Claridad ante todo… ”Poner negro sobre blanco”
Pilar Úcar
¡Cuánto nos gustan los colores! Y si dan en contraste, más. Y si son extremos, mejor. Las expresiones con blanco y negro se multiplican: “gato negro, suerte negra, quedarse en blanco, estar sin blanca, verlo todo negro o dar en el blanco” y unas cuantas más. Hace algunas décadas llegaron aires de incorrección política y anduvimos temerosos de aplicar el término negro para cualquier circunstancia, elemento, persona o cosa del discurso no solo hablado, sino también escrito; parece que se han relajado aquellas mordazas foráneas y hoy campan a nuestras anchas (casi) el negro y el blanco, sobre todo el negro y se materializa en la profusión, muy periodística, sin duda, del modismo: “negro sobre blanco”; poner algo en esas tonalidades con el sentido de dejar claro un mensaje.
Una fórmula lingüística elegante, en apariencia, que viene a sustituir todo lo que se esconde en la estructura profunda saussureana: “tú, a ver si te enteras, más claro, agua”.
Ese “negro sobre blanco” nos remite al uso de la tinta negra que marca y mancha el papel blanco con signos, santos, señas y señales para dejar constancia de un contenido que se pretende “claro”, albo, como el amanecer; claridad frente a verba volant. Scripta manent supone un compromiso de lo dicho. Lo escrito, escrito queda. Pero sabemos que del dicho al hecho…y por eso, de tanto repetir la expresión que hoy nos ocupa, pronto acabará desemantizada y perderá su valor prístino.
La originalidad léxica está en no abusar, no insistir machaconamente en la idea y en la estructura, en el significado y en el significante pues se corre el riesgo de convertirlo en un cliché sin efectividad comunicativa. La riqueza del lenguaje radica en la capacidad de emplear sinónimos que doten al mensaje de variedad y atracción estilística y conceptual.
FILOLOGÍA Y LENGUA ESPAÑOLA
Directora Pilar Úcar Ventura