Banco Español del Río de la Plata (Instituto Cervantes).
Antonio Palacios recibe el encargo de proyectar el edificio del Banco Español del Río de la Plata en 1910, al mismo tiempo que estaba con las obras del Palacio de Comunicaciones y el Hospital de Maudes. Para la construcción de su sucursal madrileña la entidad había adquirido un solar ubicado en la confluencia de las calles Alcalá y Barquillo, en el que estaba situado el palacio de los marqueses de Casa-Irujo, célebre además por haber albergado en sus bajos el Café Cervantes. Las obras se iniciaron en 1911 y se prolongaron hasta 1918.
El edificio tiene planta cuadrangular, con cuatro alturas más un sótano, un semisótano y un ático coronado por una cúpula de vidrio que proporcionaba luz cenital al interior. La plata baja constituía el elemento principal, en el que se encontraba el gran patio de operaciones y las cajas y mostradores en los que se atendía a los clientes. Las plantas superiores estaban destinadas a despachos y salones de reuniones, distribuidos perimetralmente en torno a los corredores que rodeaban el patio central.
La racional distribución de los espacios interiores contrasta con la grandiosa monumentalidad del exterior; una constante en la obra de Antonio Palacios que en esta ocasión pretendía subrayar la solidez y el poder de la entidad bancaria y al mismo tiempo no desmerecer en un entorno en el que se levantaban edificios como el palacio de Linares, el palacio de Buenavista, el Banco de España o el mismo Palacio de Comunicaciones.
Sus fachadas evidencian el interés de Palacios por la arquitectura clásica, alimentado tras sus viajes por Gracia y Egipto, al tiempo que recogen las influencias ando de Juan de Villanueva, de cuya obra era un gran administrador, como de su maestro Ricardo Velázquez y Bosco, responsable del diseño neoclásico de la fachada occidental del Casón del Buen Retiro. Ambas se disponen en forma de espejo a partir del eje que configura el chaflán, de manera que tienen un trazado idéntico. Sobre un zócalo de grandes dimensiones se eleva una serie de columnas jónicas estriadas hasta alcanzar la altura del cuerpo principal, alternando con vanos acristalados. Sobre el entablamiento se levanta un segundo cuerpo, retranqueado, con columnas corintias pareadas formando un pórtico, tras el que se oculta la cúpula acristalada interior. En el chaflán se encuentra la entrada principal, flanqueada por cuatro cariátides esculpidas en piedra por Ángel García Díaz, responsable también de los detalles ornamentales de inspiración vienesa que decoran la fachada.
Entre 1944 y 194y7 se llevaron a cabo en el interior diversas reformas que alteraron el diseño original, como el cierre del patio en el nivel principal para ampliar la superficie útil de la primera planta. En esta misma época se acondicionó el sótano para alojar la cámara de seguridad y se llevó a cabo la ampliación del edificio con la adquisición del inmueble colindante en la calle Barquillo.
En la década de los noventa del pasado siglo, tras una serie de movimientos que darían lugar a la creación del Banco Santander Central Hispano, el edificio entra en desuso, destinándose a reuniones del consejo y relaciones institucionales. En el año 2000 es adquirido por el Ayuntamiento de Madrid que lo incluyó en la operación de cambio de inmuebles para trasladar el consistorio al Palacio de Comunicaciones y desde octubre de 2007 es la sede del Instituto Cervantes.
Vicepresidenta Primera.- Ana Pulido Benito