Los orígenes del psicoanálisis con la infancia. Su emergencia

Los orígenes del psicoanálisis con la infancia. Su emergencia[1]

 “El futuro del psicoanálisis depende del psicoanálisis del niño»

Karl Abraham

(Congreso de la Asociación Psicoanalítica Internacional Salzburgo

1924)

Puede ser considerado el año 1912, como aquel en el que la producción clínica y teórica de casos atendidos en la infancia, acumula una tendencia que se venía produciendo desde principios del siglo XX, sobre todo, a partir de la publicación del libro de Freud Tres ensayos para una teoría sexual de 1905, cuando Freud da la indicación de que se realicen observaciones de la infancia que permitan ratificar lo que se estaba encontrando en recuerdos infantiles reprimidos por los adultos, con cuyo material se escribe este texto. Freud deseaba encontrar datos en el niño real que ratificaran lo escuchado en sus pacientes, y cómo el descubrimiento de esta sexualidad reprimida permitía la resolución de los conflictos que atenazaban su vida y eran causa de sus sufrimientos.

Como hemos señalado en otro apartado, Freud no fue un desconocedor de las criaturas, a los que dedicó tiempo de trabajo como neurólogo. Así, como hemos visto, después de su estancia en París, pasó tres meses en Berlín con Babinsky, recibiendo niños y ello con la mirada puesta en formarse sobre sus problemáticas neurológicas, pues a su vuelta a Viena, Kassovit le había ofrecido ser el responsable del servicio de neurología en el primer hospital público de enfermedades infantiles, el Erstes Öffentliches Kinder-Kranken-Institut in Wien (Primer Instituto Público para Niños Enfermos de Viena). Desde 1886 hasta 1896, tres veces por semana, durante unas horas Freud recibiría criaturas ad honorem, de forma gratuita. Esta experiencia le permite publicar diversos artículos y algunos libros: Klinische Studie über die halbseitige Cerebrallähmung der Kinder (Estudio clínico de las parálisis cerebrales infantiles) junto con Oskar Rie, en 1891. Y otros dos en solitario: Zur Kenntniss der Cerebralen Diplegien des Kindersalters, (Sobre el conocimiento de la diplejía cerebral en la infancia) en 1893 y ya en 1897, cuando había dejado el hospital infantil, publica Die infantile Cerebrallähmung (Las parálisis cerebrales infantiles). Obras que resultaron ser de referencia durante muchos años en el ámbito neurológico. Quizás resulte interesante destacar de este periodo que Freud en su acercamiento a los niños mantiene una actitud médica escrupulosa, sin apreciarse particularidad alguna diferente de la que el médico observa con los pacientes: objetos de su mirada y su exploración. Sin embargo, hay que destacar que en el artículo que dedica a la enuresis infantil[2] referido al síntoma de la hipertonía muscular de las piernas, al explorar las causas de esta descarta en su primer apartado, lo que es fácil deducir está en juego. Citamos: “La tensión fue considerada voluntaria, consecuencia de la angustia (Angst) o del pudor de los niños”[3]. En este año, Freud está trabajando y mucho, sobre la histeria y sus mecanismos, así como un trabajo comparativo que le permite discriminar entre parálisis motrices orgánicas e histéricas. Estar ocupado con la histeria y la hipnosis, sobre la que también publica en estos años, no le ayudó a concluir que la hipertonía en las piernas de los niños eneuréticos no podía ser debida sino a la vergüenza y el pudor, pues justamente, a diferencia de los niños no eneuréticos, la zona está profusamente erotizada. El inconsciente ya estaba allí, en los músculos de los niños, y si lo vio en las histéricas, no así en los niños, tachados así de voluntarismo engañoso, como las histéricas. Tal vez el halo de la inocencia también quiso conservarlo, pues ya tenía cuatro hijos.

El velo se le cae, no sin resistencias epistemológicas, escuchando a sus pacientes adultos hablar de su infancia, fundamentalmente de su sexualidad infantil. No será hasta el 1896 cuando publique, en francés y en una revista francesa, su primer trabajo de defensa de la etiología sexual de la neurosis[4], donde hace extensivo lo descubierto en la histeria. Han transcurrido tres años desde el trabajo sobre la eneuresis infantil. Aquí, en este texto y en los textos que se ocupen del núcleo patógeno, el niño o niña seducida se presenta en escena, nos encontramos con la teoría de la seducción como origen traumático de las neurosis. Habrá de esperar, no más de un año, al descubrimiento de “no creo más en mi neurótica”[5] para dar un giro de 180 grados, una inversión en la ecuación, al observar que la seducción es traumática en tanto subjetiva, es una teoría infantil que hace fantasma, construye realidad subjetiva, y es ahí, en lo que Freud denominará realidad psíquica como la seducción opera su efecto patógeno. Deshacer y atravesar el fantasma, abordar la fantasía inconsciente, será trabajo de transferencia en un psicoanálisis, puerta de salida a los nudos inhibidores, represores o frustrantes de la vida subjetiva.

No encuentra en la fisiología –menos aún en la anatomía— la respuesta a las preguntas que le van guiando en su búsqueda de entendimiento y explicación de lo que escucha, pudiera decirse que, agotadas las vías médicas, incluso orgánicas, encuentra el cuerpo sexual en su cruce con el aparato del lenguaje, construcción lingüística que encontramos en Las afasias de 1891. El aparato del lenguaje toma el relevo de la anatomía y la fisiológica, y marca el camino de la función, concepto transicional entre lo fisiológico y lo psíquico, a este último, lo dota de un aparato, el aparato psíquico, como le gustó denominarle. Aparato de mecánica binaria en la primera tópica, donde el lugar tercero más discordante es un subproducto transicional, lo Preconsciente. Agotadas las vías fisiológicas, la sexualidad extendida –como se denominó— y el aparato de lenguaje dan tránsito al aparato psíquico. Un aparato que da vueltas, o al menos, el movimiento ha de ser considerado con algún mecanismo mayor que el levantamiento de la represión como censura. En la segunda tópica de Freud la represión no es solo primaria y secundaria, sino que no es estática confinada en el Ello. El Yo y el Superyo participan de lo inconsciente, que solo lo pudo escuchar al aislar la pulsión de muerte, que reina en aposentos pulsionales. La represión como una modalidad de lo real que, siempre apuntando en lo vivo hablante, confina sí, con lo imposible.

La pulsión de muerte entrando en la rígida estructura solo gobernada por el placer, trastocó el aparato binario y la terceridad se impuso, una terceridad en movimiento donde la temporalidad es externa, tal Otro, un tiempo pasado por el lenguaje, si no hubiera lenguaje no habría tiempo. El tiempo pulsional sin embargo sigue oyéndose en dos fases, abierto y cerrado. Presencia y ausencia. El inconsciente se muestra en el habla cuando los tropiezos de la palabra provocan discontinuidad en la cadena, la cadena de palabras, el discurso o el enunciado, un tropiezo que pone patas arriba las intenciones del enunciado. La discontinuidad como tiempo de apertura y cierre de lo inconsciente. La pulsación temporal de la pulsión. El goce del castigo, lo auto-punitivo fue eje de explicación clínica de los tiempos de Freud –¿cuánto se ha atribuido esta acentuación a la cuestión cultural o religiosa? Reina en nuestros tiempos el goce con objeto, los intelectuales de los tiempos de Marcuse podrían escribir que reina la reificación del objeto, a existe. Recordemos los comentarios de Lacan al respecto del psicótico, que cree lo lleva siempre en el bolsillo y del perverso, que cree tenerlo. El objeto, en nuestro tiempo, se encuentra por todas partes como incitación a la consumición del goce, hay un objeto para cualquier goce imaginable. El goce pide cuerpo, el cuerpo del goce, es tendencia subjetiva de nuestro tiempo hacer del goce identidad. La normativización del goce por Edipo en tiempos de Freud por la vía de la castración, una salida –como fue entrada, por conflicto— de la neurosis. De castración real y/o imaginaria a castración simbólica, la falta. El goce con objeto reta a la normativización edípica. ¿La cuestión es Edipo, o es la norma? Encontrar una salida edípica no edípica.

¿Quién es Edipo en nuestro presente? Edipo es la historia de un hijo, de una hija, que es lo que somos. Hijo o hija es huella inconsciente, esa escritura primera de la alienación que la separación guarda como inmemorial. Hay letra de hijo o hija, puede decirse, no hay letra de padre ni de madre. La cuestión de Edipo es la letra del padre y el cuerpo de la madre. De cómo esa letra se conquista por metáfora, una especie de “no soy yo, es él”, o el descubrimiento de un “más allá” que, cuando favorable, es el padre. O para señalar con más agudeza en lo que a la criatura le atañe, descubrir que se trata de lo que tiene el padre sin serlo, o lo que la madre busca “más allá” de la criatura. Un lugar de exclusión regido por el deseo. El lugar de exclusión es puesto en barrena por el goce con objeto, no hay lugar de exclusión del goce. El goce es función de norma, el goce es la norma. La norma siempre somete, la edípica a la exclusión; en el imperativo del goce a gozar. De la exclusión, como un lugar perdido de lo que nunca se tuvo, cuyo imaginario participa de los nudos del sujeto; al rebasamiento de los agujeros, siempre ocupados y hastiados, voracidad sin freno.

Ahí puede encontrarse una indicación para la conducción de un tratamiento, hacer del freno una norma, y construir con el sujeto aquello que pacifique y permita una vida, un nudo por lo real, una atadura con función de Nombre del Padre o el Padre de un nombre. El sujeto del presente, queriendo nombrar así el epítome del cambio, allí donde lo pensado antes ya no alcanza para entender lo actual. El sujeto del presente a más de narcisista, tanto en personalidad, como en el fracaso subjetivo—en la constitución de sujeto—, y por ello quizás, se encuentra sin un padre, o poco padre, sin un lugar Otro –un padre es Otro lugar— que marque un menos en el goce (real, simbólica o imaginariamente) del cuerpo de la madre, y pueda así ser encontrado algún acuerdo de las palabras y las pulsiones que las comandan, o cómo el deseo se abre un hueco, un agujero en el llenado gozante, regido por la pulsión de muerte. El deseo es agujero, intervalo, un puente en el desacuerdo palabras y pulsión. Palabras y cuerpo.

Freud teoriza la segunda tópica por necesidades de estructura. La pulsión de muerte pone en cuestión el edificio construido hasta entonces. El reconocimiento de la pulsión de muerte, que tanto le costó aceptar, pues los antecedentes de Sabina Spielrein le habían resultado “no del todo transparente”[6]. Pero también, el desvelamiento de esta empujado por el masoquismo, no menos por el trauma y la repetición, así como el juego, acontecimiento de trascendente importancia para el trabajo psicoanalítico con la infancia. La pulsión de muerte obliga a pensar un dinamismo de la estructura hasta entonces reducido a términos inversivos, volver consciente lo inconsciente. La pulsión de muerte trae la intrincación de las pulsiones, se ha dicho. El sexo y la muerte, movimientos que motorizan al sujeto con el Otro, hacia el Otro o la aversión al Otro. Las dos vertientes –vida y muerte—de la pulsión. Para Freud una dualidad, para Lacan una duplicidad.

Pero todo esto será el desarrollo de su ciencia. En estos tiempos inaugurales lo sexual, el cuerpo sexual, y el aparato del lenguaje, el cuerpo que habla, son puestos en relación con las formas de lenguaje de Freud, si puede decirse así, pues ambas tópicas son las formas que, en el lenguaje, encontró Freud para dar lógica y explicar, desde luego científicamente –fue siempre su empeño—, aquello que encontraba. La investigación para Freud es fin en sí misma, su deseo de analista está llevado por lo que quiere explicarse, podemos decir, que la posición transferencial –incluso cuando aún la transferencia no es apercibida, pero por supuesto después— está comandada por el deseo de saber, quizás en más de una ocasión, de saber lo que pide la lógica de sus investigaciones. La publicación en 1905 de Tres ensayos para una teoría sexual muestra lo que Freud escucha de sus pacientes, por tanto, la sexualidad del niño del que habla el adulto. Como hemos dicho, Freud pide a sus discípulos que aporten observaciones directas de niños que permitan verificar lo obtenido por escucha y lógica[7]. Observaciones que muestren el tiempo de constitución de la sexualidad, llamada entonces, pregenital. En este pedido y en lo importante que era para Freud refrendar realmente –ese real que siempre insiste— sus deducciones teóricas. Los datos, que siempre le interesaron, como su buena formación científica le pedía.

Las Actas (Protokolle) de las reuniones de los miércoles son materiales de importante contenido histórico. Allí se produjeron los primeros intercambios de ideas, y además de poder observarse la política del grupo, encontramos los primeros temas que preocupan a Freud, y al resto de congregantes. Proporcionan un material rico de información para tener conocimientos de la emergencia del psicoanálisis de la niñez. Las actas de la Sociedad psicoanalítica de Viena fueron tomadas por un secretario que recibirá un sueldo por ello que a partir de 1906 será Otto Rank. De las reuniones de los años anteriores del grupo que comenzó en 1902, no se tienen documentos escritos de las mismas.

El primer tomo de estas Actas se publica en 1962 por Herman Nunberg y Erns Federn[8], siendo la traducción americana la primera en salir al público general, a pesar claro es, de ser un texto originalmente en alemán. La edición alemana, como explica Erns Federn en el prólogo de estas, se llevó a cabo casi quince años después, parece ser que por motivos de financiación: Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereinigung por Herman Nunberg y Enrst Federn en 1976[9]. En estas Actas nos encontramos con una preocupación temprana por la educación y el psicoanálisis, como han destacado algunos artículos, entre ellos uno de Mauro Vallejo[10], que hace un recorrido por las actas en las que se produjeron presentaciones y discusiones sobre esta cuestión en la Vereinigung Psychoanalyche Wiener, desde los primeros años en los que se reunían bajo el nombre de Sociedad de los miércoles de 1906 hasta 1908, cuando se constituyeron como Sociedad psicoanalítica de Viena (SPV).

Se conservan las notas tomadas por Rank desde el 10 de octubre de 1906 hasta el 19 de noviembre de 1918.

La primera disertación sobre la educación de los jóvenes y la sexualidad la encontramos en las Actas (Protokolle), el 13 de noviembre de 1907. El ponente es Fritz Wittels que habló sobre “Die Lustseuche” [11] (“La búsqueda del placer”) que destaca la importancia de educar a los jóvenes para prevenir las enfermedades venéreas. Otto Rank se le opone en aras a preservar el deseo de saber en los niños[12]. Lo curioso es observar que el argumento de Rank estriba en la curiosidad espoleada por la ignorancia, si se les enseña, entonces se pierde un motivo para querer saber. El deseo de saber, según Rank, requiere ignorancia. En la misma acta se señala que esto es una falsa referencia a Freud.[13]

Aportando algún dato previo, hay que decir que en 1907 Freud había publicado un artículo sobre: “La ilustración sexual del niño”[14], como respuesta a una incitación de un médico, el doctor M. Fürst. Se trata de unas reflexiones donde aparece mencionado Hans, el futuro “niño Juanito”, y una niña que firma la carta que es citada por Freud, como Lili[15]. El primero es utilizado para ilustrar precisamente la curiosidad del niño por la cuestión de la sexualidad y se muestran las deducciones que el niño va realizando. Pertenece a las notas que el padre de Hans tomó de su hijo en 1906, que duraron hasta 1908[16]. Podríamos resumir la postura de Freud atendiendo a uno de los comentarios de dicho artículo: “La práctica general de ocultar a los niños el mayor tiempo posible todo conocimiento sexual para otorgarles luego, con frases ampulosas y solemnes, una media explicación, que casi siempre llega tarde, es, francamente equivocada”[17]. En este artículo Freud nos da a conocer un texto de la que fue la primera mujer psicoanalista, Emma Eckstein –quien fuera la protagonista del sueño de la inyección de Irma. Eckstein nos informa Freud ha escrito una carta –la interesante modalidad epistolar de un artículo se destaca – supuestamente a su hijo de diez años para ilustrarle sobre la sexualidad: “Die Sexualfrage in der Erziehung des Kindes”(La cuestión sexual en la educación de los niños), en 1904. Sería uno de los primeros textos que se ocupan de la cuestión de la sexualidad en la infancia, y entra en el debate de la época sobre la información a impartir a las criaturas, cómo y cuándo.

Las Actas nos permiten acercarnos a leer lo que Rank resumió de aquellas veladas. En el Acta del 18-12-1907, “Diskussion über Sexualtraumen und Sexualaufklärung” (Discusión sobre trauma y educación sexuales) nos llama la atención la intervención de Hitsmann en la entrada de la ponencia, que dice exponer la opinión de Freud ahora —aquél ahora de 1907— al trauma sexual, pretextando que no se le da una importancia “como antes” (“wie früher”[18]) en la etiología (“Ätiologie”) de la neurosis, y que ello es debido a su frecuencia, (“Häufigkeit”), que en alemán también es abundancia. Y esa consideración nos trae al pensamiento que ya en septiembre del 1897 Freud había escrito a Fliess, y por tanto Freud sí sabía, que el trauma es constitutivo, la famosa carta donde le escribe: “No creo más en mi neurótica”[19]. En esta reunión se acepta la educación sexual siempre que no se hiera el sentimiento de vergüenza (“Schamgefühls “)[20]. La cuestión de la educación sexual que se nombra todo el tiempo, y nos sitúa la entrada de la infancia en el psicoanálisis pivotando en la educación, sin poder apartar el descubrimiento de Freud que la sexualidad no empieza en la adolescencia. Sexo y vergüenza es un par que no solo trae el respeto al Otro, pues al tiempo dicta qué palabras son posibles y cuáles no, aquellas que hieren la vergüenza. Edipo y deseo. Y como hablar las palabras. Aun así, se entra a reglamentar una higiene de educación sexual. Sitúan el primer tramo de edad entre el octavo y décimo año, que sostienen empiezan las preguntas sobre el origen. Hay una nota a pie que aclara que ahora (“Huete”, aquél de 1907) sabemos que estas preguntas empiezan antes de esas edades. Para 1907, Freud ha publicado ya los Tres ensayos para una teoría sexual que lo hizo en 1905. En el 1909 publicará el Caso Juanito, está con él entre manos, es diciembre de 1907, el año acaba. Hitsmann propone un segundo tiempo para los detalles y la adolescencia (“16-17”[21]) donde se les ha de advertir sobre los peligros de las enfermedades venéreas, que más adelante será también objeto de ponencia en un miércoles.

Los debates que se pueden imaginar leyendo las actas es que efectivamente son participativos, hubo unos años que era obligatorio para los miembros y debían tomar la responsabilidad uno cada semana, esta regla fue desapareciendo[22]. Se constituye un grupo que no es ajeno a la estructura de las logias y a sus dinámicas. Freud perteneció toda su vida a la logia judía «B Nai B Rith». Es un tema para otro libro. La intervención de Freud sitúa las cuestiones en la estructura. En la sexualidad lo que le importa al psicoanalista es el trauma. Pero muestra como el debate con el niño real que aún no había entrado a poder ser psicoanalizado, es tomado por la vía del esclarecimiento sexual, de la educación al fin, o de la manera de hablar. Y los debates nos van narrando como aquí había que tomar finalmente postura, pero no hay acuerdos fijos. Cuando Anna Freud salte a la escena de la Sociedad adquirirá rango casi normativo, la educación psicoanalítica de la infancia acentuando ésta los aspectos que ya Hug-Hellmuth también había introducido. Pero eso es aún dentro de unos años. En este tiempo, la cura de Juanito se encuentra en fase de observación en notas por parte del señor Graff, que es lo que Freud recomendaba recopilar, y suponen la primera parte de la posterior publicación del caso de una fobia infantil.

El Caso Juanito., caso prínceps, se publicará en 1909, quedan dos años, pero Hans está ya vivo como caso en lo que se va diciendo, pues el padre toma notas y las comenta con Freud, quien observa que las notas le confirma sus ideas, el padre se encuentra touché, solo hay que ir a leer lo que este día que comentamos dijo. El señor Graf, musicólogo como es sabido, se pregunta por qué el trauma infantil puede provocar neurosis grave en unas personas y no tener ningún efecto en otras. Y por tanto ¿en qué medida se podrían mitigar o prevenir las consecuencias nocivas mediante la educación? Lo que añade nos da un tono de su ideal de padre, y de su posición de ausencia: la educación sexual plena es quizás más peligrosa que la educación natural que suele darse de forma paulatina[23]. Habría que preguntarse por eso que denomina “educación natural” (“’natürliche’ Aufklärung”). Ese “natürliche” ente comillas lo dice todo, al respecto de la innaturalidad de la sexualidad del ser hablante.

El Caso Juanito es referencia obligada si hablamos del psicoanálisis con la infancia. Ha sido pues múltiplemente comentado en la literatura de nuestra disciplina. Como, a veces, se ha dicho se trata de un análisis bajo supervisión, diríamos hoy, de Freud. Ahora bien, cuando en el 1909 publique su texto expondrá en detalles la dirección de esta cura, que pasa por el análisis de los distintos fantasmas del niño, donde Edipo y castración se cruzan, y es una excelente muestra de la maestría de Freud en la exposición transferencial y teórica del caso, que pone en evidencia el cumplimiento de las teorías sexuales infantiles, expuestas en 1905 en sus Tres ensayos para una teoría sexual. El caso Juanito marcó las líneas maestras de la conducción de un análisis infantil, y si Hug-Helmuth y Sabina Spielrein— dos de las pioneras en la práctica con niños y niñas— introdujeron al psicoanalista en presencia, no dejaron de tener en cuenta, este primer análisis de un niño. Si el trauma sexual está en la etiología de la neurosis infantil, la educación— se planteaban en ese tiempo— tal vez podía ser un corrector que evitara el sufrimiento.

El doctor Abraham participa en esta reunión de finales del 1907, como invitado, proveniente de Berlín. Será una práctica habitual que tendrá el grupo, invitar a otros profesionales de otras ciudades interesados en el psicoanálisis. Abraham opina sobre la opinión al respecto de que la educación prevenga el trauma sexual. Él es escéptico (“skeptisch”), no sirve para los niños propensos a sufrirlo, y los demás no lo sufren. La propensión de la que habla Karl Abraham sería constitucional y la educación sexual no resuelve nada. Los médicos tardaron en soltar lo constitucional que, por otro lado, siempre vuelve porque nunca se fue, pero Abraham no sostuvo siempre esta posición con respecto a lo constitucional, que era una batalla de la época, también.

De ahí, afirmaciones de Melanie Klein, veinte años después, dirán que hasta en los casos claramente constitucionales, lo obtenido funcional sobrepasa lo esperado fisiológico, o neurológico se diría ahora. Añade que los padres tendrían que estar formados ellos mismos en la sexualidad para no transmitir traumas, así mismo es escéptico de la utilidad de la educación sexual en la escuela. Lo principal es educar lo antes posible. Y, en las actas Rank anotó una reflexión de Abraham que me llama la atención en este contexto educativo del que habla. Abraham dice que la ternura de la madre es necesaria para la criatura.[24]. La ternura de la madre es también objeto de opiniones en el grupo a lo largo de estos primeros años, aquí Abraham pareciera intuir eso que explícitamente dirá Freud de las madres en el caso Juanito, que sobre ellas recae una tarea “comprometida y espinosa”. No hay dudas, para Freud, sobre el buque insignia de la maternidad. Si hay que recordar que la ternura es necesaria, hemos de deducir que se hace responsable a sus excesos de los problemas traumáticos de los niños con la sexualidad. Los pesos del trauma. Hablar le o no hablar. El Otro precede al trauma.

La naturaleza, el carácter, la estructura, la generación del trauma está desde los inicios como pregunta abierta. La sexualidad está en el trauma, Freud para su réplica se va a sostener en lo aportado por Abraham en un pequeño artículo que él mismo había comentó en la reunión del 27 de noviembre. Se trata de “Uber die Bedeutung sexueller Jugendtraumen für die Symptomatologie der Dementia praecox” o “Das Erleiden sexueller Traumen als Form inantiler Sexual-betätigung”[25] que muestra como el sujeto infantil construye sus traumas[26]. Y añade que, si el trauma no tiene significado etiológico, es sin embargo constitutivo de la formación neurótica[27]. Más adelante Freud propondrá para la etiología de las neurosis, las series complementarias. El debate continuará, pero la educación no previene el trauma sexual.

Sin embargo, anotemos que en la celebración de lo que fue la primera reunión de psicoanalistas, antes de constituirse en una asociación internacional en 1910, en aquella primera reunión en Salzburgo en 1908, Freud pide a Ferenczi que hable sobre pedagogía y psicoanálisis. Ferenczi lee una ponencia que se llama precisamente así: “Pedagogía y psicoanálisis” (Gyógyszat), donde pone en cuestión las formas coercitivas de educación y aboga por los principios pedagógicos que el movimiento llamado Nueva Educación trata de imponer, con un respeto y consideración de los niños y niñas, y la eliminación de las coacciones y el régimen estricto en educación. Freud mostraba así su inclinación a una educación que tenga en cuenta los desvelamientos psicoanalíticos.

En la reunión del 11 de noviembre de 1908 se habla de un libro sobre la sexualidad infantil, de un autor que Freud despreció[28]. Califica el libro de inadecuado, inferior y deshonesto[29]. Y aprovecha para resaltar lo que ha ido descubriendo, como ya aparecía en sus Tres ensayos para una teoría sexual, de la que el autor se aprovecha sin citar a Freud, y descafeinando su teoría, podríamos decir. Freud recuerda que el núcleo explicativo de Los Tres ensayos reside en la unificación que se genera entre la vida sexual normal, la perversión y el yo, y aclara, que se trata de la asunción de una disposición indiferente, polimófica-perversa, a partir del cual surgen diferentes formas de la vida sexual que se constituyen con los acontecimientos de la vida[30] . Se encuentra explicitada la extensión de la sexualidad, y considera que, para el autor del libro, sexualidad es genitalidad[31]. Hay en esta sesión de miércoles, un pronunciamiento de Freud claro al respecto de la temática unida al nacimiento del psicoanálisis infantil, hablar o no, a los niños de sexo, y Freud se posiciona: ha de ser tratado desde el principio con los niños, sin secretos[32].

Aparece de manera casi lateral, un tema que produce mucha curiosidad anecdótica: la mayor o menor excitación sexual que se produce o no por una dieta que incluya la carne o no[33].

En el Acta se recogen distintas intervenciones sobre el tema de la reunión: “Sexuelle Perversität” (Perversiones sexuales)[34]. Lo más destacable es la remetida de Freud contra Wittels, a quién espeta que no dice nada nuevo y que usa un concepto de perversión obsoleto, pues es solo práctico-jurídico. Freud se pronuncia aquí de una manera que es avanzadilla del pensamiento moderno sobre este tema. Freud dice que el estado lo considera su monopolio y dispone las penas por las infracciones. El estado lo dispone de tal manera que el disfrute del amor queda reducido al matrimonio[35]. La posición de Freud está hace tiempo definida, la condición polimorfa-perversa de la infancia como disposición de la sexualidad. Las salidas subjetivas frente al enigma del sexo. Inevitabilidad del trauma sexual.

En la reunión del 12 de mayo de 1909, el tema educativo vuelve a ocupar a los congregantes. La reunión aborda directamente el tema: “Diskussion über sexuelle Aufklärung” (Discusión sobre educación sexual). En la reunión del 28 de abril de 1909 se había realizado la recogida de respuestas que llevó a cabo una asociación austriaca[36], sobre la mejor solución al problema de la educación sexual infantil. En la reunión del 12 de mayo, estos datos junto con otros materiales, como un trabajo de Bleuler sobre anomalías sexuales, son el objeto de la conversación. Freud se posiciona respecto de la educación sexual infantil en la escuela, puesto que los padres no son aptos, el deber de la escuela es orientar sobre la vida.

Y, los problemas sexuales son una parte importante de la misma. La sexualidad debe ser reconocida como un área de importancia[37]. Quiero destacar unas palabras de Freud que enlaza su pensamiento sobre lo que se estaba investigando, la neurosis en este caso, donde da un cierto adelanto de lo que después será condición, que la neurosis adulta fue precedida de una neurosis infantil, a la que dedicó como se sabe el llamado caso del Hombre de los lobos. Freud dice que la neurosis es esencialmente una cuestión de constitución. Aquí Freud quiere nombrar la constitución biólogica, esa fisiología que quizás no abandonó del todo, como se observa en este comentario. Pero lo interesante es observar lo que añade a continuación, porque eso coloca la cuestión de la “constitución” en los términos de los que se trata, la constitución subjetiva, la emergencia de un sujeto. Añade Freud que, si se tiene una fuerte predisposición a la sexualidad — ¡cómo no escuchar aquí el deseo en su ronroneo! —, como Hans (el Caso Juanito), entonces se produce un desarrollo muy temprano o existe la posibilidad de un conflicto, y se constituye la neurosis que se debe ser atravesada y volverse tolerable; igualmente le sucede a un niño con un fuerte deseo sexual[38]. Freud considera que tras conseguir los medios terapéuticos se verá la neurosis de otra manera y la convicción de la inevitabilidad de esta cambia la perspectiva sobre su posible profilaxis[39]. ¿Se pueden evitar las neurosis con la educación, o con algún tipo de higiene mental?

Actualmente sabemos que este debate no se plantea, eso sí, una higiene mental blanda comandada por el mercado, propone autoayuda a tuti plen y control de conducta cuando los consejos emotivos al yo requieren un poquito de mano dura. La baja autoestima como síntoma psicopatológico en nuestras consultas se corresponde al narcisismo hegemónico en la sociedad que ya está haciendo cultura, ahora que cultura ha rebajado su exigencia. Hace ya un siglo, casi y medio, que Freud tenía razón: las neurosis son inevitables. El malestar cultural es inevitable. Cada tiempo tiene el que destila. El nuestro es el fracaso narcisista. La exigencia narcisista es la hegemónica en el funcionamiento social sostenido por la voracidad del mercado, que ofrece una mercancía, para cada objeto de deseo, y hace del deseo objeto mercantilista. Y el éxito es de quien consigue más mercancías objeto de sus deseos. La salida sádica es querida por quien solo ama si se ve sufrir en el espejo del otro. Los narcisismos y el laberinto de los espejos. Signos de nuestro tiempo.

En esta reunión Freud menciona a Jung como un aliado clínico ante los ataques al caso de Hans, la fobia de Juanito. Jung es uno de los primeros que trabajó con niños. Y, como tanto otros y otras, sus hijos pequeños son observados y tratados con el método psicoanalítico, con la práctica de lo que se iba sabiendo. En 1910 publicó “Über Konflikte der kindlichen Seele” (Sobre conflictos del alma infantil) [40]. Cuando Freud habla de esto es mayo de 1909, en octubre  de ese año, aparece Sabina Spielrein en la vida de Freud, vía epistolar. Sabina Spielrein es pionera en la clínica psicoanalítica con la infancia, publicó su primer trabajo sobre el psiquismo infantil en 1912, “Beiträge zur Kenntnis der kindlichen Seele”[41] (Contribuciones al conocimiento del alma infantil), del que hablaremos más adelante. Jung, no tuvo juego limpio[42] con Sabina Spielrein.

Siguiendo con las Actas topamos con la del 15 de noviembre de 1909. La ponencia desarrollada por el pediatra Friedjung, autor de un libro Die sexuelle Aufklärung des Kindes (La educación sexual del niño), lleva por título: “Was kann die Kinderhelkunde von der psychoanalytischen Forschung erwarten?” (¿Qué puede esperar la pediatría de la investigación psicoanalítica?) El ponente hará una larga disertación, al menos la reseña que nos transmite Otto Rank es larga y bastante minuciosa. Es una sesión donde se dilucida la neurosis infantil, la inexistencia en el presente de 1909 de una técnica para abordarla, su cura o persistencia en la neurosis adulta, la educación como cortocircuito de su desarrollo—tema que va y viene una y otra vez en estos primeros años donde aún no se conoce más psicoanálisis infantil que la supervisión que Freud hace al padre de Hans, que es quien con su hijo representa a Freud—, la imposibilidad de esta, el anhelo freudiano de encontrar hechos en la niñez que demuestren el acierto de su concepción sobre la sexualidad infantil y el nudo traumático de la misma. Hasta ese momento, Hans era el único, y bajo las especiales circunstancias en las que se produjo. Friedjung expone la necesidad de observar al niño en su entorno y en la casa –sabemos que este asunto será recogido por Hug-Hellmuth y Anna Freud— pues, en la consulta pediátrica la observación es limitada y las respuestas son dadas por los padres. Observa que desde el principio hay resistencias que pueden ceder si son señaladas a los padres. Hay aquí un detalle de transferencia interesante de percatarse, pues no dice, sino que la interpretación de la resistencia favorece la entrevista que, tras ello, se prestan a contestar sobre los miedos de los hijos, los temores, las conductas como hacerse pis (eneuresis), la alimentación donde puede aparecer una anorexia. Señala que se producen un sinfín (“Unzahl”) de transiciones (“Übergängen”) desde la criatura traviesa (“ungezogenen”) a la criatura con síntomas (“krankhafter”).

Lo normal y lo patológico está en la entraña de las discusiones sobre el trauma, donde la sexualidad está en el origen. Ana Freud escribirá un libro, ya en el 1965, que lleva por título Normality and Pathology in Childhood: Assessments of Development[43], con los datos y hechos observados a lo largo de los años en la Hampstead Child Therapy Course and Clinic que como tal funcionó desde 1952 al 1984 cuando recibió el nombre de Anna Freud Centre. Cuando Ana asome[44] por las reuniones de la Sociedad de los miércoles, el psicoanálisis con la infancia tiene ya una trayectoria recorrida. Pero ello nos muestra que este hilo de lo normal o no, en la infancia se impone como se impone el debate sobre la educación. Además, las transiciones que dice el ponente de la tarde se encuentran en sintonía con la sexualidad extendida, además de recoger que los procesos de sublimación y elaboración de las criaturas da lugar a producciones diferentes donde las salidas singulares pueden caer del lado sintomatológico. Después expone una importante variedad de cuadros clínicos (“Krankheitsbildern”) que va desgranando según aparatos: digestivo (anorexia, vómitos, estreñimiento/diarrea, prolapso, dolores), respiratorio (jadeos, bronquitis asmática, tos ferina, ataques de sollozos, eructos y gritos), trastornos del habla (mutismo –después hablaremos del trabajo de Morgenstern, otra pionera del psicoanálisis con la infancia—, afasia, tartamudez), órganos urinarios (eneuresis, polaquiuria), espasmos (muecas, parpadeos), esterotipias, espasmos diafragmáticos, convulsiones. Señala además parálisis propias de la infancia: astasia-abasia, algunas sobrevinientes como después de una difteria o de otro tipo de lesión. Termina este largo y exhaustivo listado de cuadros clínicos, con los que se presentan de entrada como psicológicos (dormir mal, angustias, terrores nocturnos, fobias). El relato de cuadros nos da una idea de la consideración de la criatura como un sujeto, ese que está por hablar, se las tiene que ver con un cuerpo y sus funciones. Esta larga lista nos viene a mostrar como el cuerpo es producto psíquico, y los conflictos en la constitución de la subjetividad tienen al organismo como materia real. El ponente considera que la metodología psicoanalítica para investigar estos cuadros es diferente. En todo caso, el mérito es la descripción clínica de malestares infantiles que no tienen sino el cuerpo para mostrarse. Realiza una descripción sintomática que permite un abordaje, él piensa que sencillo la mayoría de las veces y así con cambios de ambiente y poco más se resuelve el síntoma. Tiene la humildad de decir que puede no ser sino un espejismo, pues el síntoma puede volver aparecer, como se da cuenta que cuando los conflictos son graves estas formas no sirven terapéuticamente. El rasgo diferencial que señala, la capacidad de sublimación (“Sublimierungsfahigkeit”) debe ser bisagra en las transiciones.

Freud dará también una larga respuesta a la presentación de Friedjung, y lo hará después de haber hablado otros (Hitschmann, Reitler, y Adler). Comienza dando la vuelta a la pregunta de la reunión y plantea qué espera el psicoanálisis del pediatra[45]. Y la respuesta es extremadamente epistemológica: justificación (“Begründung”) y verificación (“Verifizierung”). El término alemán “Begründung” es también fundamentación, argumentación, motivos e incluso razón. Confirmar sus supuestos, los que en Los tres ensayos ya estaban presentes y en la caterva de artículos de los años precedentes al 1909, desde la “La sexualidad en la etiología de la neurosis” (1898) a “Teorías sexuales infantiles” (1908), pasando por “La ilustración sexual del niño” y “El carácter y el erotismo anal” (1907), para haber escrito también en 1908 “La moral sexual cultural y la nervosidad moderna”. Freud se muestra en esta intervención deseoso de que el pediatra refrende con hechos y datos, lo encontrado en el discurso del adulto cuando habla del niño de su infancia y el Caso Juanito confirma. Añade algo un tanto enigmático, que aquello de lo que se trata en la neurosis adulta que remite a la infancia, no se encuentra en el niño sino en la confirmación que de ello hace el pediatra.

El niño está desposeído de voz propia para decir de sí. Hans encontró en la figura de Freud que compuso su padre, encontró quien le escuchara y entonces se encontraron sí, las trabazones sexuales, con sus fantasmas de cuellos de jirafa y el relincho de los caballos, por citar dos que me vienen a la memoria, pero es un caso tan cuajado en el despliegue fantasmático de su fobia que adquirió categoría de canon. El niño, Hans, habla y dibuja con el padre. El dibujo, después de la palabra, es la primera técnica que irá observándose que es lengua de la criatura. Hubo de llegar Hug-Hellmuth y Sabina Spielrein. El niño aún, en 1909, no es escuchado y se plantea si se puede acceder a sus formaciones psíquicas y bajo qué modos. La expectativa está en la atmósfera, Freud ha abierto el camino, aunque él solo recibiera en una ocasión a Juanito para contarle aquello que es muy citado, contarle el cuento de Edipo, donde ya alguien sabía lo que podía pasar y le advierte de la ley que protege de la tragedia. Freud ya ha sostenido, y lo vuelve hacer ahora, que todas las neurosis tienen por modelo la vida de los niños[46]. En 1918 dedicará el caso del hombre de los lobos a demostrar exhaustivamente la neurosis infantil de su paciente[47]. Freud apuesta por situar en los trastornos del desarrollo el germen de la posterior neurosis adulta. El pediatra estaría pues en condiciones de observar los elementos primarios que constituirán posteriormente la neurosis, y podría así captar que habría, entre el núcleo del complejo y la posterior neurosis adulta, una neurosis elemental que tendría un estado intermediario entre el núcleo y la neurosis posterior. Freud piensa en términos de construcción de ciencia, y realiza clasificaciones y postula relaciones como es lo propio en teoría de la ciencia, en este caso, el psicoanálisis. Hoy nos puede parecer esta espera de Freud de la pediatría un acto de fe de las buenas prácticas. La pediatría ha confirmado los datos. El pediatra no es el investigador que Freud propone aquí, también cogiendo la propuesta de investigación que Friedjung propone, y menos aún de forma general es psicoanalista. En la historia del psicoanálisis, y del psicoanálisis infantil en particular, tenemos al pediatra y psicoanalista Winnicott que supo hacer psicoanálisis con niños, con la maestría que su legado nos muestra. Freud afirma la influencia de los padres en los primeros años de la vida de la criatura, y lo hace para restar importancia en la neurosis infantil a la herencia genética.

Se apunta aquí en boca de Freud, que está aún en el tiempo del heredero, a Jung. Y le adhiere como apoyo a su objeción sobre las posibilidades rememorativas de la histeria infantil. Hay histeria infantil, se duda que haya reminiscencia (“Reminiszenz”). Es una cuestión técnica-teórica de consideración que ocupa a las primeras psicoanalistas de la niñez y que será objeto de diatriba desde los primeros intentos de Hug-hellmuth y de Sabina Spielrein, no menos poco después por Solkonicka y Morgenstern. Freud subraya que si hubiese un núcleo orgánico en la represión es indiferente, pues en esta represión orgánica no hay papel psicológico. Pues la represión que cuenta como parte de la cultura es la de los sentimientos placenteros a displacenteros. Es la cultura la que impele a reprimir[48], lo que se designa (“bezeichnen”) con cultura es la represión de los sentimientos placenteros que se invierten en displacenteros, eso es lo que hace cultura, lo que hace pieza de cultura, como bellamente evoca la palabra alemana “Stück”. Lo simbólico y su autonomía.

“Reminiszenz”, reminiscencia es comenzar a hablar si el niño puede o no hacer transferencia. Si la histérica sufre de reminiscencia, como dice Freud en Los Estudios sobre la histeria[49], entonces da prueba, en ese tiempo, de la presencia transferencial. La reminiscencia se pone en marcha por la transferencia con el psicoanalista. A la altura de 1909, Freud sabe de la transferencia un poco más que cuando escribió Los Estudios sobre la histeria, hay transferencia, aunque no haya reminiscencia, no lo dice, se puede entreleer.

Los editores de las actas de los miércoles consideran que, cuando Freud apunta que para la investigación infantil una enfermera —en casos especialmente favorables la propia madre[50](sic)—, puede ser quien observe a la criatura y le comunique lo que le parezca relevante, es una referencia técnica que se pondría en práctica años después, y dicen que por Ana Freud, olvidando claro a pesar de ser editores de las actas, señalar a Hug-Hellmuth y a Spielrein y otras antecesoras como las mencionada Solkonicka y Morgenstern, que ya pusieron en práctica no solo la escucha del sujeto en la sesión, sino técnicas como el dibujo y el juego que fueron, cada vez más, pensados como instrumentos de acceso al psiquismo infantil[51]. Sí recoger que efectivamente Freud sabía que a las criaturas si se les dice lo que se observa, aquello puede tener efecto. Lo vio con Juanito. Freud describe como están las cosas respecto a la investigación y la aplicación clínica del psicoanálisis en la infancia. Para el primer asunto, estará por un tiempo dominada por la experiencia de los adultos, la infancia del neurótico adulto. Y el segundo, cuya consecuencia es el primero, que la terapia de los estados nerviosos de la infancia tendrá una gran dificultad pues la neurosis de los padres formará un muro frente a la neurosis del niño[52]. Indicación preciosa y precisa de los hándicaps y retos que supone el trabajo psicoanalítico con la infancia. Los padres. Será un tema presente continuamente antes, y ahora. Cómo hacer, qué hacer, las transferencias maternas y paternas se constituyen desde el mismo instante de la demanda, pues son ellos quienes la formulan. Al menos, en pocos años se termina por dar voz a los niños y niñas que sufren. Su voz, su palabra y sus dibujos y juegos muestra en nombre propio su sufrimiento, los nudos de sus conflictos. Un elemento principal de las técnicas de acercamiento al psiquismo infantil es la lengua, sean dibujos, juegos o directamente palabras, la lengua de la transferencia es la del juego, el dibujo o aquello que da presencia al conflicto de la criatura. La lengua que se habla es la lengua del juego, lo que sucede a los personajes del juego, sus peripecias y apuros. Esos personajes en dibujos y juegos que donde los objetos de deseo de la criatura toman vida y hablar en el juego desde el juego de las peripecias vitales donde la interpretación cae del lado de los personajes, como quien rompe la cuarta pared. Por dar un apunte de lengua de transferencia.

La reunión continuó con otros participantes, incluidos los invitados que como costumbre en la Sociedad de los miércoles podían participar como cualquier otro miembro. Sin embargo, nada se dice que pueda ser de interés para lo que tratamos de contar. Freud ha dejado explicitados pensamientos e ideas, deseos epistemológicos, temores y apuestas por la clínica psicoanalítica con niños.

Otra de las reuniones que nos interesa destacar es la que tiene lugar el 15 de diciembre de 1909: “Erziehung oder Fatalismus? (¿Educación o fatalismo?). La ponencia corrió a cargo de un pedagogo, Furtmüller, que habló sobre el propósito educativo. Expone la importancia de eliminar los métodos de coerción y castigo[53]. Freud interviene y se posiciona al respecto de haber eludido indicaciones educativas directas o preventivas que pudieran deducirse de sus hallazgos[54]. Y apela a que algún educador se decida a realizar algún ensayo que refleje sus impresiones en el encuentro con el psicoanálisis[55]. Aun así, consideró que la tarea educativa debía darse en tres etapas cada una correspondiente a las edades de los jóvenes, así la tercera etapa a de preparar y apoyar la necesaria separación de los padres. En nuestro tiempo ¿se encuentra recogida esta necesidad en los idearios educativos de las leyes y la escuela? ¿Se cae en la cuenta de lo transgresor de la propuesta? ¿Cuándo ha sido promovido la independencia de los padres, que obviamente en Freud no es solo económica sino de emancipación subjetiva? La inevitable dependencia ha de estar seguida de la necesidad de la independencia. Compara esta situación con la del tratamiento psicoanalítico, pues primero ha de producirse una transferencia poderosa de los impulsos a la escena de las sesiones y la persona del psicoanalista y después la difícil (“schwierige”) tarea de resolver esta transferencia y devolver al paciente su independencia[56]. Estamos en los años donde la transferencia es un obstáculo necesario. En el 1912 escribirá “Observaciones del amor de transferencia”, no ofrece ahí una salida a lo que se llamó el impasse del análisis, pero sí que el amor al ideal que del psicoanalista se hace puede ser una vía de salida, a través de la identificación con el analista. Lacan, años más tarde pondrá de relieve el fracaso de dicha salida para muchos de los casos, se trata más bien, de permitir el desarrollo de la neurosis a través de la posición del psicoanalista ocupando el lugar de objeto a, objeto de deseo del analizante, prestándose a ello –un semblante, dirá Lacan— para llegar a término del análisis con la destitución del lugar del analista y la asunción de la falta de todo objeto completante. Aquí, 1909, Freud está navegando sobre este instrumento imprescindible, pues no hay cura sin amor, de transferencia. al tiempo que encontrar el modo y manejo para el desasimiento del lazo transferencial es obstáculo que Freud tiene que enfrentar.

No es la única indicación interesante de Freud sobre educación inspirada en lo que el psicoanálisis descubre, cuyo objetivo debería ser entonces la superación de la prelujuria (“Vorlust”)[57], dice, es decir, pedir al niño la renuncia a un placer inmediato en aras de un placer final que se dilata en el tiempo, y llega a disolverse (“aufzulösen “)[58]. Freud está hablando de la castración, sin nombrarla como tal.

Termina Freud esta larga respuesta subrayando lo que viene expresando. Si en reuniones previas había señalado que la práctica clínica con la neurosis infantil topa con el muro de la neurosis de los padres, en esta reunión afina aún más al considerar que la enfermedad de los niños reverbera (“nachhallende”),  la voz (“Stimme”) de los padres, es eco de los padres; y educadores añade[59]. De tal forma que aquello que no parece tener consecuencias en la educación, puede llegar a ser muy importante en quién se torna neurótico[60].

Freud usa el término, el significante “Stimme” de extensa polisemia en alemán que va de “voz” a “aceptar”, de “voto” a “sufragio”. La voz de los padres resuena en los hijos, y hay que caer en las palabras que se oyen, la cuestión de la enfermedad lo es de la voz, de palabras articuladas, dichas, pronunciadas de los padres, y de los educadores añade. El eco de la voz de los padres.  Freud aquí sitúa el conflicto de la criatura en ser portador del conflicto de los padres. Maud Mannoni es quien, me parece a mí, piensa más cercanamente a Freud el sufrimiento de la criatura, al sostener que el síntoma del niño o la niña es eco del conflicto en la pareja de padres, lo que se dio en llamar el síntoma colectivo. Eco. Palabras.

Trinidad Simón Macías

Psicoanalista-Psicóloga clínica

Subdirectora del Area de Psicoanálisis de Arco Europeo

Ateneísta. Agrupación Argüelles

 

[1] Este texto forma parte de un texto mayor que aún no está publicado. ( Se trata de: La lengua de transferencia en la clínica con la infancia)

[2] Fred, S.: “Über ein Symptom, das häufig die Enuresis nocturna der Kinder begleitet”, en Neurologisches Zentralblatt, 1893, vol. 21, pp. 736-737. Las referencias están tomadas de la traducción que se encuentra en el libro de Fernando Gabriel Rodríguez y Mauro Vallejo: Textos inéditos y documentos recobrados, ed. Miño y Dávila, Buenos Aires 2018, págs. 203-206.

[3] Idem, pág. 204.

[4] Freud, S.: L’heredité et l’étiologie des nevroses. Publicado originalmente en: Reviste Neurologie, 4 (6), 161-9 (marzo 30). En: Obras Completas, ed. Biblioteca Nueva, Madrid 1996, tomo I, págs. 276-285.

[5] Freud, S.: Sigmund Freud. Cartas a Wilhelm Fliess (1887-1904), ed. Amorrortu, Buenos Aires 1994, pág. 284: “Y ahora quiero confiarte sin dilación el gran secreto que se me puso en claro lentamente los últimos meses. No creo más en mi neurótica”, carta 139F, Viena 21 de septiembre de 1897.

[6] “nicht ganz durchsichtigen”, es la fórmula de Freud en Jenseits des Lustprinzips, en: Studienausgabe, en: Psychologie des Unbewussten, ed. S. Ficher, Frankfurt 1975, Bd. III, pág. 263, nota 3. En castellano: Freud, S.: Más allá del principio del placer, en: Obras Completas, ed. Biblioteca Nueva, Madrid 1974, tomo VII, pág. 2536, nota 1510.

[7] “La Sociedad psicoanalítica de Viena, tras la publicación de Tres ensayos, se mostraría interesada en la sexualidad de los niños pequeños. Las discusiones durante las veladas de los miércoles en la Sociedad son apasionantes, tanto que los participantes aportan los ejemplos de sus familias citando las “proezas” de sus niños pequeños” en: Geissman, C. y P.: Historia del psicoanálisis infantil, ed. Síntesis, Madrid 2002, pág. 19.

[8] Federn, E. & Nunberg, H. (eds.) (1962). Minutes of the Vienna Psychoanalytic Society. Volume I: 1906-1908. New York: International Universities Press.  Federn, E. & Nunberg, H. (eds.) (1967). Minutes of the Vienna Psychoanalytic Society. Volume II: 1908-1910. New York: International Universities Press. Federn, E. & Nunberg, H. (eds.) (1974). Minutes of the Vienna Psychoanalytic Society. Volume III: 1910-1911. New York: International Universities Press.  Federn, E. & Nunberg, H. (eds.) (1975). Minutes of the Vienna Psychoanalytic Society. Volume IV: 1912-1918. New York: International Universities Press.

 

[9] Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band I: 1906-1908, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008. Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band II: 1906-1908, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008. Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band III: 1906-1908, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008. Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band IV: 1906-1908, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008.

 

[10] Vallejo, M.: “Psicoanálisis y pedagogía. Un análisis de las actas de la sociedad psicoanalítica de Viena (1906-1923)” Anuario de investigaciones v. 15 Ciudad Autónoma de Buenos Aires, enero/diciembre 2008. Versión On-line ISSN 1851-1686. Enlace: http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1851-16862008000100051. Consultado el día 28-3-2024.

 

[11] “Die Lustseuche” en: Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band I: 1906-1908, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008, pág. 224-227. Este artículo fue publicado en Der Fackel, Nr. 238, el 12-0601907.

[12]“Die sexuelle Aufklärung der Kinder sei nicht zu empfehlen, da die sexuelle Unwissenheit und Halbwissenheit einer der wichtigsten Antriebe zu lernen für das Kind sei”en: Nunberg H. y Federn E.: Protokollede Wiener Psychoanalytischen Vereinigung, ed. Psychosozial-Verlag, Giessen, 2008,band I, pág. 226.

[13] “(Das hält FEDERN  für eine flasche Anlehnung an Freud)” en: Idem.

[14] Freud, S.: “La ilustración sexual del niño. Carta abierta al doctor M. Fürst” en: Obras completas, ed. Biblioteca Nueva, Madrid 1972, tomo IV, págs. 1244-48.

[15] No podemos dejar de señalar que Lily es el nombre que recibió en la Biblia, la primera Eva, aquella que no nació de la costilla de Adán.

[16] Greismann, C. y P.: Historia del psicoanálisis infantil, ed. Síntesis, Madrid 2002, pág. 25.

[17] Freud, S.: “La ilustración sexual del niño. Carta abierta al doctor M. Fürst” en: Obras completas, ed. Biblioteca Nueva, Madrid 1972, tomo IV, pág. 1247.

[18] Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band I: 1906-1908, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008, pag. 254: “HITSCHANN (sic) betont zunächst, dass nach der jetzigen Auffassung Prof. Freud dem Sexualtrauma, wegen seiner Häufigkeit, nicht mehr die Bedeutung in der Ätiologie der Neurosen sugesprochen werde wie früherñ.”

[19] Freud, S.: 139F, Viena 21.set. 97 en: Sigmund Freud cartas a Wilhem Fleiss, ed. Amorrortu, Argentina 1896, pág. 284.

[20]“Die Notwendigkeit der sexuellen Aufklärung sei allgemein anerkannt, nur müsse sie ohne Verltzung des Schamgefühls erfolgen” en: Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band I: 1906-1908, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008, pag. 254.

[21] Idem, pag. 255.

[22] En la reunión del 5 de febrero de 1908 se propone por parte de Adler, algunas reformas del reglamento de funcionamiento de las reuniones. Entre ellas suprimir la obligación de hablar. El procedimiento consistía en una urna que contenía los nombres de los integrantes y se extraía un nombre que estaba obligado a dar una disertación sobre el tema a tratar. Es esta una importante reunión respecto al funcionamiento futuro de los encuentros.

[23] “GRAF (sic) fragt, wieso infantile Traume beim einen schwere Neurose zur Folge haben können, wärend sie bei anderen ohme Wirkung sind. Auch wie weit durch Aufklärung die schälichen Folgen abgeschwächt oder verhindert würden?— Die voy gegebene sexuelle Aufklärung sei vielleicht gefahrlicher als die in der Regel schrittweise erfolgende  ‘natürliche’ Aufklärung”, en: Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band I: 1906-1908, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008, pag. 255.

 

[24] “Dr, ABRAHAM vergält sich skeptisch gegenüber der Ansicht, dass dur die Aufklärung die Traumen verhindert werden sollen: bei Kindern, die dazu neigen, nutzt es nichts, und die anderen erleiden ja nicht solche Traumen. Mit der Aufklärung der Eltern müsse begonnen werden, sonst bringen sie den Kindern sexuelle Traume bei.

Die Hauptsache ist, mit der Aufklärung möglich früch zu beginnen. Es sei zu bezweifeln, dass die Aufklärung im Schulunterricht brauchbar sei. Die Zärtlichkeit der Mutter sei für das Kind notwendig”, en: Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band I: 1906-1908, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008, pag. 256.

[25]“Sobre la importancia (significado) del trauma sexual adolescente para la sintomatología de la demencia precoz” o: “Sobre el sufrimiento del trauma sexual como forma de actividad sexual infantil” en: Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band I: 1906-1908, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008, pag. 233.

[26] “dass die Kinder sich ihre Traumen selbst suchen”, Idem, pag. 256.

[27] “Kommt also den Traumen als ätiologisches Moment keine Bedeutung zu, so werden sie formgebend für die Neurose”, Idem.

[28] Das Sexuallen des Kindes de Albert Moll (La vida sexual de los niños).

[29] “ein unzulängliches, minderwertiges und vor allem als ein uredliches Buch”, en: Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band II: (1908-1910), ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008, pag.43.

[30] “Der Kern der Drei Abhandlungen sei  nämlich in der Unifizierung gelegen, die hergestellt werde zwischen dem normalen Sexualleben, der Perverison und der Neurose, also in der Annahme einer polymorph-perversen indifferenten Anlege, aus welcher sich dann durch die Lebensereignisse die verschiedenen Gestaltungen des Sexuallebens entwickeln”, Idem, pag. 44.

[31] “Moll versteht unter Secualität eigentlich die «Genitalität»”, Idem, pág. 45.

[32] “Das Sexualleben muss von Beginn an vor den Kindern ohne Heimlichkeit behandelt werden”. Idem, pág. 46.

[33] “Die von Dr. Rie hervorgehobene günstige Wirkung der fleschlosen Diät auf sexuelle Erregungszustände könne er bestätigen” en: Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band II: 1908-1910, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008, pag. 40.

Y FEDERN proporciona el motivo de esta anécdota, que nos da una nota de la época y el empirismo médico: “Er verweist auf einen Artikel in der Münchener medizinischen Wochenschrift, wo berichtet ist, ddass schwer neurathenische Kinder durch Weglassung der Fleischkost kuriert worden ist”, pág. 42. (Se refiere a un artículo aparecido en Münchener medizinischen Wochenschrift en el que se informa que los niños con neurastenia grave se curaban eliminando la dieta cárnica).

[34] “Sexuelle Perversität” en: Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band II: 1908-1910, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008, pag. 48.

[35] “Es seei damit wie mit dem Staats-monopol… Der Staat richtet es so ein, dass der Liebesgenuss reserviert wird für die Ehe”, en: Idem, pág. 54.

[36] Preisausschreiben des Dürerbundes

[37] “Der praktische Grund sei der, dass die meisten Eltern zur Erziehung überhaupt ungeeiget seien… Zur Pflicht der Schule gehöre die Orientierung im Leben von der die sexuellen Probleme ein wichtiges Stück seien”. Idem, pag. 207.

[38] “Im übrigen sei die Neurose wesentlich Sache der Konstitution. Wenn man wie Has eine starke Anlage zur Sexualität mitbringe,dann tritt entweder eine sehr frühzeitige sich am einzelnen das Schicksal der Menschheit. Diese muss durch die Neurose hinduch und sich dann erträglich stellen; ebenso auch das Kind mit dem starken Sexualbedürfnis”. Idem, pág. 212.

[39] “Im Besitze unserer therapeutischen Mittel dern, und die Überzeugnung von der Unvermeidlichkeit der Neurosen wird auch unser Urteil über eine eventuelle Prophylaxe beeinflussen”, Idem.

[40] “Über Konflikte der kindlichen Seele” de C. Gustav Jung, en: Jahrbuch, bd. 2, 1910 (tomado de Idem).

[41] “Beiträge zur Kenntnis der kindlichen Seele” en: Zentralblatt für Psychoanalyse und Psychotherapie, 3:57-72.

[42] Simón, T.: Juego Limpio. Sabina Spielrein entre Jung y Freud, ed. Psimática, Madrid 2014.

[43] Freud, A.: Normality and Pathology in Childhood: Assessments of Development, ed. International Universities Press, Nueva York, 1965. Hay traducción en castellano: Normalidad y patología en la infancia: Evaluaciones del desarrollo, ed. Paidós, Buenos Aires 1973.

 

[44]En la reunión de la Asociación Psicoanalítica de Viena del 19 de noviembre de 1918 aparece mencionada como invitada: Fräulein Anna Freud, en: Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung, Band IV (1912-1918), pág. 315.

[45] “Die Frage, was die Psychoanalyse vom Kinderarzt erwatet”, en: Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band II: 1908-1910, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008, pag. 291.

[46] “Wir ervarten dabei, dass sich etwa herausstellen sollte, die grossen Neurosen hätten ihr  Vorbild sämtlich im Kinderleben”, en: Idem, pág. 292.

[47] Freud, S.: “Historia de una neurosis infantil”, en: Obras completas, ed. Biblioteca Nueva, Madrid 1972, tomo VI.

[48] “…es ist die Verdrängung lustvoller Empfindungen in unlustvolle, welches wir als ein Stück der Kultur bezeichnen”,en: Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band II: 1908-1910, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008, pag. 292.

[49] “el histérico padecería principalmente de reminiscencias” en: Freud, S.: Estudios sobre la histeria, ed. Biblioteca Nueva, Madrid 1996, tomo I, pág. 44.

[50] “(in besonders günstigen Fällen der Mutter selbst) (sic), Idem, pág. 293.

[51] “In diesen Bemerkungen finden wir Hinweise auf Techniken, die erst etwa fünfzehn Jahre später in die Praxis umgesetzt werden konnte: die Kinderanalyse, wie sie von Anna Freud”, en: Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band II: 1908-1910, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008, pag. 293.

[52] “Die Therapie der nervösen Zustände des Kindes wird immer eine grosse Schwiereigkeit haben: die Neurose der Eltern, die eine Mauer vor der Neurose des Kindes bilden wird.”, en: Idem, pág. 294.

[53] “versteht man unter erziehung «bewusste und gewollte einwirkung auf die entwicklung des individuums» so fallt dabei die zwangsanwendung zunächst weg”, en: Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band II: 1908-1910, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008, pag. 321.

[54] “betont, dass er es immer möglich vermieden habe, aus unseren erkenntnissen Schüsse oder gar Vorschriten für die erziehung zu schöpfen”, en: Idem, pág. 324.

[55] “darum könne er die Berchtigung des Problems nich bestreiten und würde sich freuen für die Sammlung einen Aufsatz zu bekommen der die Eindrücke eines Pädagogen von einem Zusammentreffen mit der Psychoanalyse widerspiegelt”, en Idem, pág. 324.

[56] “wo es sich auch zuerst um die Stüzung aller Regungen auf eine mächtige Übetragung handelt und dann um die schwierige Aufgabe, diese Übertragung wieder zu lösen, den Patienten wieder selbständig zu machen”, Idem, pág. 325.

[57] “Als Ziel der Erziehung könnte man im Sinne der Psychoanalyse die überwindung von Vorlust bezeichnen”, en: Idem, pág. 325.

[58] “Man muss das Kind durch den Hinweis auf eine grosse Endlust zum Verzicht auf die jeweilige Vorlust bewegen. Diese versprochen Endlust rückt dan immer weiter hinaus, um sich in das Whol der Gesamtheir aufzulösen”, en: Idem.

[59] “Die Krankheit ist oft nur die nachhallende Stimme der Eltern und Erzieher” en: (Protokolle band II, pág. 326)

[60]“So kann alles, was in der Erziehung scheinbar keine Folgen hat, doch sehr bedeutsam werden, wenn der Mensch neurotisch wird”, en: Idem.

Grupo 1820: cultura y libre pensamiento para las Secciones

Grupo 1820: cultura y libre pensamiento para las Secciones

La Junta de Gobierno del Ateneo de Madrid nos ha convocado a los socios el 4 de noviembre de 2024, para celebrar elecciones a Mesas de Secciones.

Los que nos presentamos en las Candidaturas del Grupo 1820 a estas elecciones lo hacemos, una vez más, con el firme propósito de seguir transitando por la senda de los excelentes actos que hemos creado en estos últimos años con ilusión y altruismo.

Nuestro fin, nuestro lema, siempre ha sido y seguirá siendo que, tal y como establece el Reglamento, las Secciones sean de todos los socios, que no queden convertidas en parcelas privadas de unos pocos, ni cerradas a ls ciudadanos. Es la misma línea marcada por la Junta de Gobierno dirigida por el Presidente Luis Arroyo: el Ateneo es de todos los socios y se abre a la participación de todos los ciudadanos.

Nos orgullece haber podido escribir estos años algunos de los capítulos de la historia de cultura y libre pensamiento que ha caracterizado al Ateneo desde su fundación en 1820, y queremos seguir haciendo nuevos capítulos, seguir contando con todos los socios, seguir abriendo las puertas de la Docta Casa a los ciudadanos.

Y para ello son claves las Secciones. Derecho, política, cultura, ciencia, literatura, arte, España, Europa, América y cualquier otra disciplina o lugar del mundo, tienen en las Secciones del Ateneo un espacio para mostrarse, para ser debatidas, para conocerse, para que los ciudadanos puedan saber y hablar de ellas, en un ambiente de plena libertad.

Por su importancia, no debemos los ateneístas dejar de acudir a la llamada electoral del próximo 4 de noviembre y no podemos los que creemos en el proyecto del Grupo 1820 dejar de votar sus candidaturas.

José Antonio García Regueiro, candidato por el Grupo 1820 a Presidente de la Sección de Ciencias Jurídicas y Políticas. Es Letrado del Tribunal de Cuentas, Jurídico Militar y ex Letrado del Tribunal Constitucional. 

 

EL CENTENARIO DE LENIN

Hace un siglo falleció Vladimir Ilich Ulianov, conocido mundialmente como Lenin. Su importancia como principal director, junto con Trotsky, de la Revolución Soviética de octubre de 1917, hace que no pueda pasar desapercibido este centenario.

Con independencia de las simpatías que cada cual pueda tener por sus ideas y actos, debe reconocerse su acierto tanto en la elección de cada movimiento previo a la Revolución como en su papel como máximo dirigente ruso, hasta su fallecimiento, en orden a consolidar el nuevo Estado comunista.

Tras la caída de la Unión Soviética se pensaba que su figura se debilitaría en la memoria dentro y fuera de su país. Sin embargo, su pensamiento y su figura icónica siguen presentes con fuerza en la Rusia actual, e incluso más allá de sus fronteras.

Este aniversario coincide, además, con banderas de la Unión Soviética ondeando junto a las de Rusia en el conflicto ucraniano.

CÍRCULO SMOLNY INTERNACIONAL

DERECHO INTERNACIONAL Y GEOPOLÍTICA

En un momento en que los conflictos bélicos amenazan la paz mundial con armamentos de un inmenso poder destructivo, se hace necesario reflexionar y lanzar mensajes de cordura.

Belén Rico, socióloga, Vicepresidenta Tercera de Arco Europeo Progresista y Presidenta ejecutiva de la Agrupación Ateneísta Garma, y José Antonio García Regueiro, jurista, Presidente de la Agrupación Ateneísta Argüelles y Presidente de la Sección de Ciencias Jurídicas y Políticas del Ateneo de Madrid serán los ponentes.

Presenta la Secretaria Primera de la Sección de Ciencias Jurídicas y Políticas del Ateneo de Madrid Ana Maestro y modera la Vicepresidenta Primera de Arco Europeo Progresista Ana Pulido.

El consentimiento de la madre estrago

El consentimiento de la madre estrago

Reflexiones sobre «El Consentimiento» (película 2023).

(Otro fragmento de la conferencia que se impartirá en Japón, a finales de octubre y principios de noviembre).

Dra. Cristina Jarque.

La película «Le Consentement» está basada en la novela escrita por Vanessa Springora (2020). La novela narra el abuso psíquico y sexual que Vanessa sufrió cuando tenía 13 años, presa de un depredador de 50 años llamado Gabriel Matzneff. Ella describe con detalle la trágica experiencia, la llama una primera traición porque la niña se enamora profundamente de Gabriel (que era una figura paterna) y cuando se da cuenta de que ella es una más, en la lista de amantes de este hombre, cae en una profunda melancolía. Habla también de manera desgarradora que sobrecoge, de una segunda traición: la de su madre. Dice que la relación con su madre queda profundamente fracturada y describe cómo la pasividad de su madre y su incapacidad para actuar la dejaron en una situación de extrema vulnerabilidad, sin las herramientas emocionales necesarias para resistir la manipulación de Matzneff. Este abandono emocional es una de las características más dolorosas de la figura de la madre estrago, quien, por razones complejas y a menudo no del todo conscientes, no logra cumplir con su papel fundamental de protección y cuidado.

Es una historia que nos deja sin palabras: ¿Cómo es posible que una niña de trece años caiga en manos de un depredador y nadie haga nada? Gabriel Matzneff es un hombre francés, de origen ruso. Un escritor muy admirado y reconocido en el París de 1985 (es entrevistado por Bernard Pivot en su reconocido programa, además gana muchos premios por sus novelas, es amigo de políticos e intelectuales de su tiempo). En esa época, Gabriel tenía cincuenta años y se dedicaba a seducir y manipular niños vírgenes (de ambos géneros) que estaban entrando en la adolescencia (entre 12 y 14 años). Elegía a sus víctimas, generalmente personas vulnerables tanto psíquicamente como emocionalmente, con familias rotas, con padres ausentes que habían abandonado a la familia y con madres emocionalmente inestables. La víctima se convertía en su amante y era iniciada por él, en la vida sexual con la idea falsa del «verdadero amor no comprendido por la sociedad». Vanessa cuenta con crudeza y detalle los encuentros sexuales y el hecho de que «todo mundo lo sabe», incluida la madre, pero «nadie hace nada al repecto».

Cuando la relación se termina, Vanessa sufre intensamente, tiene ideas suicidas, entra en un bucle de autodestrucción y de pulsión de muerte. No obstante, es una adolescente fuerte y sobrevive, así que poco a poco va dándose cuenta de lo destructiva y anormal que ha sido esta situación. Finalmente logra ver a Gabriel Matzneff como un depredador. La película ha sido calificada de «intensa», «extrema», «desgarradora». Personalmente, creo que nos da la posibilidad de sumergirnos en un acontecimiento terrible donde podemos observar que la complicidad silenciosa de una madre se convierte en un estrago inimaginable para la hija porque, la madre de Vanessa, se centra en ella misma, y se olvida de su hija. Vanessa encuentra en la escritura lo que ella llama «su revancha». Habla con gran valentía del abuso que sufrió en manos de este hombre, y denuncia la impunidad. Me pregunto: ¿La escritura la salvó? ¿La escritura permitió que ella encontrara cierta justicia inconsciente y que la pulsión de muerte se detuviera? Actualmente Matzneff tiene 88 años y está escondido en un pueblo en Italia. Dos cosas llaman poderosamente la atención:

1) La impunidad. El escritor depredador se movía con total impunidad en los círculos literarios de la época. Se dice incluso que Simone de Beauvoir, Sartre y otros grandes intelectuales participaban de los abusos sexuales a menores y nadie hacía nada.

2) La madre estrago. Uno de los aspectos más dolorosos y complejos de su relato es el papel de la madre, una figura que, lejos de proteger a su hija, permitió que esta relación abusiva se desarrollara. Esta madre es un ejemplo claro de cómo una función materna, por razones emocionales, psicológicas o sociales, es incapaz de apartar a su hija del peligro y llega a consentir, de manera consciente o inconsciente, el daño que le inflige el agresor.

La madre de Vanessa, según se describe en el libro, parecía fascinada por el entorno literario y cultural en el que se movía Gabriel Matzneff. Como muchos en aquel momento, veía al escritor como un intelectual brillante y provocador, alguien que representaba un ideal de libertad y creatividad. Pero, al mismo tiempo, su incapacidad para percibir el riesgo que este hombre representaba para su hija revela profundas fallas emocionales. En lugar de actuar como una barrera protectora frente al abuso, la madre se convierte en una facilitadora, ciega ante el peligro real que acecha a Vanessa.

El concepto de madre estrago que yo vengo investigando y trabajando desde hace muchos años, quedó plasmado en el libro con el mismo nombre que se publicó en España en 2008 y que actualmente cuenta con tres ediciones. En octubre y noviembre de este año, tendré el gran placer de ir a Japón a hablar del tema. Este concepto sugiere una madre que, atrapada en su propio mundo de deseos, traumas o vulnerabilidades, no es capaz de ver las necesidades y el bienestar de su hija. En el caso de la madre de Vanessa, su fascinación por Matzneff y su entorno parece haber nublado su juicio, permitiendo que su hija adolescente fuera capturada por un hombre mucho mayor. El deseo de pertenecer a ese mundo intelectual, de ser parte de una élite cultural, prevaleció sobre el instinto de protección que debería haber guiado sus decisiones. Estamos a todas luces frente a la negación t el consentimiento silencioso de una madre que se centra en ella misma y se olvida del sufrimiento de su hija.

La negación es uno de los elementos más perturbadores de la conducta de la madre de Vanessa, no ve el peligro. En lugar de ver a Matzneff como un depredador, parece haberlo aceptado como una figura prestigiosa que, de alguna manera, “honraba” a su hija con su atención. Este tipo de comportamiento es típico de la madre estrago, quien a menudo no reconoce, o se niega a reconocer, la magnitud del daño al que está exponiendo a su hija.

Para Vanessa, que ya había sido abandonada por el padre biológico, el abandono emocional por parte de su madre no agravó el daño infligido por Matzneff, y también profundizó las cicatrices emocionales que llevaría consigo el resto de su vida. Sufrió el abuso físico y psicológico de un adulto manipulador y experimentó una segunda traición: la de su propia madre, la persona que debía haber estado allí para protegerla y apoyarla. Este tipo de traición deja una marca indeleble en las víctimas, que a menudo se sienten doblemente vulnerables, atrapadas no solo por su agresor, sino también por la ausencia de quien debería haberlas defendido.

AMAE: EL PODER DE LA DEPENDENCIA EN LA MADRE JAPONESA

AMAE: EL PODER DE LA DEPENDENCIA EN LA MADRE JAPONESA

Cristina Jarque

Fragmento de la conferencia que se impartirá en octubre y noviembre en Japón.

Lacan realizó dos viajes a Japón, el primero en 1963 y el segundo en 1971. En su conferencia en Tokio en 1963, Lacan comentó lo siguiente:

«En cuanto a mí, no creo ser escuchado por ustedes, y lo que se ha dicho sobre el tema es solo un modo de sentir que, a pesar de mi esfuerzo por llegar hasta allí, no creo que haya un oído para escucharme.».

En esta cita, Lacan expresa su preocupación de que sus ideas no fueran completamente comprendidas o apreciadas por la audiencia japonesa. Lacan destacó que el uso del lenguaje en Japón está imbuido de una sensibilidad a los matices y jerarquías sociales, algo del orden de lo colectivo, lo que influye en cómo se perciben y se interpretan las palabras. Este enfoque contrasta con la visión subjetiva del lenguaje en la cultura occidental, donde el discurso se centra más en la expresión propia. El inconsciente en Japón opera dentro de un marco cultural y social que enfatiza la armonía, la dependencia emocional y la expresión indirecta.

Estas características culturales influyen en cómo se manifiestan los deseos y conflictos inconscientes, creando una experiencia psíquica que puede diferir de la de las culturas occidentales. No obstante, Japón vive actualmente una etapa de modernización y de globalización. Estos cambios están influyendo en cómo se conceptualiza y se experimenta el inconsciente en la sociedad japonesa. En muchas familias japonesas actuales, la sexualidad femenina suele estar ligada a expectativas de pureza y modestia, con una fuerte valoración de la virginidad antes del matrimonio. La promiscuidad de una hija puede generar desaprobación y vergüenza tanto para ella como para su familia, ya que el comportamiento sexual que se desvía de las normas tradicionales puede considerarse una amenaza al honor familiar.

Las mujeres, en este contexto, son frecuentemente objeto de expectativas sociales que controlan su conducta sexual, y la presión por mantener una imagen de «pureza» puede ser abrumadora. La culpa por el comportamiento sexual, especialmente cuando se sale de estas normas, es algo que muchos japoneses experimentan, ya que la sociedad enfatiza la conformidad y la armonía social. Esta culpa no solo está dirigida hacia la persona que se desvía, sino también hacia la familia, que puede sentir vergüenza colectiva. Sin embargo, con el tiempo, las actitudes han comenzado a cambiar, especialmente en las áreas urbanas, donde hay una mayor apertura hacia la libertad sexual femenina, aunque los estigmas todavía persisten en muchos sectores.

El psicoanalista japonés Takeo Doi desarrolló el concepto de «amae» en su influyente obra «The Anatomy of Dependence» (1971), donde propuso una teoría única sobre las relaciones interpersonales y la psicología en Japón. La palabra «amae» proviene del verbo japonés «amaeru», que se refiere a la actitud de depender afectivamente de otra persona con la expectativa de que esa dependencia sea aceptada o tolerada. «Amae» describe la necesidad de ser amado y cuidado de forma indulgente, algo que comienza desde la infancia y tiene repercusiones en la vida adulta. Takeo Doi comenta que esta dependencia es, principalmente en el vínculo con la madre. Una madre japonesa, al adherirse a las expectativas culturales de alta protección y control, puede causar importantes estragos en sus hijos. La sobreprotección puede limitar la autonomía y el desarrollo de habilidades de afrontamiento, impidiendo que los niños aprendan a manejar desafíos por sí mismos. Las altas expectativas y la presión por cumplir con los estándares familiares y sociales pueden generar ansiedad y estrés en los hijos. Además, la tendencia a suprimir la expresión individual en favor de la conformidad puede afectar la autoestima y la identidad personal de los niños.

Finalmente, el énfasis en el «amae» (dependencia emocional) puede llevar a adultos que luchan por desarrollar independencia y relaciones saludables. En términos generales (a nivel cultural) los japoneses actuales intentan liberarse del yugo de madres que evitan la comunicación abierta con los hijos (en temas sexuales, por ejemplo) enfatizando la pureza y la modestia como valores primordiales, lo que acarrea culpabilidad y vergüenza ante el deseo sexual, en ambos géneros. Uno de los problemas más intensos (y que genera culpabilidad extrema) es la demanda que hacen muchas madres japonesas para que los hijos se conformen con las normas impuestas por la sociedad en aras de la armonía.

Las expectativas sociales y familiares sobre el comportamiento «apropiado» pueden ser impuestas de manera muy estricta, reforzando la idea de que la sexualidad debe ser reprimida para mantener la reputación y el honor familiar. En algunos casos, una madre japonesa puede causar varios daños en sus hijos al imponer una estricta represión emocional y sexual. La sobreprotección y las altas expectativas pueden limitar la autonomía y la capacidad de enfrentar desafíos, generando ansiedad y baja autoestima. La falta de comunicación abierta sobre temas importantes puede llevar a confusión y sentimientos de culpa. La presión por cumplir con las normas sociales puede inhibir la expresión propia y el desarrollo personal. El énfasis en la conformidad puede afectar la capacidad de los hijos para desarrollar su subjetividad porque hay un énfasis vital en la armonía y la dependencia dentro de la colectividad. Esto impide que pueda surgir el deseo propio. En mi opinión, Japón es uno de los desafíos actuales para el psicoanálisis, entre otras causas, porque con la globalización, la población japonesa empieza a abrirse a nuevas ideas y nuevas posturas ante el lenguaje y ante el deseo.

Otro problema a destacar en la cultura japonesa es que debido a que tienen el mandato de aparentar que todo es armonía, niegan muchos problemas. Es el caso, por ejemplo del machismo y los feminicidios que son temas complejos porque actualmente hay un incremento en la violencia hacia las mujeres, y lo más preocupa es el hecho de que en Japón, debido a la apariencia y el estigma social, no existe apoyo para los sujetos maltratados. Estos son, en mi opinión, algunos de los desafíos que tenemos hoy en día, para reflexionar juntos, entre oriente y occidente, el psicoanálisis en Japón.

Psicoanalista en Toledo, España,

Fundadora y presidenta de LaTE (Lapsus de Toledo).

FRANCIA GIRA A LA IZQUIERDA

La victoria en Francia del Frente Popular de izquierdas, los discretos resultados de la derecha y el fracaso de la extrema derecha, dan lugar a un escenario positivo para abrir el diálogo entre las fuerzas democráticas progresistas y moderadas.

Ahora debe constituirse un gobierno que aplique medidas sociales que ayuden a la población más desfavorecida y vulnerable; también sería deseable que se sustituya la dinámica belicista de Macron por vías de diálogo para poner fin a la guerra de Ucrania. Además, debe reforzarse la presión sobre Israel para el cese inmediato de los bombardeos en Gaza.

Es ineludible preparar el terreno para que el próximo Presidente de Francia tenga un perfil progresista y evitar que llegue a la presidencia un candidato de extrema derecha.

Todos los demócratas debemos felicitarnos por los resultados electorales en Francia.

SOBRE LAS ELECCIONES EN EL ATENEO

Resulta de interés hacer una breve reflexión sobre las elecciones para la renovación parcial de los cargos de la Junta de Gobierno, celebradas el día 27 de mayo de 2024.

En números redondos han votado algo más de 500 socios, de un total aproximado de 2000 socios que tiene la institución, esto es, un 25%.

La candidatura más votada fue la del “Grupo 1820” con una media algo superior a las 300 papeletas, es decir, el 60% de los que votaron. Y el 15% de la totalidad de socios.

“Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo”, con una media algo superior a los 100 votos, alcanza el 20% de los votos emitidos y el 5% de la totalidad de socios del Ateneo.

La tercera candidatura, denominada “En defensa del Ateneo”, con una media algo superior a los 90 votos, alcanza aproximadamente el 18% de los votos emitidos y el 4,5% de la totalidad de socios del Ateneo.

Desde que el Presidente de la Junta de Gobierno es Luis Arroyo ha aumentado el número de socios lo cual es muy positivo; deseamos que siga esta tendencia en los próximos años. También hay que conseguir que haya más socios que acudan a votar pues un 25% es un porcentaje muy bajo.

Respecto a las candidaturas me alegro de la victoria del “Grupo 1820”, que ha sido, tal y como anunció antes de las elecciones el Presidente de Arco Europeo Progresista, José Antonio García Regueiro, al que hemos apoyado desde Arco.

Enhorabuena desde Arco a toda la candidatura del “Grupo 1820”, cuyos miembros conocemos personalmente en su mayoría; especialmente felicitaciones a su cabeza de lista Marta Sanz Justel, excelente Vicepresidenta.

También doy la enhorabuena al Grupo Convergencia, tanto a su líder Miguel Pastrana como a sus demás miembros. Además de sus 100 votos, cantidad importante, durante estos años han defendido su programa buscando, lógicamente desde su punto de vista, tan respetable como el de los demás, lo mejor para el Ateneo.

Que la fiesta democrática del Ateneo tenga cada vez más fuerza y que su participación en las próximas elecciones sea mucho mayor.

Ana Pulido Benito

Vicepresidenta Primera de Arco Europeo Progresista, Secretaria General de la Agrupación Ateneísta Agustín Argüelles y miembro de la Agrupación Ateneísta Ángel Garma