La Segunda Internacional por los refugiados en 1910

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La Segunda Internacional por los refugiados en 1910

Por Eduado Montagut

El VIII Congreso de la Internacional celebrado en el año 1910 en Copenhague, además de su compromiso contra la guerra y por el desarme, en plena paz armada, y de condenar la pena de muerte, se preocupó por el derecho de asilo, ante el aumento de los refugiados, fruto de los conflictos y situaciones prerrevolucionarias que se estaban produciendo en el período anterior al estallido de la Gran Guerra.

Los socialistas denunciaban que se estaba vulnerando el derecho de asilo para los refugiados políticos con argumentos que consideraban falaces. Se ponía el ejemplo del refugiado ruso Julio Wezosol, que había sido detenido en Boston y entregado a las autoridades rusas, empeñadas en una verdadera cruzada represiva.

También se denunciaba a Gran Bretaña y Francia, que se había apuntado a una realidad ya casi común entre las autoridades de la época, independientemente del régimen político que se tratase, como lo demostraba el caso del revolucionario indio Viniak Dámodar Savarkar, uno de los principales activistas del movimiento por la independencia de la India. Había sido detenido en Francia y extrañado sin respetar, al parecer, las formalidades legales. Fue detenido por su vinculación con un grupo revolucionario denominado “India House”. Intentó escapar mientras era deportado desde Marsella, pero sin éxito. Sería condenado a dos cadenas perpetuas en la cárcel de las Islas Andamán y Nicobar, aunque salió en 1921 después de firmar un documento por el que renunciaba a las actividades revolucionarias.

El Congreso de la Segunda Internacional Socialista protestó enérgicamente contra las violaciones del derecho de asilo, y solicitaba al proletariado internacional que resistiese con todos los medios de propaganda y de agitación con los que se contaba contra lo que los socialistas consideraban atentados a la dignidad e independencia de sus propios Estados, y que amenazaban la libertad de acción de la clase obrera y sus relaciones internacionales, porque evidentemente se perseguía, entre otros grupos, a dirigentes políticos y sindicales que cuestionaban los sistemas políticos y económicos.

Hemos consultado la resolución del Congreso de Copenhague en el número 1.279 de El Socialista.

 

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