La palabra y la “fina” ironía de los sufijos diminutivos

IMG-20211027-WA0006

La palabra y la «fina» ironía de los sufijos diminutivos

Por Pilar Úcar

“Nidito”, “maridito”, “faldita”… podríamos enjaretar unos cuantos más, sin duda. Y me malicio que a pocos lectores se les ocurrirá pensar en el tamaño reducido del nido de las cigüeñas, por ejemplo, o en la escueta estatura del esposo de una amiga, o en la falda de talla xs que luce alguien (superado el binarismo, ahora esa prenda no es privativa de las féminas).

La morfosintaxis nos enseña toda la enjundia que esconden los sufijos diminutivos: cierto que algo de pequeñez existe, bastante de afectividad: “malita”, “pobrecito” y mucho de intencionalidad, no sé si aviesa, torticera…en cualquier caso, van cargados de retranca e ironía.

Uno de los más aplaudidos en los últimos días es: “piquito”, famoso término que pretende justificar comportamientos detestables. En la estructura profunda, subyace un contenido de una potente carga exculpatoria: “solo es un cariñito -ahí va otro diminutivo menguado-una aproximación de amigos y conocidos, nada, una tontería -“tonterieta” dirán algunos- y como hemos interiorizado que el diminutivo reduce todo, ahí va ese beso en la boca, que es una nadería, un apretar de labios sin más, como si hubiera sido un refrote de narices o un entrechocar de codos. Cultura y estereotipos, me dirán. Los mediterráneos somos muy de sobar, achuchar y besuquear: “toquecito”, “achuchoncito” y hasta “morreíto”. Pequeños tal vez, afectivos, quizá. Solo si los implicados lo consienten y dicen: ¡dale!, vamos con el “pico” sin aminorar el lexema ni la acción.

Con la que está cayendo, vaya “tiempito” o “tiempecito” nos está regalando la climatología -a pesar de que el cambio del ídem es una patraña de mentes febriles y calenturientas- conviene pararse y pensar; un momento de reflexión antes de proferir palabras en diminutivo: analizar a quién, dónde y por qué se profieren.

FILOLOGÍA Y LENGUA ESPAÑOLA

AddText_03-19-12.37.26

Directora Pilar Úcar Ventura

Recuperación de la Memoria Histórica de nuestros intelectuales: Ángel Garma

Screenshot_20230828_190745_20220107_003026

RECUPERACIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA DE NUESTRO INTELECTUALES: ÁNGEL GARMA

Los acontecimientos desarrollados en España durante la Guerra Civil y posteriormente el quehacer de aquellos que escribieron nuestra historia sólo de un modo, el del vencedor, realizaron un borrado de infinidad de nombres de la intelectualidad más puntera de nuestro país, entre los cuales estaba, Ángel Garma.

Pero gracias a la acogida del pueblo argentino, la semilla del trabajo psicoanalítico de Garma hoy sigue viva y ha podido volver a ser rescatada de nuevo en su país de origen, España.

La idea y el proyecto de abrir un espacio psicoanalítico en el Ateneo de Madrid dentro de la Agrupación Especial Ateneísta que lleva su nombre junto con el apoyo incondicional de la Agrupación Agustín Argüelles, se funda primero en la recuperación de la memoria histórica de nuestros intelectuales perdidos y en segundo lugar por el deseo que la filosofía del espacio coincidiese con la impronta del talante que Garma aplicó a su trabajo.

Este proyecto se ve hoy recompensado de una forma muy entrañable, con la invitación de la Sección de Psicosomática de la APA (Asociación Psicoanalítica Argentina) a unir ambos espacios invitándonos a explicar la figura de Garma y el trabajo que desde esta Agrupación estamos realizando para sacar del olvido a uno de nuestros más prestigiosos psicoanalistas, dentro del marco de su próximo Congreso de Psicosomática que tendrá lugar los próximos 1 y 2 de septiembre en Buenos Aires.
La importancia de los factores psicológicos en la enfermedad, se han puesto de manifiesto a lo largo de la historia, si bien no aparecen “construidos” como etiopatogénicos hasta hace poco más de un siglo.

Siempre hubo Medicina Psicosomática a lo largo de la historia, pero sólo en los últimos años hay Patología Psicosomática, porque hay Psicoanálisis. Es decir, el paciente siempre fue visto como hombre enfermo, pero sólo desde la aparición del psicoanálisis se pudieron introducir los aspectos emocionales y personales como factores etiopatogénicos del enfermar.

Aunque Platón afirma que un error extendido entre los hombres es el de querer emprender separadamente la curación del cuerpo y la del espíritu. Y esta postura la retomó y reelaboró el hilomorfismo de Aristóteles, según el cual, cuerpo y alma formarían una sola sustancia. Estas intuiciones de Platón y de Aristóteles hubieran podido desarrollar una patología psicosomática, sí, pero los médicos griegos y entre ellos Galeno fueron fieles al craso naturalismo del Corpus hipocratium por lo que sólo pudieron ver la enfermedad como un desorden de la naturaleza, quedando las ideas de Platón y Aristóteles entre los filósofos.

A ello, en España, a partir de los años 40, se añade una alianza de poder entre estado e iglesia con preponderancia cultural del cristianismo en todas las instituciones, lo que conlleva a los médicos, educados en las universidades españolas con la medicina de galeno, a no saber llegar hasta una patología psicosomática, al seguir elaborando la patología desde el supuesto de la mera alteración corporal. Supuso un enorme retroceso cultural para el psicoanálisis y la psicosomática en España.

Supuso el callar del psicoanálisis, supuso la prohibición de los libros de Freud y la persecución de cualquier forma de pensamiento libre y el advenimiento del conductismo a la universidad como único método de trabajo.

Recordemos cuando Serrano Suñer, ministro del Interior en la España franquista solía decir: “fuera de España no existen españoles”.

Por esta frase, considero de especial relevancia la oportunidad de hermanamiento que la Asociación Psicoanalítica Argentina nos brinda de poder traer el recuerdo del trabajo del psicoanalista español Ángel Garma, cuyo capítulo de la historia del psicoanálisis y de la psicosomática, jamás hubiese tenido lugar en aquella España.

Recuperar el psicoanálisis, reavivar la psicosomática, recuperar el nombre de los intelectuales perdidos y demostrar que todo está vivo y por hacer, ahí estamos en el Ateneo de Madrid desde la Agrupación Especial Ateneísta Ángel Garma siempre en estrecha colaboración con la Agrupación Agustín Argüelles en un trabajo incesante por esa recuperación histórica que tanto se merecen los que nos precedieron.

Belén Rico
Directora Área Estudios Sociales Arco Europeo Progresista

IMG-20190517-WA0036 (2)

AddText_04-25-01.49.56AddText_03-28-05.40.58

La palabra y los refranes: “Hombre refranero…”

20230829_184504

La palabra y los refranes: «Hombre refranero…”

Forman parte del acervo cultural, de tradiciones populares, de nuestro lenguaje.

Todos sabemos unos cuantos, y allá donde nos parece “endilgamos” uno o más, completos o inacabados; ocurre como con la comida rápida o la bebida dulce: crean adicción y ya puestos, enjaretamos todo un rosario de cuentas, eslabones de una cadena hasta el hartazgo.

Y es que a nuestro refranero le encajan a medida muchas etiquetas: anticuado, machista, sabio, aldeano, ejemplar, reaccionario, divertido, polémico, difícil, sorprendente…ya se sabe que las palabras y la rima, las metáforas y la moraleja suponen una breve lección morfosintáctica, a veces acertada y en otras ocasiones, aburrida por conocida y por desconocida, que de todo hay.

“A quien madruga, Dios le ayuda”, “cuando en marzo mayea, en mayo marcea”,  “más vale pájaro en mano que ciento volando” o “allí donde fueres, harás lo que vieres”, por ejemplo,  constituyen un compendio de máximas vividas y experimentadas, ojo avizor, un manual de autoayuda, un ramillete de sentencias de todo pelo y pelaje.

La persona que gusta de sazonar su conversación con alguno de ellos, es observada con  cierto recelo y no pocas sospechas por parte de miradas capitalinas, llenas de ínfulas de superioridad.

Verdad es que los refranes suponen creatividad, síntesis, sonoridad y buena dosis de realidad, a la vez que enjundia, filosofía de vida mediterránea, idiosincrasia propia de nuestro país. Auténticos mecanismos lingüísticos para su empleo en según qué actos comunicativos: registro idiomático familiar, estilo coloquial, conversación entre próximos. Lo acertado, siempre, en su justa medida.

Cuando queremos traducirlos a otros idiomas, vemos la cara de pasmo de los extranjeros al intentar acomodarlos a su lengua. Ahí radica lo genuino de cada cultura: difícil trasladar todo un saber, un vivir, toda una historia y acoplarla a hechuras extrañas.

FILOLOGÍA Y LENGUA ESPAÑOLA

AddText_03-19-12.37.26

Directora Pilar Úcar Ventura

La palabra y …” buena letra”

AddText_01-19-12.01.40IMG-20230823-WA0004

La palabra y …” buena letra”

Por Pilar Úcar

En no pocas ocasiones hemos dicho y escuchado la expresión: “despacito y buena letra” y teníamos muy claro que no se trataba de escritura sino de cuidado y esmero en la ejecución de algún menester.

Eso de la “buena letra” tiene su enjundia y su miga “estética” porque al fin y a la postre se trata de caligrafía, de escribir ¿bien? ¿con corrección?, vamos, para que se nos entienda. ¡Qué importante resulta el envoltorio! Una carcasa delineada y sin salirse de la pauta.

Nada que ver con la expresión tan antigua por extemporánea de “tiene letra de médico”. Ahora los facultativos teclean con dos dígitos en el ordenador no solo síntomas y diagnóstico, sino también el tratamiento que aparece reflejado en nuestra tarjeta electrónica.

Me malicio que, como pacientes, éramos incapaces de comprender todo lo que nos explicaban -de forma oral- acerca de nuestro estado físico y anímico.

Hace pocos días se celebró el día internacional de la caligrafía y desde este observatorio defiendo la importancia de la escritura amanuense, lápiz en ristre para los párvulos, -qué felices se mostraban al superar el nivel del grafismo del trazo grueso y fino al uso del boli, por todo lo que favorece el aumento de concentración, orden y armonía en el desarrollo de quien la practica; la caligrafía ayuda a la coordinación visual, al incremento de la memoria y a facilitar la claridad mental.

Sin desterrar la técnica, sin prescindir del sonidito o soniquete de los dispositivos actuales que pueblan nuestras aulas, la buena letra supone un reflejo de la personalidad propia en continua evolución. Lev Vygotsky, destacado psicólogo y fundador de la Psicología histórico-cultural, lo atestigua con sus atinados estudios ad hoc.

Además, escribir con buena letra invita a la creación e incentiva la creatividad.

FILOLOGÍA Y LENGUA ESPAÑOLA

AddText_03-19-12.37.26

Directora Pilar Úcar Ventura

«¡Joé!” con la atenuación…una de litote

20230815_112958

«¡Joé!” con la atenuación…una de litote

Por Pilar Úcar

Litote, lítote o litotes que igual sirven para definir la figura retórica en la que el emisor no dice todo lo que quiere expresar, pero sí lo suficiente, lo justo y necesario, para que se entienda su mensaje dirigido a uno o varios receptores, casi siempre negando lo contrario de lo que se pretende (y se desea) comunicar, o sea, que a alguien le quieres largar que se ha equivocado y ha cometido un error descomunal, pero tú muy finamente, le espetas, suavizando tono, gesto y ademanes, algo así como: “creo que tu idea no es del todo correcta”.

El afectado, que en la mayoría de casos, tonto no es, y conoce el jueguecito conversacional, se entera del meollo, aunque la carcasa venga en celofán.

A mí me gustan sobremanera, expresiones “del pelo”, -diríamos los boomer-, “del palo” prefiere la generación Z: “te lo digo desde el cariño, porque somos amigos y te quiero”.

Rápidamente me pongo en guardia y me echo a temblar: este preámbulo anticipatorio (valga el énfasis) me previene de lo suave o no que me viene un mensaje con tanto afecto garantizado.

Otro modismo muy insistente: “sin acritud”, con la pronunciación fetén de “acrituz o acritú” según coordenadas espaciales. Y uno piensa: “¿salgo corriendo o aguanto el tirón?”

Pero, sin lugar a dudas, mi favorito, por mi origen del norte -que ya sabemos en esos lares se lleva la sinceridad acérrima con poco sirope y nulo tacto- (seguro que el día que explicaron figuras retóricas y tocó la litote, faltaron a clase) es el que reza así: “no sé si decírtelo, pero sabes que yo voy de frente”. Me suben y me bajan unos calores impropios de mi edad, mis biorritmos se descomponen y solo acierto a pensar: ¡¡por favor, que se escore!!.

FILOLOGÍA Y LENGUA ESPAÑOLA

AddText_03-19-12.37.26

Directora Pilar Úcar Ventura.

¿Qué significa hablar mal?

20220201_001610

¿Qué significa hablar mal?

Por Pilar Úcar

Desde este marco incomparable en el que me encuentro, hoy va de reflexión veraniega o estival, mientras aprieta la canícula en una nueva ola de calor que asola e invade nuestro país.

Unos cuantos clichés lingüísticos se han enunciado en la presentación inicial (¡qué énfasis tan innecesario!, ¿verdad?)

A modo de reflexión casi filosófica, me permito formular un variado elenco de preguntas acerca del significado de “hablar mal”, y no me refiero a ningún defecto físico relacionado con los órganos productores de la voz, sino a esa expresión tan manida por insistente de: “pero, ¡¡qué mal habla!!” ¿Qué ocurre?, nos podríamos plantear que el menda de turno al que se le adjudica ese adverbio farfulla, bisbisea, masculla, barbotea…o que chismorrea, cotillea…

Van las interrogaciones: ¿Quién habla mal? ¿Algunos profesionales hablan peor que otros? ¿Soltar tacos es hablar mal? ¿Con quién y a quiénes hablamos mal? ¿Dónde se habla mal? ¿Con los familiares, con los amigos, en nuestro país y no en otros allende los mares?

¿En el norte de España se habla mal o en los archipiélagos? ¿Depende del origen social y económico, de la posibilidad de acceder a estudios y de la educación recibida y practicada?

¿Nuestros jóvenes, hablan mal? ¿Los yayos? ¿La generación Z o los boomers? ¿Los extranjeros que aprenden nuestro idioma?

En definitiva, “¿qué es hablar mal?”. La enjundia radica en la oposición establecida entre bien y mal como dos polos que se atraen como dos extremos que se repelen.

Cela, Hita, Quevedo, Valle-Inclán, Lázaro de Tormes, Calixto…unos famosos malhablados, algunos reales y otros ficticios.

Sin rasgarnos las vestiduras (otro cliché más) y sin convertirnos en el azote lingüístico de propios y extraños, cuidemos la comunicación para facilitar la interacción humana, pensemos antes de decir y no digamos siempre lo que pensamos.

FILOLOGÍA Y LENGUA ESPAÑOLA

AddText_03-19-12.37.26

Directora Pilar Úcar Ventura

El bucle de la pregunta-respuesta en el periodismo de hoy

20230731_104409

El bucle de la pregunta-respuesta en el periodismo de hoy

¡¡Qué poco trabajo tienen las personas que son entrevistadas por los periodistas!! Da igual de qué se trate, no importa el tema, ni la cuestión que ocupe a “preguntador y respondedor”.

Ya no existe ni la pregunta cerrada ni abierta. Va todo en el mismo pack, en un dos por uno promocional; quienes esgrimen la alcachofa, sea micrófono inalámbrico, de petaca o modelo Madonna, en el estudio de radio, ante la pantalla televisiva o a pie de calle (inefable barbarismo de estilo y lingüístico), lo dan todo mascadito para que no se atragante el interpelado y no haya error ni omisión: son los propios comunicadores os que preguntan y (se) responden, así que al invitado y al especialista solo le queda poner cara de interés, de pasmo, de espera atenta y al final el papel asignado en este teatrito es el de convidado de piedra: “no se preocupe, ni se sofoque ni se ponga nervioso, ya contesto yo, usted impasible el ademán, pose, sonría y fin”. A otra pregunta.

La cara de besugo es de campeonato: la respuesta que se supone va a dar el interrogado ya aparece explícita en la pregunta, cada vez menos interrogativa y más enunciativa, o sea, una breve -o no tanto- conferencia de supuesta sabiduría personal, para eso han pasado por las aulas de Ciencias de la Información o de Comunicación (tanto da).

Un auténtico monólogo, una introspección en voz alta: dos guiñoles en el escenario. Uno pregunta y responde, y por si no ha quedado claro, repite, insiste y repregunta, y por supuesto, recontesta. Poco hay de diálogo (casi entre besugos) en el acto comunicativo que describo en estas líneas hoy: emisor y receptor se identifican, se funden en una suerte de contexto fluido inapelable.

FILOLOGÍA Y LENGUA ESPAÑOLA

AddText_03-19-12.37.26

Directora Pilar Úcar Ventura

Teología y palabra de teólogos

20230725_112801

Teología y palabra de teólogos

Por Pilar Úcar

Siempre me ha llamado la atención cómo hablan los teólogos y, sobre todo, cómo escriben.

Su redacción rezuma exordios, comentarios intelectuales, glosas, comparaciones y ejemplos; florituras lingüísticas más o menos atinadas y más o menos conocidas por el amplio público. Asistimos a todo un recorrido histórico, un recuerdo pretérito hecho presente de citas de filósofos y religiosos, mártires y exégetas…todo un despliegue de figuras retóricas, referencias y frases sentenciosas.

Me resulta un arcano su vocabulario, la terminología tan críptica y a la vez bien sonante, pomposa, casi rugidora, llena de abstracciones, atiborrada de conceptos parasintéticos, neologismos y latinismos. El común de los mortales se mueve de la biblia a los evangelios, la consagración y el santiamén, carta de uno a otros y de otros a uno: la epístola y preces o peticiones.

A mí me gusta indagar en sintagmas como: “mistagogía eclesial ignaciana” (Papa Francisco Bergoglio dixit) o en estos otros adjetivos aplicados al gran sustantivo Teología: Fundamental, Dogmática, Moral, Espiritual y Pastoral; seguimos: Eclesiología, Cristología, Patrística, Parábolas, Sacramentos y Libros proféticos…un auténtico elenco de materias que imagino tan variadas como extensas y tan variopintas, selectas y selectivas con matices y límites que yo desconozco.

Conviene desbrozar sus palabras, las que profieren los teólogos, analizar el tono y atender a su entonación; seguir sus gestos, comedidos y pausados, nada de aspavientos ni de decibelios. Como si no hubiera prisa, en un tempo lento que el Paráclito detiene con intensidad y reflexión. Los silencios, ¡¡qué importantes!! La línea melódica que advierte con cierto aire admonitorio, delicada pero contundente: no dan puntada sin hilo. Estoy segura.

Logos y Verbo, Dios vivo, Dios carne, Divinidad trascendente, Palabra, Guía y Gracia.

Hasta las mayúsculas se concitan en este sínodo, conciliábulo grandilocuente. Mejor no me meto en este jardín. Amén.

Directora Pilar Úcar Ventura

23 J : DÍA CLAVE PARA NUESTROS DERECHOS

_20220107_003026

El próximo domingo 23 de julio tenemos que decidir que gobierno queremos para España. En Arco Europeo Progresista tenemos claro que es necesario garantizar con el voto los derechos de los ciudadanos.

Por ello, no dudamos en pediros a todos los progresistas que el próximo domingo vuestro voto ayude a parar cualquier retroceso en nuestros derechos.

ARCO EUROPEO PROGRESISTA CÍRCULO CONSTITUCIONAL LIBERTAS

AddText_07-11-12.51.18

 

La palabra y algunos fenómenos de la naturaleza

20220418_194545

La palabra y algunos fenómenos de la naturaleza

Por Pilar Úcar

“Polvo en suspensión y viento racheado, ola de calor y granizada, pleamar y marejadilla” … superadas las “líneas isobaras y el anticiclón” que siempre estaba incrustado en las Azores, más allá de “chubasco y chaparrones, rayos y truenos”, los fenómenos meteorológicos, como fenómenos naturales que son, se dan en la atmósfera y en la literatura, en las conversaciones diarias de cualquier registro idiomático; según el grado de intensidad, pueden tener efectos positivos o negativos no solo en los ecosistemas, sino también, en las sociedades humanas que se comunican a través del lenguaje.

Ahora conocemos al Niño y a Filomena, compartimos terraza veraniega y “batamanta” invernicia con la ciclogénesis explosiva, la gota fría y el aire caliente del Sahara, mientras nos vigilan estratos, cúmulos y nimbos amenazantes o tranquilizadores.

Y, claro, la lengua permeabiliza y cala hasta los huesos como el sirimiri o el orvallo: pocos son los gremios que se libran de esta jerga formada por metáforas tan comunes y conocidas: en política, en deportes y economía, en cultura y espectáculos: “lluvia de aplausos, le ha dado el siroco, después de la tempestad, viene la calma, tormenta de insultos, tsunami de protestas, marejada en el partido, ha entrado como un huracán, sequía de propuestas, paredes inundadas de carteles” …

La riqueza de nuestra lengua se basa esencialmente en el trasvase de términos de un campo léxico a otro; terminología ajustada al objetivo del mensaje y a la intención del emisor. Ya Aristófanes en Las nubes, advierte que los fenómenos producidos por las nubes, el sol o la luna, expresan el beneplácito o la disconformidad de los dioses con las decisiones de los hombres. Pero me parece que esto último tiene más que ver con el cambio climático y la sostenibilidad del planeta…

FILOLOGÍA Y LENGUA ESPAÑOLA

AddText_03-19-12.37.26

Directora Pilar Úcar Ventura