¿Qué se entiende por derecha?, ¿es una única ideología o abarca, en la Historia contemporánea varias concepciones ideológicas?, ¿es un término peyorativo?, ¿todos los que, en teoría, pudieran estar encuadrados en la derecha se reconocen en este término? No pretendemos dar respuestas a todas estas preguntas, pero sí plantear algunas reflexiones sobre este concepto político entre los márgenes de un artículo
Por derecha se puede entender el conjunto de posturas, ideas y actitudes políticas que tienen que ver con la preferencia por la defensa de la tradición y el mantenimiento de las jerarquías sociales. Esta última idea puede traducirse, tanto por una defensa de los privilegios heredados, como por el exclusivo reconocimiento de los méritos personales, en relación con el concepto de meritocracia. La derecha es contraria a la intervención del Estado en la economía a través de las políticas fiscales progresivas que redistribuyen la renta. También critica la extensión del reconocimiento de derechos sociales y de minorías discriminadas. La derecha abomina de estas políticas por igualitaristas. La derecha defiende la existencia de un Estado fuerte en relación con el uso de la fuerza, y tiende a un acusado nacionalismo. Es firme partidaria del orden frente al reconocimiento, extensión y garantía de las libertades, en línea con lo explicado anteriormente, porque son interpretadas como provocadoras de desorden e inestabilidad. La derecha valora la importancia de la religión, y no es partidaria de una clara y definida separación entre la Iglesia y el Estado. Por fin, defiende un modelo tradicional de familia como único posible.
El término de derecha nace en la Revolución Francesa y por algo, aparentemente muy anecdótico relacionado con el lugar en el que se sentaban unos y otros en el legislativo. A partir de la consolidación del Estado liberal en el siglo XIX, la derecha pasa a identificarse con la burguesía triunfante y defensora del nuevo orden, en ese momento ya cuestionado desde abajo por las crecientes corrientes democráticas y por el movimiento obrero.
La derecha abarca varias manifestaciones en la Historia contemporánea en un abanico amplio: desde posturas populistas hasta el propio fascismo, pasando por partidos o movimientos autoritarios o con conexiones con el liberalismo en su versión más conservadora, hasta su aceptación del juego democrático, terminando por abrazar la causa del neoliberalismo económico. Es, pues, un concepto o término amplio, siendo necesario conocer el contexto histórico en el que nos encontremos. Pensemos en la propia historia de España en el siglo XX. El concepto de derecha puede ser aplicado al maurismo, a las ideas imperantes en la dictadura de Primo de Rivera y la Unión Patriótica, a la CEDA, al falangismo, a las ideas de Acción Católica, al conjunto de ideas y familias políticas del franquismo, a la UCD o al Partido Popular, y como vemos, existen importantes diferencias y no solamente en el tiempo sino, también, entre formaciones contemporáneas.
En la actualidad, el término se suele usar por sus adversarios como algo peyorativo, y algunas derechas tienden a autodenominarse centro-derecha, quizás por influencia de esa concepción no positiva que se genera desde la izquierda. En todo caso, en España Aznar revalorizó el concepto de derecha, tan denostado en los años ochenta, además de conseguir englobar en un solo partido casi todas las tendencias de las derechas españolas, algo impensable en la Transición; otra cuestión es si esta unidad no estaría comenzando a resquebrajarse con la irrupción de Ciudadanos en el panorama nacional.
Eduardo Montagut