Clinton vs Trump: política exterior y seguridad nacional en el primer debate presidencial

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El presidente de EE.UU que salga de las elecciones del próximo 8 de noviembre tendrá que lidiar con un contexto internacional complejo y resbaladizo. Un Oriente Medio en transformación e inmerso en una Guerra de los Treinta Años (Haass), una Europa que atraviesa una crisis profunda y se revela incapaz de contener la oleada terrorista, dos “patios traseros” que invitan a una Rusia envalentonada a intervenir mediante acciones que recuerdan cada vez más a la Guerra Fría, y una China que está mostrando músculo militar en el Sudeste Asiático.

Los candidatos presidenciales, Donald Trump (Partido Republicano) y Hilary Clinton (Partido Demócrata), acudieron a su primer debate presidencial el 26 de septiembre de 2016 y tuvieron ocasión de dedicar unos minutos a política exterior y seguridad nacional.

Donald Trump se presentó como el candidato que va a impedir que el mundo siga robando a EE.UU, que pierde miles de empleos que terminan en México. Denunció los acuerdos comerciales que tanto daño han hecho a las empresas y al empleo en EE.UU, por ejemplo, el NAFTA negociado por el presidente Bill Clinton. Acusó a China de manipular su moneda para inundar EE.UU de productos baratos. Sus inclinaciones aislacionistas salieron a la superficie cuando indicó que no quiere que EE.UU sea el policía del mundo: “No podemos proteger a todos los países del mundo” espetó Trump a Clinton.

Por su parte, Hilary Clinton defendió los beneficios económicos que ha reportado el libre comercio para EE.UU y reivindicó el valor de los compromisos adquiridos por Washington con sus aliados. Pretendía mandar un mensaje de tranquilidad a los socios tradicionales de EE.UU en Europa, Oriente Medio y Asia.

La candidata demócrata señaló que los ataques cibernéticos contra empresas, partidos políticos y administraciones de EE.UU representan una amenaza in crescendo para la seguridad nacional y denunció que sus principales artífices son Rusia y grupos independientes de hackers. Donald Trump cuestionó los indicios que vinculan a Rusia con los ciberataques. En el pasado Donald Trump se ha mostrado conciliador con Rusia, incluso ha llegado a proponer una alianza con el presidente Vladimir Putin para rebajar tensiones en Siria y en el resto del mundo. De hecho, Trump es favorable a dar rienda suelta a una mayor implicación de Moscú en la estabilización de Oriente Medio al considerarla mejor posicionada para influir en los actores principales de la región.

Clinton, por su parte, que ya intentó en 2009 recomponer las relaciones con Moscú y  ha llamado “bully” (matón) a Putin,  señaló  en el debate que urge hacer frente a sus amenazas. En otros foros ha señalado tres vías para contener a Rusia: más sanciones, el reforzamiento del escudo antimisiles en Europa del Este y librar a Europa de su dependencia energética de Rusia.

En relación con la Alianza Atlántica, Donald Trump insistió en reclamar a los países europeos una compensación económica por el paraguas de seguridad que les proporciona Washington. Si no es así EE.UU debería abandonar la alianza. El candidato republicano también ha defendido que la Alianza debe implicarse más en la estabilización de Oriente Medio. Clinton y Trump coincidieron en exigir a la OTAN que dedique más recursos a la guerra contra el terrorismo.

Hilary Clinton señaló dos elementos de su plan para combatir a DAESH, que recibieron el asentimiento del candidato republicano, aunque éste culpó a la administración Obama del caos que sufre Oriente Medio. Por un lado, la intensificación de los bombardeos contra DAESH y el reforzamiento de la alianza con las facciones kurdas y árabes que combaten al Estado Islámico en el terreno. Por otro, la guerra online contra DAESH, un grupo yihadista que ha alcanzado un notable éxito en la utilización de las redes sociales como vehículos de radicalización. Para combatir esta amenaza Clinton pretende cooperar estrechamente con las grandes empresas tecnológicas.

Por su parte Donald Trump ha propuesto en otros foros prohibir la entrada de musulmanes a EE.UU, una medida que Clinton considera no solo inconstitucional sino contraproducente y perjudicial para los relaciones de EE.UU con sus aliados árabes. También ha sugerido la eliminación de familiares de terroristas y una utilización menos restrictiva de la tortura en la guerra contra el terrorismo. La catástrofe siria fue la gran ausente del debate. En este asunto ambos candidatos han defendido una zona de exclusión área en Siria, una medida que chocaría con la estrategia rusa de apoyo al régimen de Bachar al-Asad.

Por último, Trump señaló que el Pacto Nuclear de julio de 2015 entre Irán y las grandes potencias es un mal acuerdo. Los iraníes solamente tienen que esperar diez años y se convertirán en una potencia nuclear. En otras ocasiones Trump ha amenazado con renegociar el acuerdo nuclear con Irán porque permite a los iraníes acceder a 150 billones de euros que serán trascendentales para aumentar su influencia en la región. Clinton fue la madre de la criatura y defendió la oportunidad y la utilidad del acuerdo nuclear con Irán. La candidata demócrata ha prometido compensar a Israel garantizando su superioridad militar en la región.

Hilary Clinton y Donald Trump se verán de nuevo las caras en dos debates presidenciales que tendrán lugar el 9 de octubre en St. Louis y el 19 de octubre en Las Vegas.

José Luis Masegosa / Blog La mirada a Oriente / @lamiradaaoriente