«El Estado dual» de Ernst Fraenkel

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En la foto Jaime Nicolás Muñiz

El pasado 3 de octubre se presentó en el Ateneo de Madrid, organizado por la Agrupación Ateneísta Agustín Argüelles, el libro «El Estado dual» de Ernst Fraenkel. Intervinieron José Antonio García Regueiro, Letrado del Tribunal de Cuentas y Letrado del Tribunal Constitucional, Antonio Cuerda Riezu, Catedrático de Derecho Penal y Letrado del Tribunal Constitucional y el propio traductor del libro Jaime Nicolás.

La excelente traducción al español de esta obra se la debemos al jurista Jaime Nicolás Muñiz, Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid (1970) y Lizenziat der Sozialwissenschaft por la Universität Konstanz (1975), Administrador Civil del Estado (1971-2017), Letrado del Tribunal Constitucional (1980 y 1987) y ex Director del Gabinete del Presidente del Consejo de Estado (2008-2012).

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Al fondo de la foto Antonio Cuerda y en primer plano José Antonio García Regueiro

El Estado dual o teoría de la dictadura, es un libro escrito durante el régimen nacionalsocialista por el prestigioso jurista Ernst Fraenkel, terminado en 1938, dando una visión jurídico-política que permite entender mejor lo acaecido durante esos años en Alemania.

Una situación donde el poder real lo tiene el llamado Estado de medidas, el cual corresponde al Partido Nacional Socialista, frente al Estado de normas, que es lo que queda del anterior Estado de Derecho, el cual queda relegado a un segundo plano, sin fuerza para imponer sus resoluciones jurídicas frente a las políticas.

Es una dualidad no equilibrada que permite que sea el Führer Jefe del Estado y del Partido sin ningún contrapeso institucional al ser anulados de facto el poder judicial y el legislativo por las ordenanzas de febrero y marzo de 1933, que transformaron el Estado de excepción en régimen general de la vida política alemana.

No obstante, precisa el autor que el Estado de medidas tenía un límite claro cuando se trataba de decisiones que afectaban al sistema capitalista pues el régimen hitleriano debía sus principales apoyos a los imperios industriales del oeste y a los grandes latifundistas del este. En estos casos, el Estado de normas tenía más vigencia, salvo que se tratara de empresarios judíos los cuales fueron eliminados.

En esta línea de protección de los grandes empresarios, de un sistema capitalista extremo, se prohibieron los sindicatos, lo que permitió eliminar cualquier tipo de reivindicación laboral de los trabajadores; esta neutralización del movimiento obrero permitió que los salarios fueran extremadamente bajos, lo que aprovecho el régimen para aumentar el gasto en armamento.

Resulta interesante también el relato histórico, que nos revela que la mayoría de los elementos del régimen nacional socialista no nacieron con él sino que fueron heredados del sistema político prusiano, destacando algunas de las medidas del Canciller Bismarck, en la segunda mitad del siglo XIX, orientadas a fortalecer a la monarquía y a la nobleza frente a las pretensiones liberales y socialistas que intentó anular totalmente. Incluso durante el siglo XIX se pueden detectar antecedentes de la policía política hitleriana en los cuerpos policiales prusianos, con poderes prácticamente absolutos y arbitrarios.

José Antonio García Regueiro, Presidente de la Agrupación Ateneísta Agustín Argüelles, Letrado del Tribunal de Cuentas, Letrado del Tribunal Constitucional y Jurídico Militar. Octubre de 2022.

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