Vaya resacón: receta para un relato…poselectoral

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Vaya resacón: receta para un relato…poselectoral

Por Pilar Úcar

Y con la política a vueltas, perdón, enredando con el lenguaje político, o mejor, con el lenguaje que usan los medios, al hablar de política.

Tras una jornada electoral, la maquinaria lingüística de la riqueza y variedad léxica se pone en marcha: recursos del idioma, al poder; las familias semánticas y la morfosintaxis en lid: derivación y parasíntesis, sinónimos, metáforas, comparaciones, símbolos, anacolutos, paronomasias, circunloquios, repeticiones anafóricas y catafóricas, onomatopeyas, gestos y gesticulaciones…todo vale para el próximo relato: algunas perlas como botón de muestra: horquilla (en la peluquería), resultado tropical, pactómetro, sacar músculo (y pecho, también: aquí sacamos todos de todo), dar un vuelco y hasta un revolcón -el mapa, se entiende- (ya me parecía a mí que nos las prometíamos muy felices…no me quiero poner procaz); ahí va todo un aluvión de adjetivos que lo mismo valen para un roto que para un descosido: significativo, determinante, representativo…; avanzamos: pasar factura (¿la del fontanero después de la chapuza en el baño?), castigo brutal, entierro y funeral, resurrección, gran golpe (el del cine) y golpe de efecto, pucherazo, reglas evaporadas (en la cocina, sí); romper el servicio, cuerpos de ventaja, ahí ahí, desgaste, euforia, cuestión de sensaciones y de piel (esto también promete); efecto arrastre, diferencia abismal, golpe psicológico (¿en la consulta del terapeuta?); feudo, canibalizar, debacle, hecatombe, cortocircuitar, allanar el camino, lanzar al precipicio, arrastrar el tsunami (¿lección del Meteosat?); mazazo, fin de fiesta, sorpresa y sorpaso, cálculos (que no en la vesícula, o también)…al fin y a la postre, la cabeza nos gira revolucionada como la de algún muñeco mecánico, y el estómago revuelto como en el Star Flye o en el Top Spin. Para todo esto, mejor las emociones reales del Parque de Atracciones.

Lenguaje y política…política y lenguaje: el relato continúa.

Reflexiones sobre las elecciones al Ateneo de Madrid

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Reflexiones sobre las elecciones al Ateneo de Madrid

El próximo 30 de mayo los ateneístas elegimos la mitad de la Junta de Gobierno, entre ellos al Presidente, y decidimos sobre un nuevo proyecto de Reglamento. En los últimos años hemos vivido una evolución que ahora se puede someter a un análisis más reposado, desligado del acontecimiento que levantó pasiones, a veces encendidas, que fue, como ya saben, la aparición del Grupo 1820. Un grupo que tenía la singularidad de estar integrado por nuevos y antiguos socios y que traía como bandera la transparencia, un código de conducta y estándares de gestión de calidad.

Y con esta bandera ha conseguido, sucesivas veces, tener el apoyo mayoritario de los ateneístas tanto para la Junta de Gobierno como para las Secciones. Pero ahora, tras varios años de gestión, podemos contestar con más fundamento si se han cumplido dichas expectativas.

Desde mi punto de vista, resulta evidente que el Grupo 1820 tiene ahora una mejor reputación y credibilidad no sólo entre sus votantes iniciales sino también entre muchos ateneístas que nunca lo han votado. En estos años el Grupo 1820 ha potenciado el desarrollo cultural, ha mejorado las estrategias con la gente joven, ha dotado de moderna logística a las instalaciones, ha impulsado un proyecto de reglamento con el propósito de mejorar al actual, ha comunicado con acierto lo que hacemos y queremos hacer, ha reforzado la transparencia y los procedimientos de control y, además, ha traído excelentes profesionales.

Sin duda ha tenido gran influencia para que fuera así el actual Presidente del Ateneo, Luis Arroyo, pues desde sus primeros días no sólo ha puesto los medios para una eficaz gestión sino que también ha dado especial énfasis a que la Docta Casa sea un vehículo para potenciar valores democráticos y conductas éticas, rodeándose, para ello, de personas implicadas en los principios de convivencia, tolerancia y respeto.

Por lo expuesto, votaré a Luis Arroyo como Presidente y, por supuesto, a toda la candidatura del Grupo 1820 y al nuevo proyecto de Reglamento.

José Antonio García Regueiro

Presidente de la Sección de Ciencias Jurídicas y Políticas y ex Vicepresidente del Ateneo de Madrid

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«Tomar un café», menuda expresión… ¿lingüística? ¿social?

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«Tomar un café», menuda expresión… ¿lingüística? ¿social?

Por Pilar Úcar

A vueltas con el bebercio, cuando alguien nos invita -mejor, nos propone- “tomar un café”, conviene trascender de la literalidad de dicha expresión y entenderla como puro discurso social encaminado a un encuentro al margen de la hora, espacio, costumbre, país, cultura y gustos personales, o sea, “tomar un café” ha perdido su contenido en un claro proceso de desemantización.

Sin entrar en la casuística del cómo y dónde “tomar un café” -auténtica tesis doctoral de vocabulario, sintagmas preposicionales, adjetivos explicativos y especificativos ad hoc-, la estructura profunda de dicha expresión esconde -sumergida- mucho más que el famoso iceberg fílmico: tamaño, temperatura, mezcla y colores, receptáculo y aditamentos. Supone toda una lección de español nivel B2 para los extranjeros en nuestro país.

Como siempre, se ha de recurrir a la enjundia del acto comunicativo en el que se definen cada uno de sus elementos con una función concreta y específica. En este caso, el mensaje resulta capital y se muestra muy propicio a intencionalidad subjetiva, polisemia y distorsiones variopintas y hasta incorrecciones políticas de todo pelo y pelaje.

Parece, pues, que la expresión “tomar un café” ha perdido su esencia aromática y en el discurso social del que venimos hablando, extiende sus tentáculos hacia la ingesta de otros líquidos: agua, vino, licor, infusiones, por ejemplo… “Tomar un café” constituye un modismo, fijo y fijado, en el expresionario de nuestro idioma y, sin duda, me malicio, que para su total comprensión por parte del receptor (foráneo), necesita muletas y apoyaturas explicativas, una exégesis lingüística completa. De momento, ahí lo dejo, porque el verbo “tomar” se las trae también. Sigamos invitando, por ahora, a “tomar un café” porque de buenas a primeras, quedar para tomar un gin-tonic, lo veo algo abrupto y casi invasivo.

FILOLOGÍA Y LENGUA ESPAÑOLA

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Directora Pilar Úcar Ventura

 

La poesía de Humanosis en el Ateneo

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El próximo miércoles 24 de mayo se presenta en el Ateneo el Libro de poesía Humanosis, de la escritora Sandra Bruno; hablará con ella el también escritor Jorge Pozo.

Tras la introducción de José Antonio García Regueiro como Presidente de la Agrupación Ateneísta Agustín Argüelles y de Arco Europeo,  presentará el acto Belén Rico García, Presidenta ejecutiva de la Agrupación Ateneísta Ángel Garma y moderará Alfonso Gómez Prieto, Presidente de la Agrupación Ateneísta Ángel Garma.

SANDRA BRUNO (Toulon-Francia) es Licenciada en Administración y Dirección de Empresas por el Instituto Superior de Gestión (ISG) de París. Tiene un Máster MBA por la UNED y otro en Dirección de Personas y Gestión Empresarial por la UA.  Ha estado años trabajando en el sector privado para empresas multinacionales dentro de varios departamentos de gestión y administración. Además, ha ejercido de traductora en diferentes proyectos y, concretamente, en un proyecto europeo educativo llamado STRATEGICOM organizado por la Comisión Europea. Poco después, cursó estudios en grafología empresarial a través de la UDIMA y sigue ejerciendo esta actividad en la actualidad.

Realmente, su verdadera vocación fue siempre la escritura y, en particular, la poesía: más que un medio para expresarse representa su forma de entender y sentir el mundo que la rodea. De hecho, su pasión por la escritura y por la lectura se remonta a su infancia: lectora precoz y voraz, adicta a la biblioteca de su pueblo natal, escribió su primer relato antes de los diez años, antes de decantarse por la poesía en la preadolescencia.

Varios de sus poemas y un microrrelato suyo forman parte de las antologías Erotismo poético VIXI Concurso de poesía Versos en el aireI Concurso de Microrrelatos Madre no hay más que una, y Ellas (Diversidad Literaria, 2020-2021). En 2021 publicó su primer poemario La piel incierta (ed. Círculo Rojo).

Fue galardonada con el Primer Premio del Certamen Nacional de Poesía 2022 de Perales de Tajuña con su poema “La maleta”. En 2022 poemas suyos inéditos han aparecido en revistas digitales de proyección internacional como Revista Kametsa o Santa Rabia Poetry. Ha participado como poeta invitada en el II Festival Panhispánico de Poesía 2022 organizado por Casa Bukowski Internacional. Además, ha sido elegida Lectora del mes con su poema “El mejor sueño” en el Club de Lectura Reflejo (Ateneo de Málaga, nov. 2022).

Su poemario Humanosis es el segundo libro de su autoría en ver la luz (ed. Olé Libros, 2022). Algunos de sus poemas han sido traducidos al italiano. Ha estado impartiendo un taller online de poesía francesa titulado “La Revolución Poética francesa” en colaboración con Casa Bukowski Internacional en el mes de enero y parte del mes de febrero de 2023. Recientemente, participó en el centenario de la presentación del primer libro de León Felipe Versos y oraciones de caminante en el Ateneo de Madrid en abril de 2023. De alguna forma, ella también siente que no puede parar de caminar por el sendero de la poesía.

JORGE PORZO SORIANO es Licenciado en Publicidad y RR.PP. En 2008, y tras trabajar un tiempo en comunicación y eventos, decide abandonar un mundo que no le aportaba nada a nivel vital y decide graduarse en Maestro en Educación Primaria con Mención Especial en Lengua Inglesa mientras trabaja como monitor de natación, grado que termina en 2013 y tras el que vive dos años en Londres, trabajando como auxiliar de conversación y coordinando un proyecto en el que se enseñaba inglés a niños y niñas en Uruguay mediante videoconferencia. Vuelve a Madrid en 2015 por la muerte repentina de su madre, hecho que marcará de forma muy notable su vida desde entonces. Ese mismo año ve su primer libro publicado, Las bufandas de Lina y otros cuentos animalados. A este libro le seguirán, en 2017, El destino de Tamarán: Los reinos incógnitos, una novela juvenil de fantasía, y Un corazón para Opalina y otros cuentos fantabulosos. Estos tres libros fueron publicados por la Editorial Endmymion. También en 2015 empieza a trabajar como maestro de primaria, trabajo que mantiene en la actualidad.

En 2019 participa en la colección de cuentos Dame tiempo, para la editorial PPC (Grupo SM). Tras un par de años sin publicaciones, en 2021 publica La hija del soplador de vidrio, una novela juvenil de misterio con algunos toques fantásticos, en la editorial Malas Artes y participa en la antología de poesía breve Laberinto breve de la imaginación, en la editorial Cuadernos del Laberinto. Ese mismo año obtiene el XV Premio Internacional de Poesía Antonio Gala con el poemario Escrito bajo las uñas, que se publica en 2022 con la editorial El Toro Celeste. Unos meses antes, publica con Valparaíso el poemario Hogares impropios, que obtuvo en 2021 el I Premio de Poesía José Antonio Ochaíta de la Diputación de Guadalajara.

Es embajador de Casa del Libro, organiza el club infantil y diversos encuentros literarios en la Librería Taiga de Madrid, hace trabajos de corrección ortotipográfica y de estilo para la Organización de Estados Iberoamericanos y tiene un podcast en la radio digital Radio Off the Record, donde entrevista a personas relacionadas con el mundo de la literatura y un blog donde realiza reseñas y habla de literatura y educación.

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La palabra y esos buenos alimentos

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La palabra y esos buenos alimentos

Por Pilar Úcar

Con mayor frecuencia asistimos a la ampliación, al crecimiento inusitado e imparable de la familia léxica de la alimentación. El campo semántico referido a lo que se cuece en la cocina, engorda en razón proporcionalmente directa a la proliferación de dietas milagro, dietas yoyo o dietas prevacacionales; ya no resultan ajenas expresiones del tipo “experiencia gastronómica”, por ejemplo, o “momentos gastronómicos” que poco o nada tienen que ver con aquellos pucheros, hervidos, humos y vapores varios de hace años y décadas.

Lo literario se mezcla con los fogones y añadimos relatos, historias y fábulas a la simpleza de un caldo, al aliño de una salsa o al unto de un aceite.

Adjetivos, hipotaxis, sintagmas preposicionales para describir qué vamos a degustar, paladear y saborear. Sinónimos a cascoporro. Toda una estructura superficial, profusa y grandilocuente, para una minucia de chicha o enjundia. Son los secretos del lenguaje, los entresijos de modas y realidades. El idioma se mueve y cambia y en la comida, mucho. Galicismos mezclados con palabras fetén, de la tierra y castizas, italianismos más o menos populares y mejor o peor fonetizados…geografía y costumbrismo, viajes y platos nuevos o renovados, horarios de comida, timetable descabalado, de la fastfood al reposo del chupchup, del chef a la chefa y del sumiller a la sumillera. A ver quién tiene reaños con este desdoblamiento genérico -gramatical- por supuesto.

Algo tan primario y básico, esencial para la subsistencia humana, un derecho de todos y para algunos un bien preciado como es el comer (el bien yantar de antaño) se ha convertido en tema y contenido de multitudinarios congresos, titulaciones universitarias, debates polémicos, programas de campanillas…

Tradición y exotismo, de siempre y lo nuevo, la comida une, los alimentos facilitan “digestiones” complicadas creando inefables momentos lingüísticos y sociales.

FILOLOGÍA Y LENGUA ESPAÑOLA

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Directora Pilar Úcar Ventura

Poca palabra y mucha pompa…

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Poca palabra y mucha pompa…

Por Pilar Úcar

Pompa y circunstancia, pompa y boato, rugido estridente, entre anacrónico y circense entre extemporáneo y teatral. Porque de eso se trata, de un auténtico y genuino espectáculo con su script y su guion avant la lettre, sin saltarse ni una coma del papel asignado. Marionetas en un guiñol para solaz y esparcimiento de los amantes de la hipérbole, lo enfático, la euforia postiza.

Pocas palabras, muchas melodías: inventadas, salmodiadas, rítmicas, culturales, variopintas y hasta bailables.

Expresiones periclitadas, fórmulas regias anquilosadas que se sacuden, adormecidas, siglos de polvo, preguntas postizas y respuestas impostadas, aprendidas y cacareadas.

Conversación escenificada, tono modulado y entonaciones ensayadas.

El fraseo se escucha amplificado, el silencio se oye, se respira ceremonia y suntuosidad.

Los periodistas se afanan en esquivar huecos, vacíos televisivos que hundirían audiencias.

Rezos y proclamas, oraciones y salmos. Modismos propios de rituales añejos, lenguaje protocolario y liturgia rancia, todos los figurantes rodeados de antigüedades, convertidos en antiguallas.

Trompetas y timbales. Palmas y palmeros, luciendo palmito para llevarse la palma.

La estructura superficial ahoga a la profunda; del dicho al hecho, un gran trecho.

Todas las figuras retóricas reunidas en flemático conciliábulo, rimas y estrofas sarcásticas, morfosintaxis artrósica, semántica con muletas, vocabulario farfullando lo que el apuntador marca. Parafernalia lingüística, vítores en parihuelas.

Palabras rimbombantes, frases ampulosas, párrafos elogiosos, todo tan encomiástico idiomáticamente hablando, como se merece un acto de tal prestancia, trajes a medida con hechuras dislocadas y polícromas. Coherencia y cohesión en el verbo y en el gesto. Ademanes y aspavientos propios del aparataje desplegado para un momento tan notable y notorio. Fastuosidad, grandeza y vanidad, mucha vanidad. Oropel y carcasa. Procesión solemne, desfile, homenajes, reverencias. Cuadros vivos de pinacoteca animada y fotogramas en movimiento en el set de rodaje. ¡¡Prevenidos!!

God save the Queen (SORRY, the King)

FILOLOGÍA Y LENGUA ESPAÑOLA

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Directora Pilar Úcar Ventura

Esas palabras que usamos con tanta frivolidad

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Esas palabras que usamos con tanta frivolidad

Por Pilar Úcar

Serán las prisas que parecen dominar el discurso oral -que todo lo transmite a la velocidad del rayo- o será que el emisor incorpora nuevos términos, traídos y llevados de campos semánticos especializados a su conversación cotidiana, pero desde hace ya mucho tiempo, los diálogos, opiniones y comentarios que emitimos, pronunciamos y escuchamos en muchos momentos de nuestra vida cotidiana, se ven salpicados de palabras cuyo uso se acerca a la frivolité; y seguramente se debe a su rauda difusión a través de los medios y las redes y a una buena dosis de ignorancia por parte de los hablantes, sin duda.

Rara es la persona que no sufre ansiedad o padece estrés por los atascos o en su jornada laboral, en el ámbito doméstico…; de ahí a la adicción, pocos centímetros: esa música o la nueva serie televisiva, son adictivas, oímos.

Antes había que tener cuidado para no inhalar gases tóxicos, pero en los últimos años asistimos a relaciones tóxicas, programas tóxicos…

Conviene repasar el auténtico significado de vocablos como estrés, ansiedad, toxicidad o adicción – por no entrar en cuántos diagnósticos médicos y patologías se emplean de manera cómica para identificar alguna carencia, tara o defecto físico y mental-: más que políticamente incorrecto, su utilización supone grosería, vulgaridad e inexactitud, trato irrespetuoso, siempre.

Psicólogos, pedagogos, médicos y terapeutas, sociólogos y lingüistas llaman la atención acerca de la cantidad de palabras “biensonantes” que trufan día sí y día también nuestras interacciones sociales, y reclaman una vigilancia muy atenta además de exigir prudencia y, sobre todo, cordura y rigor a la hora de expresar mensajes de más o menos buen tono, con cierto tufillo de “cultez” pero que no dan en la diana, sino que se alejan del contenido certero y ajustado. Al pan…

FILOLOGÍA Y LENGUA ESPAÑOLA

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Directora Pilar Úcar Ventura