“Círculo de Pensamiento Giordano Bruno”

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Bajo los auspicios del “Círculo de Pensamiento Giordano Bruno, el Vicepresidente del Ateneo de Madrid, el filósofo Antonio Chazarra, dio una conferencia el pasado sábado 28 de noviembre sobre “Marxismo hoy”; entre otros, también fueron invitados al acto el Presidente de Arco Europeo Progresista, el jurista José Antonio García Regueiro, el ex Presidente de la Real Academia de Doctores de España, el jurista Pedro Rocamora, el docente de la Cátedra del Ateneo Sigmund Freud, el psicoanalista Alfonso Gómez Prieto, el Presidente del Colectivo Rousseau, el ex comisario principal Félix Alonso Soria, el Vicesecretario General del Observatorio Europeo de Seguridad y Defensa, el politólogo Ricardo Lizcano, la Directora de Arco Social, la socióloga Belén Rico, y la Directora de Arco Cultural, la historiadora de arte Ana Pulido.

LENGUAJE PERVERSO COMO INSTRUMENTO DE MANIPULACIÓN SOCIAL

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Utilizar el lenguaje como instrumento para realizar acciones perversas es tan antiguo como el principio de los tiempos. Nos podemos retrotraer a Adán y Eva, su perversión del lenguaje en vez de aclarar, confundió la relación entre ellos, usando el lenguaje de medias verdades. Cuando Dios les habló, en la medida en que habla, ordenó el goce. La Biblia en (Génesis 11,7) Dios dice, para detener la Torre de Babel,  “ahora pues, descendamos, confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero”.

El cuento de “Alicia en el País de las Maravillas”, señalaba el poder de la lengua como instrumento perverso de dominación: Dice Alicia-“La pregunta es si se puede hacer que las palabras puedan decir tantas cosas diferentes”.

-“La pregunta”-dijo Humpty Dumpty-“es saber quién es el que manda….eso es todo”. Goebbels, ministro de Hitler afirmaba”no hablamos para decir algo, si no para obtener un efecto particular”. Todos reconocieron que la palabra es el primer ejercicio de poder porque  el lenguaje da forma al mundo, permite la comunicación y sociabilización.

La palabra es un regulador de los procesos psíquicos del comportamiento. Somos lenguaje. El empleo deliberado del lenguaje para la confusión de las conciencias y la ocultación de la realidad es perversa manipulación. Todos los dominadores, magos, religiosos, políticos, economistas, intelectuales, utilizaron palabras para confundir, ocultar, aterrorizar, mantener la ignorancia, dominar y explotar.

El arma más letal del hombre es el lenguaje. Palabras como minúsculas cápsulas de veneno que pueden ser tragadas sin darse uno cuenta. Parecen no tener efecto y luego al  tiempo manifiestan su reacción tóxica. Ya Platón en “Gorgias” a los abusos de la lengua los llamó perversiones retóricas, cesiones inconscientes. La perversión lingüística está llena de trampas, recovecos y deformaciones del uso del lenguaje, impedimento para escuchar la historia con transparencia.

El pensamiento construye trampas en las que luego queda preso.

¿Preso de quién? …del perverso.

George Orwell,  afirmaba que el lenguaje político está diseñado para que las mentiras parezcan verdades, el asesinato una acción respetable y  dar a la vaguedad apariencia sólida.

El pensamiento se falsifica por el lenguaje. Las perversiones políticas de la lengua per-vierten las definiciones comúnmente aceptadas haciéndolas significar algo distinto de lo que significan.

Todos nuestros problemas individuales y sociales comparten un desafío común, intentar comprendernos a través de las palabras.

Todos tenemos dificultades de ver nuestras vidas como en realidad son,y nos dejamos atrapar por falsas percepciones de sucesos y palabras.

Estas percepciones falsas se basan en lo que creemos conocer sobre el mundo y sobre nuestra propia vida.  Esto genera las máscaras que utilizamos, cuando exponemos lo que creemos.

Como humanos, somos perverseados fácilmente.

¿Cómo se generan las opiniones? ¿Qué factores las determinan? ¿Cómo se doblegan perversamente mentes, voluntades? ¿Quiénes se benefician de ello?.

Hay un esfuerzo en mantener la población desinformada, para tenerla material y espiritualmente sumisa.

Los formadores de opinión y los dirigentes espirituales saben que, es más fácil engañar a una población poco y mal informada, que a otra ilustrada.

Hay muchas y variadas técnicas para conseguir como meta un pensamiento único, uniforme y acrítico

Los propietarios de los medios de comunicación son los que tienen la capacidad de seleccionar y publicar, de dar a conocer a los demás, los aspectos de la realidad más acordes con sus intereses.

Los pocos, tienen, el poder perverso de definir la realidad de los muchos. Que la gente acepte las cosas tal y como están porque ignoran otras alternativas.

Aunque los medios no moldean  cada opinión, sí pueden enmarcar la realidad perceptiva alrededor de la cual se configuran opiniones. Perversión es, establecer el orden del día para todos, organizar las cuestiones en qué pensar. Legitimar ciertos puntos de vista y deslegitimar otros.

La perversión radica en que quienes seleccionan las informaciones que configuran nuestra opinión, deciden también dónde han de llegar nuestras posibilidades.

Nadie puede desear una cosa de la que no tiene noticia, de la que nunca ha oído hablar.

Fe y confianza, hábitos peligrosos que nos ponen en manos de perversos con  facilidad.

Cuanto más fuerte es el llamamiento a la confianza, más grande es el número de estafadores que acechan. Es más fácil embaucar y explotar a una persona que tiene confianza que a otra que piensa.

Exigir fe y confianza, santifica la ignorancia y conlleva la intención perversa de engañar. Quien tiene los medios, tiene la palabra. Lo que no se muestra, no existe. La información es selectiva,  no hay nada inocuo.

La herramienta con que se hacen las personas es la información. No existe herramienta sin finalidad. Las informaciones que se utilizan para hacer personas se rigen por la clase de personas que se quieren hacer.

Las condiciones en que actuamos no las decidimos nosotros. Depende de las informaciones  recibidas. La perversión está servida.

La comunicación social cuenta con poder para formar opinión pública y crear modelos de comportamiento. El periodismo juega un papel relevante, puede reforzar estereotipos y prejuicios. La actual labor periodística se inserta en un complejo en el que los medios son,  conglomerados económicos y  políticos.

Los modos de expresión social son controlados por grupos de poder dominantes que silencian, prejuzgan y neutralizan a los grupos que consideran diferentes. Se impone la voz colectiva anónima, la autorizada. No saber las fuentes, qué instancia habla, es la forma de no poder contrastar, ¿será fidedigna la fuente?

Una sociedad con miedo al pánico, al vacío, no tolera la carencia y es víctima de la mirada ajena. Un sujeto máquina que no puede fallar, ni física, ni psicológicamente. Un mundo de coachs, asesores de todo, mente, cuerpo, imagen. No se admiten fallas. Aprovechémonos del inmaduro perfecto, piensan los perversos.

La perversión es fácil cuando el hombre moderno se cree único y se descubre corriente, aparece el ego cuyo amor propio está en carne viva. Cada cual se sueña fundador y se descubre imitador.

La sociedad se compone de individuos que alardean de singularidad pero alinean su comportamiento con el de todos. Al final la morada propia está llena de intrusos.

El individualismo es una ficción tan insuperable como imposible. Una mentira piadosa del yo.

Al final los demás nos construyen y así se alivia la preocupación pero nos hace vulnerables a la perversión ajena.

¿Por qué no son felices los hombres en el mundo moderno?

Porque se han liberado de todo y se dan cuenta que la libertad es insoportable de vivir.

La historia del individuo no es más que la historia de sus argucias para burlar el requerimiento de ser él mismo.

Para aplacar heridas existe un universo mágico, delicioso refugio donde buscar consuelo y alivio.

Sabemos desde Max Weber que vivimos en el universo del desencanto.

La sociedad progresista hace pagar la des-poetización de la existencia, apareciendo la dureza de las condiciones de vida y el consumismo como invento original para contra atacar la decepción.

El ocio, la diversión, la abundancia material constituyen, a su nivel, una tentativa patética de reencantamiento del mundo, una de las respuestas que la modernidad aporta al sufrimiento de ser libre, al inmenso cansancio de ser uno mismo.

Sólo hay dos mundos, el de los escaparates con estantes llenos y el de los estantes vacíos.

Al final, el bienestar, lejos de ser el sueño paradisíaco de millones de hombres, se convierte en una infección.

Al final no se envidian los derechos del hombre, la democracia, el refinamiento cultural, sólo se envidia la plenitud material.

Pero no sólo somos consumidores de bienes materiales, si no de bienes simbólicos, imágenes, relatos, emblemas e información.

La velocidad prevalece sobre la profundidad. Se estimula en exceso para anestesiar la sensibilidad en algunos temas. Las imágenes consiguen estimular nuestra tolerancia a lo intolerable. Los medios de comunicación banalizan el espanto. La exhibición del horror lejos de conmocionar favorece el voyeurismo. La sucesión de imágenes con la que se nos atiborra a diario y que muestra las desgracias de los demás es ante todo pornográfica: proporciona a todos el derecho a verlo todo, injerencia óptica, nada escapa a la indiscreción del objetivo, el libre acceso de las cámaras a las matanzas. La apatía renace al final de la desmesura, el infierno se hace monótono. Desgracias servidas a domicilio a la hora de las comidas.

La abominación se transforma en anécdota. Los medios de comunicación poseen el poder perverso de dominar el espectáculo de la vida porque lo mismo crean un acontecimiento que lo desgastan.

Curiosa perversión, el recuerdo del mal, en vez de sensibilizarnos ante la desgracia, estimula la indiferencia.

Exhibirlo todo, es la mejor manera  de inmunizarnos contra las calamidades.

La atención a los parias del mundo dura un instante. Vivimos en un universo globalizado, más comunicado que nunca, pero… lo que ocurre en él es puro espectáculo.

Disneylandizar el mundo, actualidad edulcorada para podernos escamotear.

Si los intereses perversos consiguen fragmentar la sociedad esta se aleja del pluralismo y así desaparece la sociedad y aparece la secta.

Una vez asimiladas las informaciones que recibimos, se constituyen en juicios y convicciones.

Cuanto más ignoremos que los dueños de nuestras acciones son otros, tanto más dueños serán esos otros de nosotros.

Las leyes las hacen los seres humanos, no los ángeles y nadie hace una ley en contra de sí mismo. Ningún pobre dice: “no robarás”.

Quien tiene poder para fijar las reglas del juego, establece las que le permiten ganar. No  pone reglas que le hagan perder.

A través de la TV, caja parlante, y su autoridad, acostumbramos a contemplar los crímenes contra la sociedad como si se tratase de un cuadro colorista.

Si no nos defendemos contra el plan impuesto en la TV, en los periódicos, nuestros pensamientos seguirán siendo nuestros propios enemigos, por ser los pensamientos del enemigo.

El dolor de vivir, la lucha por la  nada de cada día, la enfermedad y tantas quiebras de la ilusión, reducen al hombre a la inconformidad de existir en el espacio de tiempo que le toca llenar. El ser humano se va despersonalizando hasta convertirse en autómata a las órdenes de la charanga. Lo superfluo se transforma por arte de la persuasión en necesario.

La mayoría de la población busca en los medios de comunicación el entretenimiento que apela a los déficits emocionales que todos tenemos de vez en cuando.

Quien se distrae diariamente con el asesinato, la muerte, el fraude, la violencia bruta, aprende que el derecho del más fuerte, el egoísmo individualista, predomina sobre los derechos humanos, la solidaridad, la cooperación.

El entretenimiento y la diversión de las grandes masas, la organización interesada de su tiempo libre, se ha convertido en una  industria lucrativa.

Esta explotación interesada de las necesidades humanas de asueto y relajación cumple también una función importante: distraer a las grandes masas de la realidad, lo cual debe entenderse como manipulación ideológica y formación de la mentalidad sumisa. Vivimos la cultura del simulacro.

El espectador espera de la TV placer, diversión, desahogo de las tensiones, lo mismo que de la lavadora se espera una colada limpia y de la nevera alimentos frescos.

Disfrutan con el mero hecho de que lo ocurrido le haya pasado a otro no a ellos. La gente lo que quiere son informaciones agradables, espectáculo lo que vulgarmente se denomina “pan y circo”. Diversión para liberarnos aunque sólo sea un rato de las angustias, preocupaciones, desconfianza y malestar que genera el desconocimiento.

La libertad de información no significa que seamos libres para informarnos cuándo, dónde y de lo que queramos. La libertad de información es un postulado, ser libre es otra cosa.

La sociedad difama, descalifica, discrimina y explota a los impotentes e ignorantes.

Harry Pross, comunicólogo decía: “Se retiene información para mantener la ignorancia y se reparte información para suprimir informaciones”.

Los programas de TV demasiado explicativos tienen los días contados y los emocionales cumplen más horas de emisión. El lenguaje audiovisual es emotivo, se burla de los filtros racionales.

En el mundo de la opulencia informativa y de la multiplicación de versiones de la realidad, consumimos imágenes para un disfrute voyeur oscilando entre el vacío y el exceso. Se fomenta la curiosidad morbosa.

La fascinación televisiva por el cotilleo es una atracción hacia lo accidental, revelador de fantasmas colectivos, catalizador de emociones, plasmado en lo escandaloso. Revela un imaginario vinculado a la cultura del exceso, una sociedad que vive en la sobreabundancia,  de bienes materiales y  de relatos.

La opinión pública cede ante la emoción pública.

Youtube, Twitter, entablan una competición mediática enorme donde lo nimio, si es espectacular, supera lo importante. El síndrome consumista exalta la rapidez, el exceso, el desperdicio.

La sociedad vive en la insatisfacción permanente, el consumo reactiva constantemente el deseo, con vistas a perseguir siempre otro nuevo objeto de deseo.

Así el modo de comunicación informativa es epidémico, una información despierta otra    por contaminación.

La circulación de rumores, son puerta abierta a la cristalización manipuladora de las opiniones.

Hay nuevas formas de poder: en vez de seducción, dominación; de atracción,  prohibición; de convicción,  creencia.

La sociedad entera se ha vuelto más sentimental, sensorial.

¿Tienes problemas de soledad? Facebook.

¿Quieres seguidores? Twitter.

¿Quieres inventarte una vida?  Sims.

Las palabras se convierten en misiles, los discursos en corazas, el lenguaje en acción, donde las palabras ocultan un discurso más allá de la palabra.

Lacan decía: “El proletario no es siervo del amo, sino de su goce”.

El poder se sostiene, no negando el deseo de los demás, sino construyéndoselo.

Toda relación del sujeto con el lenguaje es esquizofrénica, se obedece lo aprendido sin saber ni  donde ni cuando. Es un juego peligroso con la ignorancia.

Los sociólogos y los psicoanalistas se convierten en brujos de la modernidad, capaces de orientar, salvar, advertir de los maléficos de la jungla y sus perversas intencionalidades. Alertarán de los rapiñadores del mundo, de aquellos totalitarismos que no quieren que el mundo sea humano.

Pensar sobre los acontecimientos, verlos con la distancia necesaria, para que en nuestras decisiones seamos señores y no siervos.

La reducción de la ignorancia nos protege de la mentira de lo oculto tras el lenguaje.

Cuanto más tardemos en averiguar cómo se genera una opinión en nuestras cabezas, tanto más tardaremos en desechar las opiniones que nos llevan a realizar los deseos de los otros y no los nuestros propios.

Belén Rico García

Socióloga y Directora del Área Socio Política de Arco

LOS PELIGROS DE GENERALIZAR

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LOS PELIGROS DE GENERALIZAR: ¿TODOS TERRORISTAS?

Cuando todavía estaba en boca de todos la terrible realidad de los refugiados sirios, mujeres y niños huérfanos de la guerra concentrados  el campos como el de Zaatari, en Jordania, considerado como el segundo campo de refugiados más grande del mundo, donde malviven hacinadas alrededor de 85.000 personas a apenas 12 kilómetros de la frontera con Síria, cuando todavía asombra la trágica muerte de niños, cuando todavía hay países discrepantes sobre permitir la entrada masiva, cuando todavía hay voces racistas y xenófobas de extrema derecha alimentando el sentimiento antiinmigrante, cuando todavía sigue la gente huyendo de la terrible realidad de Siria, sucede la masacre de Paris, masacre brutal e indiscriminada  y a partir de ahí, personas que usan todo tipo de recursos  y que no dudan en tirar de falsedades, convierten en chivos expiatorios a los refugiados sirios aprovechando el miedo y la frustración de la ciudadanía ante el peligro que suponen los terroristas suicidas.

A raíz del ataque no solo en Europa hay  políticos que pidan cerrar el paso a los refugiados sino también políticos estadounidenses atacan el plan de Obama de abrir el paso a 10.000, otros dicen  que la ayuda debería basarse en la religión, cristiana por supuesto, otros han propuesto prohibición de la entrada y algunos incluso tildan la idea de lunática.

Donald Trump no solo ataca el plan de Obama, inflando la cifra de inmigrantes que quiere aceptar, 250.000 en lugar de los 10.000 que se tiene previsto. Y digo yo, ¿Qué más da la cifra? ¿Hablamos de cifras o de personas? y si uno de los terroristas era de siria, ¿vamos a culpar a los otros miles de sirios? Si uno era francés ¿van a expulsar a todos los franceses? O español ¿Qué van a hacer?

No solo eso, Trump dice que el que nadie tenga armas excepto los malos  en su opinión es determinante en el desenlace.

Si todos tuviéramos armas  la situación hubiera sido distinta, dice Trump,  de eso estoy más que segura, pero no ese día, todos los días  ¿alguien se imagina a gente armada en una sala de fiestas un viernes por la noche como algo normal?

Yo no me lo imagino, ni me imagino en la frontera cortándoles el paso a los refugiados

Ni me imagino negándoles el derecho a sobrevivir huyendo de la guerra

Ni me imagino poniendo pegatinas que muestran el dibujo de un cerdo, acompañado de la bandera de España, y con el mensaje de “Refugiados no bienvenidos’’, tal y como ha pasado en una localidad española.

Todo esto no me hace olvidar el drama palestino, el drama de la violencia de género ni todos los dramas humanos que hay, y en todos y cada uno de ellos hay opiniones de desalmados egoístas que no tienen empatía ni son capaces de entender que cualquiera de ellos es un ser humano y no un número entre los cientos de miles que tienen necesidades básicas para sobrevivir y en su país no pueden acceder a ellas.

No voy a analizar los motivos que iniciaron el conflicto en los países árabes, no voy a justificar actuaciones injustificables en nombre de la religión, de la moralidad, de los intereses económicos, ni causas ni soluciones, solo voy a comentar la deleznable actitud de una parte de la ciudadanía que generaliza las actuaciones de unos terroristas, vengan de donde vengan, que en principio, lo hacen por la creencia de estar cumpliendo con un mandato divino o no, respaldados e idolatrados por grupos fanáticos que les animan a actuar sometiéndose totalmente a los objetivos colectivos  y que supera con creces el precio que deben pagar, el suicidio, al menos para ellos.

¿De verdad somos humanos? He oído a alguien decir que si mataran a su hijo en unas circunstancias similares, dedicaría el resto de su vida a matar moros, moros, no miembros de ISIS, moros.

Entiendo la frustración y el deseo de venganza, entiendo el deseo de ver pagar al responsable pero no en contra de los que no son culpables sino también, victimas.

Por favor, luchemos contra el fanatismo en todo su significado,  no contra nosotros.

Aniria García

Directora de Relaciones Socio Políticas de AEP

Conferencia de Belén Rico

ARCO EUROPEO PROGRESISTA EN EL ATENEO

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La Socióloga y Directora del Área Social de Arco Europeo Progresista, Belén Rico, dará una Conferencia en la Cátedra de Psicoanálisis «Sigmund Freud», en el Salón Ciudad de Úbeda del Ateneo de Madrid, el próximo miércoles 18/11/15 a las 19:30, en el marco temático de «La palabra: herramienta de dioses y de perversos». Intervendrán también Antonio Piñero y Ángel de Frutos Salvador.

Te esperamos

Conferencia de Delia Blanco: “Refugiados del siglo XXI”

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Arco Europeo Progresista

Se complace en invitaros a la conferencia que impartirá Delia Blanco, Diputada por Madrid en el Congreso y ex Presidenta de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), sobre los “Refugiados del siglo XXI”.

Será en la sede de Arco Hagión a las 18.30 horas (c/ Alfonso Gómez 42, 3ª planta) el próximo viernes 13 de noviembre. Moderará el Presidente de Phoenix Unum.

Por favor, confirmar en arcohagion@gmail.com

Las menores, el derecho a la maternidad y el derecho al aborto

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El Grupo Parlamentario Popular presentó una proposición de ley, que se ha convertido en la Ley Orgánica 11/2015, de 21 de septiembre. Esta disposición determina que para practicar el aborto legal no basta la voluntad favorable de la chica de 16 o 17 años embarazada, sino que además esta deba contar con el consentimiento expreso de sus padres o tutores; en caso de discrepancia sobre el aborto entre la joven y sus padres o tutores, resolverá el juez. En consecuencia, el juez puede llegar tanto a autorizar en tal caso el aborto como a decidir que la menor de esa edad no debe abortar y que por el contrario, incluso en situaciones de riesgo para la vida o salud de la embarazada, tiene la obligación impuesta legalmente de dar a luz y, si sobrevive, de mantener y alimentar al recién nacido.

El Programa del Partido Popular sobre este tema era tan poco claro, que permitía tanto una modificación integral del aborto, que era lo que pretendía el proyecto del anterior ministro de Justicia, Ruiz Gallardón, como la proposición que he mencionado promovida por los diputados populares, pero bajo el mandato del actual ministro de Justicia, Rafael Catalá. La propuesta de Gallardón provocó su salida del Ministerio, mientras que la mencionada proposición del Grupo Popular tuvo éxito, ya que se convirtió en Ley y fue publicada en el Boletín Oficial del Estado. Sin embargo, no todos en el Partido Popular estaban de acuerdo con esta reforma, en cuanto significa el mantenimiento en lo sustancial de la Ley socialista de 2010. Recordemos las manifestaciones de los grupos pro vida, apoyados por Esperanza Aguirre y Jaime Mayor Oreja, o los votos de cuatro Diputados que votaron en contra o se abstuvieron en la tramitación del Congreso.

De acuerdo con los datos facilitados por el Ministerio de Sanidad, en el año 2013 ha descendido el número  de abortos, alcanzando los 108.690, lo que representa una tasa de 11,74 por 1.000 mujeres. Aunque a efectos estadísticos no se hacen públicos los nombres de las embarazadas que se someten al aborto, seguramente habría más de una sorpresa si los conociéramos, descubriendo la hipocresía de quien en público lo condena y en privado se somete a él o al menos lo tolera en alguien próximo. Pero nos interesa saber si son muchos o pocos los casos en que se produce esa discrepancia entre la joven que quiere interrumpir su embarazo y los padres o tutores de la misma, porque cabría la posibilidad de desdeñar la importancia de esta reforma por su escasa incidencia. Según la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción del Embarazo (ACAI) en su Informe “Mujeres 16 y 17 años que no han podido comunicar  a sus padres la interrupción de su embarazo” (http://www.acaive.com/mujeres-16-y-17-anos-que-no-han-podido-comunicar-a-sus-padres-la-interrupcion-de-su-embarazo/publicaciones/), en el período 2010-11 el número de abortos realizados en mujeres de 16 y 17 años fue de 1.186, lo que representa el 3,23 % del total de abortos; y el número de abortos en jóvenes de esas edades que, por los motivos previstos en la ley vigente, no informaron a sus padres o tutores, fue de 151, cifra que representa el 0,41 % del total de abortos (NÚÑEZ PAZ, “Consentimiento y aborto en España: reforma y contrarreforma a la luz de la «inmortal» STC 53/1985”, Revista General de Derecho Penal, 22, 2014, pp. 5-6). Pero precisamente es en estos casos límite donde el Derecho tiene que ofrecer criterios razonables y adecuados con la Constitución y con el resto del ordenamiento jurídico.

Un posible espejismo en que puede incurrir un político es creer que toda ley va a ser obedecida ciegamente y que en consecuencia dicha ley va a trasformar la realidad. Los juristas sabemos que no siempre es así. No solo los ciudadanos ejercen una notable resistencia cuando una importante mayoría está en desacuerdo con la nueva norma, sino que incluso los jueces buscan todo tipo de subterfugios para eludir una regulación que estiman  internamente injusta. La Ley Volstead o ley seca de 1919 no solo no consiguió erradicar el consumo de alcohol en los Estados Unidos, sino que provocó el desarrollo de los gángsters y la comisión de otros muchos delitos.  ¿Se imagina alguien que hoy en día se pudiera dictar una ley que, por ejemplo, prohibiera el divorcio? Sinceramente: parece imposible, de ciencia ficción. Algo similar podría ocurrir con la idea de exigir a las embarazadas de 16 y 17 años que cuenten con el consentimiento favorable al aborto de sus padres y tutores.

A favor de este criterio la nueva Ley argumenta que la legislación socialista aún vigente -que no requiere tal beneplácito de los padres y tutores- impide cumplir con la obligación que supone la patria potestad. Pero semejante argumento no se sostiene. En efecto, de acuerdo con el artículo 157 del Código Civil los menores de 18 años son los verdaderos titulares de la patria potestad sobre sus hijos, correspondiéndoles a los abuelos de estos últimos solo la asistencia. Esto significa que cada generación ejerce los derechos y deberes que se integran en la patria potestad exclusivamente sobre la siguiente generación, de modo que los abuelos no son titulares de la patria potestad sobre los nietos. El propio concepto de patria potestad, que según la Constitución y los Convenios internacionales consiste en la búsqueda del interés superior del menor, se limita a los hijos y se agota en ellos, por lo que no comprende la capacidad de decidir si a su vez estos engendran y dan a luz a otros seres humanos. Puesto que un hijo es para siempre, no es lógico que los abuelos tengan la última palabra y que, con la fuerza de la ley, puedan imponer a su hija embarazada que dé a luz y mantenga a un nieto, con el consiguiente deber de alimentos para la madre. ¿No sería más razonable que en tal caso el deber de alimentos se les impusiera a los abuelos que rechazan el aborto? Pero la Ley no ordena tal cosa.

Sociológicamente hablando los derechos se generan más por su vulneración que por su reconocimiento explícito en una constitución o en un texto legal. El derecho al aborto se originó sobre todo en la época franquista y en los primeros años de la democracia, período en el que se condenaba penalmente a las embarazadas que consentían su aborto, lo que a su vez provocaba que estas optaran por someterse a la intervención en el extranjero. Esa es la realidad que más ha determinado que muchas mujeres y hombres sostengan hoy en día el derecho a la maternidad, que si es en verdad un derecho, debe conllevar necesariamente el derecho al aborto, derecho que por cierto ha sido reconocido por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos; solo a título de ejemplo, remito al lector a la sentencia A, B y C contra Irlanda, de 16 diciembre 2010. Y el derecho al aborto también hay que reconocérselo a las adolescentes de 16 o 17 años, cuya vida no puede quedar hipotecada para siempre con un hijo no deseado por decisión de los padres o tutores de aquellas.

Mejor que esta nueva Ley sería, según creo, que se incrementaran las medidas educativas sobre salud sexual a los adolescentes, para evitar embarazos no deseados.

Antonio Cuerda Riezu

Catedrático de Derecho Penal