La soberanía de la militancia

Recuerdo a las víctimas

Que los partidos de la derecha hagan propuestas para su electorado conservador, disgustado ahora porque Franco puede ser irradiado fuera de Cuelgamuros, es lo normal. La dificultad está en encontrar puntos diferenciales de suficiente calado entre ambas formaciones, lo que cada vez se hace más improbable pues no se pierden de vista ni un momento, como almas gemelas.

En efecto, resulta divertida la necesidad que tienen de encontrar diferencias los dos grandes partidos en que se sustenta la derecha patria, PP y Ciudadanos, especialmente desde que Casado ha sustituido a Rajoy con un discurso que recuerda en el fondo y en la forma al Ribera más conservador, discurso que sin duda hace sin esfuerzo alguno pues coincide con lo que de él sabemos desde que apareció en política con el visto bueno de Aznar, azote de rojos y demás ralea progresista. Como se dice: encuentre Usted las siete diferencias (creo que con una nos conformaríamos).

Por su parte, que la izquierda también tiene ahora dos grandes núcleos, PSOE y Podemos, y una serie de piezas menores como Izquierda Unida, las Mareas o Compromís, resulta obvio. Lo que no es tan obvio es si han aprendido de errores pasados que les han pasado factura en sus electorados, ya cansados de unas divisiones que sólo favorecían a la derecha.

A Podemos le gusta explicarnos que gracias a ellos se capitalizó en votos una parte muy relevante del 15M y que llevaron a las urnas a esa izquierda ácrata que siempre se había negado a depositar su voto, para grata satisfacción de la derecha. Lo que no les gusta recordar es que podían haber puesto fin al Gobierno del PP mucho antes si hubieran tenido la generosidad de apoyar a Pedro Sánchez cuando este pactó con Ciudadanos obligado por los aristócratas de su Partido, esto es, Rubalcaba, Susana, Felipe, etc..

Le pudo a Podemos la vana ilusión de que podría comerse al PSOE; es verdad que el PSOE de la mano de Felipe, Zapatero y Rubalcaba fue acusando una lamentable deriva conservadora, de tal forma que muchos de sus dirigentes se sentían más cómodos con los poderes fácticos que con las ideas socialistas. Pero un análisis sosegado le habría llevado a Podemos a la conclusión de que no es fácil tumbar a un Partido centenario como el PSOE que tiene una brillante historia tanto reciente como anterior, repleta de logros para el bienestar de los ciudadanos, y con una militancia muy implicada debido a su convicción ideológica socialista, extendida y organizada por toda España.

En efecto, este rumbo hacia los acantilados fue frenado en seco por sus militantes volviendo a coronar como Secretario General al derrocado Pedro Sánchez. Esperemos que esta experiencia traumática haya conseguido hacer entender a los dirigentes del PSOE que el futuro político de este gran Partido no puede ser el de hacer de palmero de los poderes fácticos como ocurrió de forma notable con la modificación del artículo 135 de la Constitución.

Lo siento por Lambán pero para ser del PSOE hay que ser rojo.

Salud

ANA PULIDO.- AEP

Un pensamiento en “La soberanía de la militancia

  1. Hay que ser rojo y radical en la defensa de la igualdad de oportunidades.
    Para ello hay que legislar, llegando a acuerdos con la oposición más próxima a tus posiciones de izquierda. Esa izquierda es Podemos para el PSOE.
    Los militantes no podemos dejar que el BOE caiga en manos de la derecha rancia y sectaria de PP y C,s. otra vez.
    En el PSOE quien ejerza de liberal, aplaudiendo y pactando prerrogativas para el capital sin excrúpulos errará en el intento de cohesionar la organización y generará incertidumbre en los votantes más fieles haciendo que no voten.
    Dar paso a los que vienen detrás es inteligente en una organización política con recursos personales como ha demostrado el PSOE con la elección de Pedro Sánchez como Secretario General y candidato, independientemente de la legitimidad o no de otras posiciones mientras se busca al mejor.
    Ha quedado demostrado que alcanzó consenso para gobernar cuando sacó sus posiciones más progresistas y las puso encima de la mesa por la fuerza de las convicciones de la militancia y el apoyo de está a su líder.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


*