puede parecer que ambas están en las antípodas en su relación con el sexo, realmente ambas muestran su deseo de una manera mas clara y nítida. Samantha muestra unas maneras más masculinizadas, donde la forma de relacionarse con el otro sexo es follando y no tanto a través de la ternura y de un compromiso duradero. Charlotte se acerca más al clasico tipo romántico, donde lo que busca es un matrimonio tradicional. En ambas esa claridad en cuanto a su deseo las hace más indiferentes en el sentido de que cualquier contratiempo, cualquier cosa que les saque de su planteamiento, lo obvian, lo adaptan o lo fuerzan a su medida. En el caso de Samantha, cuando entabla una relacion más estable el magnate hotelero Richard o con el joven camarero Smith Jerrod, y no consiente en reconocer que se enamora de ellos, y hace toda una serie de pantomimas para no mostrarlo. Y en el caso de  Charlotte, haciendo como que cumple con el estereotipo de llegar virgen la matrimonio, no mantiene relaciones sexuales antes de casarse con Trey, su primer marido.

Miranda y Carrie están entre esos dos extremos de la bella indiferente que representan los otros dos personajes. Ellas se posicionan en puntos más intermedios, más en el tipo de “la bella insatisfecha”. Miranda, con un caracter muy caústico, tan sarcástica y cínica, con un punto de amargura , muestra bastante rigidez  y frialdad. Carrie, aparentemente más alegre y optimista, ingeniosa y divertida, destila altas dosis de ironía. Pero ambas se manifiestan más insatisfechas en las relaciones que mantienen, ya que dan muchos rodeos hasta que claramente ponen la carne en el asador y están dispuestas a perder y a aceptar que no existe la relación perfecta. Miranda reconoce su amor por Steve, el padre de su hijo, pero Carrie mantiene su posicion de insatisfaccion hasta el final con su ambivalencia en sus dos relaciones principales: entre Mr.Big y Aidan.

Las otras dos personajes femeninas corresponde a Betty Draper de Mad Men y a Birgitte Nyborg de Borgen. Borgen es una serie de television danesa que narra las interioridades de la politica danesa a traves de Birgitte Nyborg, quien se convierte en la primera mujer en llegar al cargo de Primer Ministro en Dinamarca. Borgen es el termino coloquial con el que se conoce a la sede de los tres poderes del estado y oficina del Primer Ministro.

Ambos personajes están más colocados en el semblante de la bella indiferente, sobre todo Betty Draper,  y ambas, como series realizadas durante la crisis, muestran de forma mas descarnada, la insatisfacción radical de la histeria, que es a la postre la insatisfacion radical del ser humano. También representan dos extremos, la perfecta ama de casa y la primera ministra que llega a la cota más alta de poder social.

Betty Draper es la primera esposa de Don Draper, protagonista de la serie Mad Men, serie situada en los años 60, que retrata las peripecias de unos publicistas en la epoca dorada de las agencias de publicidad en Estados Unidos.  Betty emerge en un inicio como el elemento decorativo perfecto en la vida de Don, esposa y madre sin derecho a queja, De hecho, sin derecho a palabra alguna. Cuando Betty insiste en la necesidad de una terapia psicoanalitica, Don accede, con una doblez infame: el analista le filtra la terapia entera al marido, convirtiendo a Betty en un cuerpo cercado y controlado a disposición del marido. Durante toda la serie, incluso hasta el final, Betty Draper representa el modelo perfecto de la bella indiferente. Sirva de botón de muestra lo siguiente: en su testamento deja anotado hasta el último detalle de cómo ha de ser su entierro, indicado cómo quiere ir vestida en su propio atadud.

Birgitte Nyborg rompe con el tópico de mujer poderosa masculinizada y aborda cuestiones que la vieja politica deja de lado: la familia, la conciliación, los cuidados. Parece que si uno se dedica a la vida pública tiene que renunciar a todo lo demás y viceversa.

Hay un capitulo de Borgen que muestra a las claras este llevar al extremo el querer que se ajuste a la medida del propio mundo, la realidad que rodea a las protagonistas. Tanto es así que llegan hasta el límite, y no ceden hasta que pagan un precio muy alto, pero hasta ese momento no lo ven o no lo quieren ver y muestran esa incongruencia entre la realidad y los afectos en la bella indiferente.

Es el capítulo penúltimo de la primera temporada, titulado “Divide y vencerás”, cosa que Birgitte no hace: no quiere dejar a sus ministros que se dediquen a sus funciones y ella se inmiscuye en sus tareas, porque asi cree que puede controlar una crisis de gobierno. Y a corto plazo es así en el aspecto profesional, pero el precio que ella paga en lo personal es altísimo. Así lo señala la periodista Katrin, otro personaje de la serie paralelo al de Brigitte, que en este caso ambos aspectos, lo personal y lo profesional no se pueden separar. Por no mostrar la corrupción de un ministro, Brigitte ordena una transparencia total en las agendas ministeriales. Es decir, para esconder hay que ser transparentes…Birgitte quiere quedar impoluta, al principio de su mandato dice que “es posible seguir siendo quienes somos y eso no impide ser buenos políticos”… Al final Birgitte pierde a su marido y Katrin, la periodista, tambien traspasa los límites y pierde el trabajo.

Pero a pesar de todo ambas siguen adelante y las bellas insatisfechas no permiten acallar a las bellas indiferentes.

Lola Burgos, Codirectora de Lapsus de Toledo. Pisicóloga y Psicoanalista.

¿Qué hay de nuevo en Libia?

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El 17 de diciembre pasado los representantes de las autoridades de Trípoli y Tobruk, que se han disputado el poder en Libia desde las malogradas elecciones de junio de 2014, firmaron un acuerdo político en la bonita ciudad marroquí de Skhirat, a orillas del Atlántico. También acudieron representantes de los partidos políticos, sociedad civil,  y municipios del país norteafricano. La clave de bóveda del “Acuerdo Político Libio”, negociado con la mediación de Naciones Unidas y refrendado por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas mediante la Resolución 2259, se encuentra en la formación de un Gobierno de Unidad Nacional (GUN) negociado por la ONU. Además, prevé un Parlamento bicameral que integre las instituciones legislativas de Trípoli y Tobruk  (1).

El Acuerdo Político Libio pretende poner fin a dos guerras que se libran en paralelo desde hace años. Por un lado, la guerra civil que se inició a raíz de las controvertidas elecciones legislativas de junio de 2014 que perdieron los partidos Islamistas. Estos se aferraron al poder e instauraron un Gobierno de Salvación en Trípoli con la ayuda de las milicias islamistas y de la milicia de Misrata, la tercera ciudad del país. La Cámara de Representantes de Tobruk, surgida de esas elecciones y reconocida por la comunidad internacional, recibió la adhesión de la Coalición “Dignidad” liderada por el general retirado Jalifa Hafter. Esta coalición reúne entre sus filas a una Brigada de Fuerzas Especiales y los restos de las FF.AA. libias. Ha contado con el beneplácito de Egipto y Emiratos Árabes Unidos.

Por otro, la lucha contra DAESH (el acrónimo en árabe del Estado Islámico de Irak y Levante). La fragmentación de la gobernanza libia favoreció la instalación de esta organización yihadista en Derna a finales de 2014 y su avance hacia el centro del país. Las milicias islamistas y la coalición Dignidad han combatido por separado a DAESH  pero no han conseguido frenarlo. La milicia de Misrata, la más poderosa del país según The Military Balance 2016 (página 313), se retiró de Sirte ante el empuje del Califato en agosto de 2015. En la actualidad, DAESH, con más de 5000 efectivos en sus filas en Libia, se extiende 200 kilómetros a lo largo de la costa alrededor de Sirte y controla muchos pozos e instalaciones de petróleo aunque se desconoce si comercia con el petróleo para financiarse como hace en Irak y Siria.

La descomposición interna no es el único catalizador del crecimiento de DAESH en el país sahariano. Jason Pack, investigador de Oriente Medio en la Universidad de Cambridge, asegura que a medida que su Califato en Siria e Irak se ha visto más golpeado por tierra y aire, significándole la pérdida de un 22% del territorio que controlaban, se han visto forzados a un progresivo traslado de sus combatientes a la ciudad libia de Sirte. DAESH demuestra, en definitiva, resiliencia y capacidad de adaptación a las nuevas circunstancias.

Hace dos semanas el primer ministro del Gobierno de Unidad Nacional, Fayez Serraj, llegó a Trípoli acompañado de seis ministros para hacerse cargo de la situación. Para sorpresa de muchos, el Gobierno de Salvación transfirió pacíficamente el poder, una vez que las milicias dejaron de apoyarle.

El primer ministro Serraj se ha rodeado de tecnócratas alejados del primer plano de la política libia de los últimos años. Sus principales valedores en el exterior se encuentran en Naciones Unidas y la UE. Francia, Italia, Alemania y R.U.  han enviado a sus ministros de Asuntos Exteriores para mostrarle su apoyo. Nuestro país ha anunciado una visita del ministro Margallo para la semana próxima: la presencia de DAESH en Libia también amenaza España. Dentro de Libia Serraj ha recibido el aval de las instituciones centrales: el Banco Central que paga los salarios de las Fuerzas Armadas de los dos Gobiernos y de muchas de las milicias, la Empresa Nacional del Petróleo que gestiona la principal fuente de ingresos del país y la Autoridad Libia de Inversiones. No obstante, el primer ministro Serraj carece de capacidades militares de envergadura para imponer su autoridad más allá de la lealtad interesada de algunas milicias.

Menos suerte ha tenido Fayez Serraj con el otro bando del conflicto armado, el Parlamento y el Gobierno de Tobruk, que se ha partido en dos facciones enfrentadas en torno a la adhesión o no al acuerdo político de Skhirat y la aprobación del Gobierno de Unidad Nacional. Un obstáculo principal radica en el futuro político del general Jalifa Hafter, Jefe de las FF.AA. del gobierno de Tobruk, que no tiene demasiados amigos en el gobierno de Serraj pero es muy popular en la Cámara de Representantes.

Una tarea de titanes aguarda al gobierno del primer ministro Serraj. Su supervivencia dependerá de su pericia a la hora de superar los siguientes desafíos:

  1. El refuerzo de la legitimidad del Gobierno de Unidad Nacional requiere que la Cámara de Representantes ratifique el Acuerdo Político Libio, toda vez que solo lo aprobó en principio hace unos meses.Esta semana la facción contraria al acuerdo encabezada por el presidente de la Cámara de Representantes impidió la votación del acuerdo y del Gobierno de Unidad Nacional.  Para conseguir el aval de Tobruk, el primer ministro tendrá que encontrar  un acomodoal General Jalifa Hafter, muy popular entre los parlamentarios. Además, Serraj necesitará ensanchar la base de apoyo de ese acuerdo, en particular, entre los líderes tribales, municipios, jóvenes, y sociedad civil.
  2. La integración de los grupos armados y milicias en el ejército y la policía se encuentra pendiente y resulta necesaria para centralizar el uso legítimo de la violencia en suelo libio. Muchas de las más de 1500 milicias y grupos armados
    actuales adquirieron legitimidad en la lucha contra Gadafi y han asumido desde entonces las tareas de seguridad y orden en el vacío de poder que dejó tras de sí el derrumbamiento del régimen anterior.
  3. La contención de DAESH solamente es posible con un gobierno legítimo con capacidad militar y policial unificada.La batalla contra DAESH dependerá, a su vez, de dos factores externos.
    1. Un Gobierno que goce de legitimidad interna estará en disposición de solicitar ayuda internacional. De hecho, EE.UU., Italia, Francia y R.U. esperan la invitación del primer ministro Serraj para poner en marcha unos planes militares para desplegar una misión de estabilización de 6.000 soldadosy, además, impulsar una campaña más enérgica contra el grupo yihadista en Libia.
    2. Y la resistencia de DAESH en Siria e Irak.Jason Pack (citado más arriba) observa que si Rakka y Mosul siguen siendo hostigadas, Sirte podría convertirse en un centro de mando del “Califato”.
  4. La mejora de la situación socioeconómica, muy  precaria actualmente. La economía se contrajo en 2015 un 10% y la producción de petróleo descendió a su mínimo histórico, 400.000 barriles de petróleo diarios. Solamente prospera un sector, desgraciadamente, el tráfico ilegal de personas hacia las costas de Italia y Grecia en condiciones infrahumanas. Así las cosas, una quinta parte de los libios sufren malnutrición. El Banco Mundial proyecta un crecimiento del 22% y 45% para 2016 y 2017, siempre que la Cámara de Representantes de Tobruk ratifique el Acuerdo Político Libio y se estabilice la situación.

Se antojan muchos condicionantes para un Gobierno de Unidad Nacional que se ha limitado, por el momento, a sustituir al Gobierno de  Salvación de Trípoli, un ejecutivo carente de toda legitimidad internacional desde junio de 2014.  Toda una paradoja que ahora nos encontremos con dos autoridades, ambas dotadas de cierta legitimidad: el Gobierno de Unidad Nacional negociado por la ONU y fruto del Acuerdo Político Libio, y el de la Cámara de Representantes de Tobruk surgida de las elecciones generales de junio de 2014.

Con este choque de legitimidades pendiente de resolver y DAESH sólido en Sirte, la inestabilidad y el caos continuarán en Libia por algún tiempo, favoreciendo las oleadas de inmigrantes ilegales que salen de los puertos libios a tan solo 350 kilómetros de la isla italiana de Lampedusa.

Por último, no olvidemos que las vicisitudes del entorno regional también afectarán el devenir del país sahariano. El Norte de África y Oriente Medio es una región convulsa sacudida en los últimos años por una serie de terremotos políticos y geopolíticos de magnitud siete: la Primavera Árabe, las embestidas del DAESH y el extremismo,  la multiplicación de los Estados fallidos, el desplome de los precios del petróleo, el descuido negligente de los europeos o el creciente desinterés estratégico de EE.UU.

José Luis Masegosa, analista de temas internacionales de Arco Europeo Progresista

/ @joseluismase @lamiradaoriente / Blog: La Mirada a Oriente

 

La bestia insatisfecha

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«Los hombres ofenden antes al que aman que al que temen.»

Nicolás Maquiavelo

 ¿Cómo podemos pensar la histeria masculina? ¿Qué similitudes y qué diferencias existen entre un hombre histérico y una mujer histérica? Uno de los primeros libros que cayó en mis manos con artículos sobre histeria masculina fue una recopilación de textos que se llevaron a cabo en el Cuarto Encuentro Internacional (de lo que en aquel entonces se llamaba el Campo Freudiano) y que tuvo lugar en París en el mes de febrero de 1986. Este libro que fue publicado por Manantial consta de varios artículos que hablan sobre la histeria. Mi interés en aquel tiempo estaba centrado en lo que para mí en ese entonces era la histeria típica, es decir: la histeria femenina.

Recuerdo que en aquella época me introduje en el estudio de Dora, paradigma de la histeria, lectura básica para introducirnos en la investigación del descubrimiento del inconsciente realizado por nuestro querido Freud y, que llevó a cabo precisamente a través de la escucha de estas mujeres llamadas histéricas. Comprendí que cuando uno se adentra en el estudio de la histeria parece muy fácil poder hacerlo desde esa perspectiva precisamente: la femenina. Incluso porque la misma palabra nos habla de algo femenino de entrada pues todos sabemos que la palabra histeria  nos remite al útero. Muchos médicos e investigadores (Charcot entre ellos) pensaban que este padecimiento tenía como etiología el útero femenino y por ello durante muchos años se pensó que era algo exclusivo de las mujeres. La medicina lo achacaba a cuestiones genitales, sexuales, orgánicas y hormonales propias de las mujeres.

Pero después, poco a poco y con el descubrimiento de la realidad psíquica empezaron a surgir cambios en estas ideas. Llegó el momento en el que se logró pensar la sexualidad desde un punto de vista psíquico y no orgánico hasta el punto de darnos cuenta que la anatomía corporal no era necesariamente lo que posicionaba a los sujetos a nivel psíquico como masculinos o femeninos. Todas estas observaciones se han ido dando de manera paulatina pero es verdad que aún hoy en día existen muchas personas que son reacias a aceptar que se puede tener cuerpo de hombre y estar posicionado en sitio femenino (y viceversa). Solamente la clínica psicoanalítica logra demostrar en la práctica que, efectivamente, la teoría cobra sentido.  En relación a la histeria, la clínica nos demuestra que podemos tener la certeza de que hay casos de histeria masculina y este texto tiene el propósito de presentar uno.

Antes de introducir a los lectores en el caso clínico que deseo compartir me parece necesario comentar algunas palabras a modo de recordatorio y sobre todo para empaparnos un poco más en el tema de la histeria. Después de leer el caso Dora en Freud y estudiar las lecturas que Lacan pone a nuestro alcance en el Seminario 3 (el de Las Psicosis) podemos decir, que casi todos los psicoanalistas coincidimos en el hecho de que para que un sujeto haga una demanda de análisis (sin importar su estructura) se hace necesario que se histerice su discurso. ¿Qué quiere decir esto? Básicamente lo que quiere decir es que el sujeto tiene que sentir que algo no marcha, que algo se ha descolocado, que algo ha salido de su control. En ese momento, cuando ese algo cojea es cuando el sujeto va a sentir la necesidad de consultar con un analista. A eso le llamamos la histerización del discurso.

A mi parecer, decir que hay una histeria en el discurso es de alguna manera colocar ese discurso en el sitio de una queja porque ¿quién mejor que la histérica para ser el modelo de un sujeto que vive en la queja? Si algo se nota en los sujetos histéricos es precisamente la queja que traen y vuelven a traer como si no hubiera otra manera de relacionarse con el mundo que a través de esa queja que agota, realmente agota. No obstante, tiene su función. ¿Por qué tanto quejarse? ¿De qué se queja tanto? Si avanzamos en la idea de que el deseo de la histérica se sostiene en la insatisfacción (idea que logramos extraer precisamente de la experiencia que nos da la clínica) la queja parece ser precisamente el paradigma de esta insatisfacción.

Decimos que cuando el sujeto histérico siente un deseo (deseo que se forma precisamente porque no lo tiene) es decir, deseo que se forma a partir de la falta, cuando el sujeto lo llega a obtener, vemos que de alguna manera se las apaña para dejarlo caer. En otras palabras, para decirse a sí mismo: … no era eso. En la literatura psicoanalítica contamos con muchos casos de histeria femenina por ello cuando queremos adentrarnos en la histeria masculina encontramos menos material. Muchos colegas piensan que aún cuando pensemos la histeria masculina de alguna manera la histeria siempre será femenina y llaman a estos hombres así: los hombres histéricas. Dando a entender que aunque hablemos de hombres si estamos hablando de histeria es en femenino. Porque ¿quiénes son los sujetos histéricos sino mujeres?

La histeria está entonces siempre de lado femenino. Coincido con esta idea: creo que efectivamente la histeria es una cuestión femenina y aunque un sujeto tenga anatomía masculina, si su sufrimiento está del lado de la histeria hay una feminización tanto de su discurso como de la posición que ocupa en las fórmulas de la sexuación a nivel psíquico. No obstante, también podemos decir que lo que la clínica nos muestra es que no se vive igual la histeria teniendo cuerpo de hombre que teniendo cuerpo de mujer. En ese sentido la anatomía corporal es definitivamente un destino para el sujeto. Eso es lo que (desde mi experiencia clínica) he podido observar en este joven hombre al que llamaré Gabriel y que me ayudará a hilar ciertos conceptos teóricos de la histeria masculina. La primera pregunta que me hice cuando Gabriel llegó a mi consulta y me dí cuenta de que estaba frente a un caso de histeria masculina fue la siguiente: ¿Cómo empezó Freud sus indagaciones con hombres histéricos?

En la obra de Freud hay referencias de histeria masculina en relación al escritor Dostoievsky de quien saca a relucir sus ataques pseudo epilépticos (circunstancia similar a la de mi analizante que presenta también ataques epilépticos). Freud también habla de manifestaciones de histeria cuando se refiere a la vestimenta demonológica del pintor Haizmann. Sabemos que cuando un sujeto pide tratamiento psicoanalítico lo que trae en su discurso tiene lugar de síntoma. Ese síntoma es precisamente lo que va a hablar en él y por él. Aún cuando el sujeto no se percate de lo que dice, si el analista en su función de analista logra abrir la escucha al síntoma podrá abrir una posibilidad para que el sujeto pueda introducirse (él mismo) en la escucha del campo inconsciente. De esa manera el síntoma es la clave para permitir que el sujeto dilucide la responsabilidad que él mismo tiene en su propio sufrimiento, o por decirlo de otra manera: las razones que el sujeto histérico tiene para mantenerse en la queja y en la insatisfacción.

Esto me parece personalmente muy interesante porque aún cuando el sujeto se queja de su propia queja, vemos que no hace mucho (al menos de manera consciente) por salir de esa queja. Especialmente en la histeria (desde mi opinión) observamos una terquedad como una especie de empecinamiento a seguir sufriendo, algo así como si el lema del sujeto fuera vivir sufriendo y sufrir viviendo a sabiendas de que hay algo que se puede hacer para salir de ese bucle de sufrimiento pero parece que el sujeto no quisiera hacerlo. La pregunta que me surge es: ¿No quiere o es realmente incapaz? Es una pregunta que toca precisamente al deseo. Si el sujeto quiere cambiar esta queja es posible que pueda hacerlo. Pero ¿es así de sencillo? Lo que yo observo en la clínica es un más allá del deseo de bienestar.

Ese más allá del principio del placer que Freud observó. Digamos que el sujeto tiene claro que quiere dejar de sufrir, por lo tanto dejar de quejarse de la misma cantaleta… Pero al mismo tiempo hay algo que lo atrae, como si tirara de él para no dejarlo salir de esa queja o de ese bucle. En ese punto quiero centrarme. De alguna manera eso es lo que Lacan ha llamado el goce, ese goce que siempre surge en nuestra clínica psicoanalítica y que es tan particular a cada sujeto. Ese goce que es el responsable de que el sujeto no logre salir del círculo vicioso de la queja y el sufrimiento aunque diga que tiene el deseo de modificarlo o cambiarlo. En Gabriel está muy claro ese momento de su análisis donde él puede construir la queja que lo habita en torno a la problemática para salir de esa queja. Surge en el momento en que me está hablando de la primera vez que le vino un ataque epiléptico. El ataque epiléptico de Gabriel fue consecutivo a la muerte de su padre.

Llegar a este momento fue básico en este tratamiento porque permitió que el analizante pudiera cuestionarse por primera vez un hecho muy importante: que los ataques epilépticos podían quizá producirse por una cuestión psíquica y no eran necesariamente el resultado de algo fisiológico. Considero vital y trascendental este momento porque Gabriel viene de familia de médicos y él mismo es médico. Su profesión ha sido más obstáculo que ayuda en su recorrido porque es un sujeto muy escéptico a creer en aquello que no puede comprobarse según sus propias palabras de manera certera y científica. No obstante su escepticismo algunos efectos terapéuticos conseguidos en el tratamiento (entre ellos el alivio de problemas de eyaculación precoz que estaban minando su relación amorosa) permitieron que el analizante siguiera viniendo aunque he de decir que a veces me daba la impresión que regresaba solamente para encontrar mi propia falla (en mi función de analista) o la falla misma del psicoanálisis según su propia interpretación. Mi pregunta personal en relación a sus ataques epilépticos era la siguiente: ¿Eran ataques producidos por un problema neurológico o eran ataques histéricos? Pensaba también que no necesariamente tenían que ser excluyentes. Gabriel había traído consigo los estudios neurológicos que demostraban que, efectivamente tenía un foco epiléptico visible en el electroencefalograma y en la resonancia magnética. No obstante, los ataques eran muy puntuales. A la fecha había tenido sólo 8 ataques en total, siendo un hombre de 40 años podemos decir que no eran muy frecuentes. Por ello decidí concentrar mi escucha en el desarrollo que Gabriel me hacía de las circunstancias en las que se habían presentado esos 8 ataques.

El primero (como ya dijimos) fue consecutivo a la muerte de su padre. ¿Fue acaso un autocastigo por el deseo de muerte del padre odiado? ¿Qué es lo que se juega en los síntomas histéricos? Hay algo que entra en una lógica que se escapa a la comprensión pero que al mismo tiempo por retorcida que parezca logramos a veces esbozar un rayo de luz en esa lógica que llamamos del inconsciente.

Mientras el analizante me habla de todo el gran amor que siente por el padre, todo lo que lo echa de menos, todo lo que aprendió de él y lo maravilloso que fue como padre, de pronto surge un lapsus.

Su muerte fue adecuada dice Gabriel en lugar de decir inesperada.

El significante adecuada dio paso a la posibilidad de hablar de un sentimiento que Gabriel escondía como su mayor tesoro: el deseo de muerte contra el padre odiado.

Mientras Gabriel logra hablar del odio al padre, va pudiendo también hablar de las circunstancias que rodean cada ataque epiléptico que ha tenido lugar. Observamos que son momentos puntuales: a veces son momentos en los cuales el sujeto desea conseguir algo que parece inalcanzable, entonces surge el ataque epiléptico, otras veces es cuando se siente culpable por algo y en otras ocasiones se presenta cuando quiere realizar algo pero no lo dejan.

Mencionaré un ejemplo que logró esclarecerse muy bien en el transcurso del análisis: Gabriel quería cambiar de turno en el hospital donde trabaja pero sus compañeros no estaban por la labor. Esa noche en su horario de guardia se presentó el ataque epiléptico. En la sesión me dijo:

 He llegado a pensar que es una manipulación de mi parte. ¿Seré inconscientemente tan maquiavélico?

Hay otro momento del análisis donde se abre una luz que nos permite ver la complicada relación del sujeto con el deseo. Gabriel tiene una relación muy contradictoria con su propio deseo: a veces lo puede articular sin problemas pero otras veces le resulta extremadamente fatigante y no se aclara. Muchas veces me pregunta si ese deseo es suyo o es de otra persona de su historia. Muchas otras veces tiene picos en su deseo, es decir: Que a ratos hay euforia por hacer cosas y otras veces trae el deseo caído como él mismo dice y no tiene ganas de nada. Sabemos que la dirección de la cura se encamina a lograr que el sujeto histérico salga de sus deberes, de sus sufrimientos, de sus quejas… en una palabra que salga de ese particular goce que tiene y vuelva a ponerse en el camino que lo constituye como sujeto deseante. El problema de Gabriel es que a veces él mismo no se aclara y no sabe cuál de todos es su propio deseo. La problemática es fuerte porque cuando él realiza el deseo que ha estado anhelando, en ese mismo instante me dice: no era eso… he perdido el interés.

¿Cómo se puede lograr que un sujeto que sostiene su deseo en la insatisfacción pueda sentirse satisfecho cuando ese deseo se realiza? La respuesta a esta pregunta puede estar precisamente en eso que llamamos el final de un análisis. Porque si un sujeto ha hecho un recorrido y ha podido construir la manera en la que está estructurado su deseo es muy posible que encuentre las causas por las cuales necesita sostenerlo, por ejemplo, en este caso: la insatisfacción.

Gabriel logra atisbar algo de esto cuando después de andar detrás de una mujer por tres años consecutivos, deseándola fervientemente y amándola secretamente con gran devoción, cuando se dio el momento en el que esa mujer accedió a la demanda de amor de Gabriel… él volvió a tener el síntoma que había superado en el inicio del tratamiento: la eyaculación precoz.

Este caso abre nuevas observaciones ante nuestros ojos: la posibilidad por ejemplo de plantearse que la eyaculación precoz (en algunos hombres) al igual que la frigidez (en algunas mujeres) además de ser síntomas que sostienen el deseo insatisfecho (como hemos podido corroborar en este caso) pueden ser también síntomas que anudan cierta misoginia. Un odio hacia lo femenino (por ser enigmático y desconocido). Pues la eyaculación precoz y/o la frigidez crean siempre insatisfacción en la pareja de amor (no solamente en el sujeto que lo experimenta) por ello en algunos casos cabe la posibilidad de que vaya dedicado.

Lo que es cierto, es que ese día, mientras Gabriel me comentaba los acontecimientos sobre la eyaculación precoz observé una contradicción: lo que el sujeto me narraba no era chistoso, era más bien triste y penoso, tenía incluso lugar de fracaso y por qué no decirlo: de gran insatisfacción y frustración.

No obstante, él me lo estaba narrando entre risas y finalmente concluyó diciéndome:

¡Debes estar pensando que soy una bestia insatisfecha!

Cristina Jarque, Psicoanalista, Directora y Cofundadora de Lapsus de Toledo

«Pateando» Madrid: El tridente Barroco

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Entre las reformas urbanas de la periferia madrileña impulsadas por los Borbones en el siglo XVIII destaca el trazado de un perímetro verde de paseos arbolados en torno a Madrid, obras iniciadas en el reinado de Fernando VI y continuadas en el de Carlos III. Se trata de un conjunto de paseos periféricos que se extendían por el norte desde la puerta de San Bernardo a la de Recoletos, obra de Francisco Nangle, o por el sur, en dirección al Manzanares, con trazado en tridente.

Son paseos en tridente, que buscan potenciar las perspectivas e incorporan el paisaje dentro aún de un espíritu barroco. Se trata de anchos paseos que discurren en línea recta flanqueados por hileras de árboles. Los del sur bajaban desde las puertas de la cerca hacia el río en pendiente y sobre taludes que salvaban el accidentado terreno.

El Tridente Barroco (también conocido como patte d’oie). Es el cruce de tres caminos en la glorieta de Atocha (Madrid) que se compone del paseo de las Delicias, el paseo Santa María de la Cabeza y la Ronda de Atocha. Estas tres calles se definen en el siglo XVIII mediante su similitud con un tridente (trívium). Su definición conforma el urbanismo del distrito de Arganzuela.

El modelo para estos trazados en tridente los encontramos en Roma, donde se desarrolló esta tipología viaria en las remodelaciones de la época de Sixto IV a partir de la Piazza del Popolo. Pero también podemos encontrar tridentes en Versalles, donde tres grandes avenidas parten de la plaza de armas del Palacio y atraviesan el pueblo, o en Aranjuez, con las calles de la Reina, del Príncipe y de las Infantas, que confluyen junto al Palacio Real.

El tridente madrileño no es un elemento ordenador de la trama urbana, como en Roma, ni estructurador del jardín, como en Versalles, sino que se extiende a través de una zona periférica, entre la ciudad y el Manzanares. La originalidad del trazado madrileño radica en que el tridente organiza un espacio rural periurbano y está destinado al paseo y la perspectiva en un ámbito de recreo y esparcimiento públicos. El plano de Tomás López nos ofrece una magnífica imagen en donde refleja a la perfección la intersección de estos dos grandes triángulos.

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El crecimiento de la ciudad y el avance tecnológico hizo que aquella zona semirural se convirtiera en un lugar de expansión y ensanche por excelencia. En 1857 el arquitecto e ingeniero Carlos María de Castro recibió el encargo de realizar un estudio de proyecto de ensanche de la capital, propuesta que fue aprobada por un Real Decreto el 19 de junio de 1860. El arquitecto planteaba un ensanche que conservaba en su zona sur el tridente proyectado durante el reinado de Carlos III, una serie de paseos que respetaban los árboles que ya existían desde casi un siglo antes. Los nombres de las calles son testimonios del antiguo carácter paisajista de la zona: Pontones, Ocho Hilos, Chopera, Acacias, Delicias, etc.

El viejo tridente de Carlos III va a servir para albergar un barrio que estaba destinado a equipamientos industriales y viviendas para obreros, destino que exigía además hospitales, hospicios, cárceles, cuarteles y otras construcciones de servicios, como mercados y mataderos.

Los tendidos ferroviarios, que desde 1851 hacían de esta zona de Madrid la gran puerta de entrada desde el sur, ayudarán a consolidar su expansión como barrio industrial.

En la imagen del plano de Ibáñez Ibero se puede comprobar la conexión ferroviaria entre las primeras estaciones madrileñas Príncipe Pío y Atocha, así como el trazado de las Rondas que Castro desarrolló para el proyecto del ensanche. Esta evolución urbana se inició en 1851 con la construcción de la estación de Atocha y, dos años después, con la del Norte; entre una y otra se edificaron estaciones secundarias y apeaderos, Delicias (1880), Peñuelas, Paseo Imperial. A lo largo del tendido ferroviario los solares disponibles fueron ocupados por la industria, así como por los servicios de aprovisionamiento y almacenaje de Madrid, además de acoger el alojamiento de la masa obrera que trabajaba en la zona.

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En la actualidad el antiguo carácter obrero e industrial ha dado paso a una nueva imagen urbana del barrio. El tridente ya no es una zona periférica, ya que desde la segunda mitad del siglo XX la ciudad ha crecido más allá del ensanche, saltando el río.

Las viejas construcciones de fábricas en muchos casos han servido para albergar instituciones culturales y representativas de la nueva sociedad. La proximidad al Paseo del Prado y los nuevos usos la han revalorizado convirtiéndola en una prolongación del eje cultural y monumental de Prado-Recoletos.

La disposición de las grandes construcciones, como la estación de Atocha, y los viales del tridente, permiten establecer una serie de recorridos que van mostrando la transformación y los nuevos usos de esta zona.

Con el presente articulo he querido empezar una serie de ellos sobre la zona sur de Madrid,que muchas veces es la gran desconocida y hay que revindicar que “el sur también existe”.

Ana Pulido

Arco Europeo Progresista

 

Presentación de «Histéricas Insatisfechas»

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Querido amigos de Arco,

Mañana martes 5 de abril, a las 19 h, Lapsus de Toledo presentará el libro «Histericas Insatisfechas» en la Embajada de Méjico en Madrid.

Tendré el placer de intervenir con las psicoanalistas Cristina Jarque, Dolores Burgos, Soledad Godano y Lola Gómez.

Os esperamos

Alfonso Gómez

Médico, Psicoanalista, Miembro de Lapsus y Vicepresidente de Arco Europeo Progresista