El trato a los indigentes en el invierno de 1922

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El trato a los indigentes en el invierno de 1922

Por Eduardo Montagut

En este trabajo continuamos con nuestro interés en la cuestión de la mendicidad en la historia contemporánea española. En esta esta nueva entrega analizamos la situación en el Madrid del invierno de 1922 cuando estaba en marcha una campaña contra la mendicidad, una de las que, periódicamente, se daban, denunciándose el trato que recibían los ciegos e indigentes.

Al parecer, el gobernador de Madrid publicó una nota desmintiendo las denuncias realizadas por la prensa sobre el maltrato que se había dado a tres personas ciegas. El Socialista afirmaba que había más que eso porque tenía constancia de que parte del personal subalterno del Gobierno Civil y del Asilo de Yeserías daban un trato no muy adecuado a los “humildes y desvalidos”. Algunos de los procedimientos higiénicos que se aplicaban en dicho establecimiento no tenían en cuenta las circunstancias de salud de cada persona, empleando, por ejemplo, baños de agua fría.

Pero no solamente estaba el trato que se recibía, sino también estaba la cuestión de la queja de las personas ciegas contra el jornal de catorce reales.

Los ciegos tenían la exclusiva de la venta de participaciones de lotería, y se había formado una orquesta con jornal diario, pero no se sabía a cuanto ascendía dicho jornal, aunque el periódico obrero afirmaba que debía ser de catorce reales, además de señalar que los ciegos que vendían las participaciones eran detenidos cuando recibían limosnas del público, aunque no las pidiesen, siendo enviados a Yeserías. El periódico denunciaba que se pudiera ingresar a un ciego por tomar una limosna que no había pedido, y que se pudiera pensar que se podía vivir con catorce reales.

El periódico no criticaba que se intentar terminar con la mendicidad, pero no con esos procedimientos. En todo caso, se opinaba que resolver por completo el problema de mendicidad dentro del régimen en el que se vivía era imposible. Una ley de vagos no se podía aplicar en un país donde no había pleno empleo, sino mucho paro.

Se era consciente de las dificultades, pero, al menos, se pedía que se estableciesen normas más humanitarias y respetuosas con la libertad individual de ciegos e indigentes.

Hemos trabajado con el número 4069 de El Socialista, de 25 de febrero de 1922. En la hemeroteca de El Obrero encontrará el lector interesado distintas entradas sobre la preocupación de este autor sobre este particular tema.

Observatorio de Historia de Arco

Director: Eduardo Montagut

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