Literatura en la clase de lengua extranjera (I)

LITERATURA MUJER CON LIBROS Imagen de Yerson Retamal en Pixabay

Literatura en la clase de lengua extranjera (I)

Por Rosa Amor

Cercana evolución

A lo largo de la historia, la manera en la que se adquieren las segundas lenguas ha ido variando, así como el papel de la literatura, pasando de un protagonismo absoluto a una defenestración, debido a los distintos métodos que se han utilizado. Las metodologías evolucionan y con ellos el uso de la literatura en la clase de lengua extranjera. Este hecho es importante para entender cuáles han sido los motivos para su momentáneo abandono y posterior recuperación. Si nos remontamos al método tradicional, también llamado gramática-traducción durante el siglo XIX y hasta los años 50, la literatura formaba el eje vertebrador de la enseñanza de idiomas, utilizando los mismos métodos que se usaban para el aprendizaje del latín y griego, es decir, usar obras consideradas clásicas y traducirlas a la lengua materna.

Las actividades que se pudieran hacer en el aula estaban basadas en la literatura, pero no en aspectos literarios o que vayan más allá de aprender vocabulario y gramática, puesto que lo que prima es el desarrollo de las destrezas escritas, dejando de lado todas las demás, dificultando la adquisición de una comunicación correcta, que es lo fundamental a la hora de aprender un idioma.

La oralidad no estaba presente de manera que no se ejercita ni se desarrolla, no permitiendo a los alumnos llegar a tener conversaciones fluidas con hablantes de la lengua que están aprendiendo. Superado el método gramática-traducción, en los años 60 con el estructuralismo como corriente principal se da primacía al hablar frente al escribir como ocurría con el método tradicional. Se fomentarán las destrezas orales por lo que la literatura quedará no solo relegada, sino excluida, ya que no se considera dentro de los usos habituales por parte de los hablantes nativos, siendo sustituida por textos creados específicamente para la enseñanza de la L2, pero que no se ajustaban al habla de los nativos, por lo que tampoco eran demasiado útiles para su puesta en práctica en la vida real tal como nos explica Ventura Jorge (2015). Más tarde en los 70 el enfoque nociofuncional, puso el centro en el uso social de la lengua, aunque no con demasiado éxito como Melero Abadía señala (2000), quien considera que más que un método o enfoque, sino una nueva forma de estructurar los 6 programas y sus contenidos y que no difiere apenas del método estructural más que en una cierta mayor naturalidad en las muestras elegidas de L2 En los años 80, entrará en vigor el enfoque comunicativo, donde lo capital va a ser la competencia comunicativa que será en lo que se centre el aprendizaje de la L2. En este caso los materiales que se van a utilizar sí que van a simular situaciones reales y la atención principal la tendrá de nuevo la oralidad. Con estas premisas, la literatura de nuevo se queda relegada viéndose como algo que no contribuye al aprendizaje de la competencia comunicativa ni al correcto desenvolvimiento conversacional. Únicamente tendrá cabida en los niveles más avanzados por su relación con la cultura, pero no para aprender el idioma. Ya a finales de los 90 la literatura comenzará a encontrar su lugar en el aprendizaje de segundas lenguas como recurso, ya no se la considerará como obstáculo a la hora de estudiar la L2, sino que se incorporará con entidad propia, gracias al enfoque por tareas como bien nos dice Ventura Jorge (2014).

IMG-20220506-WA0010

OBSERVATORIO DE EDUCACIÓN 

Directora del Observatorio de Educación de Arco Europeo: Rosa Amor del Olmo

La palabra y el bel canto (por ejemplo)

BOSCO

La palabra y el bel canto (por ejemplo)

Por Pilar Úcar

Parece que esta expresión define el arte del canto según el estilo de la ópera italiana romántica afirma la RAE, a la que siempre acudo.

Si lo extendemos a la ópera en general sea de cualquier época, compositor, movimiento o país, podríamos pensar que se deriva algo ‘bello’ o ‘bonito’. Seguro que hay traductores que se rasgan las vestiduras por no mantener la expresión tal cual.

Y llama la atención que este género lírico, esta clase de espectáculo, tan bello o tan bonito no cale en la mayoría de público; algo de tramposo, pues, esconde el modismo lingüístico.

Hablamos de la preferencia e inclinación particular e intransferible de cada uno; para ello viene en auxilio el verbo “gustar”, de los más comunes y no sé si rentable en el discurso oral y escrito de tanto uso y desgaste. Cuando alguien profiere “me gusta”, inmediatamente nos vemos abocados a justificar, argumentar a “porquerizar” en una suerte de respuestas para calmar preguntas ajenas de curiosidad o de sorpresa.

Y su formulación en negativa todavía entraña mayor extrañeza: un “no me gusta” pone sobre aviso al otro, comienza la sospecha y la ceja enarcada -mínimo ademán facial- sin contar onomatopeyas y aspavientos.

A mí “no me gusta” la ópera, se llame bel canto o como quieran denominarlo. Y punto. Por muy rompedoras que sean la escenografía y la tramoya, innovadoras las arias y reiterados los bises, el virtuosismo del fraseo, y la técnica de la respiración diafragmática…no me gusta. No se necesita plasmar de otra manera, ni con eufemismos ni rodeos -para evitar tono desabrido, los malos gestos en el ojo ajeno-, el disgusto o la desavenencia y así mitigar ese sentido latente y solapado de culpa ante un certero “no me gusta”, por ejemplo.

OBSERVATORIO DE FILOLOGÍAY LENGUA ESPAÑOLA

AddText_03-19-12.37.26

Directora del Observatorio de Filología y Lengua Española: Pilar Úcar Ventura

La palabra y «a toro pasado»

Harmodio y Aristogitón tyrannicides

La palabra y «a toro pasado»

Por Pilar Úcar

Tras la resaca “sanferminera”, traigo a colación una de las expresiones más usadas en nuestro lenguaje cotidiano, se esté a favor de la Fiesta con mayúscula (emulando a Hemingway) o se practique una férrea y contundente postura animalista.

Todos los días a la misma hora, los correderos del encierro se preparan con su propio ritual para plantarse con “un par” delante de una ‘manada’ (¡¡qué palabra de acepciones tan funestas!!) y emprender a zancadas una carrera velocísima y atrompicada por las calles pamplonesas ad hoc.

Sin profundizar en el análisis lingüístico de alguno de estos mozos (de la zona o foráneos) cuando se les pregunta motivaciones, sentimientos, liturgia anterior a esos momentos y protocolo posterior (si el toro ha esquivado bultos que les impiden acceder a la plaza hermanados con los cabestros)…daría para toda una antología del dislate.

Me llama la atención la sapiencia de los comentaristas, periodistas o no, durante las retransmisiones televisivas; ahí es donde el idioma crece: “encierro peligroso, limpio, vistoso” o “toros nobles, agachan la testuz, doblan las manos, cabecean”.

Todas las figuras retóricas, como plaquetas enloquecidas ante una herida. Creo que faltaron a sus clases de Lingüística en la facultad de Ciencias de la Información (ahora, Comunicación, el término periodista muy denostado en la actualidad cede al de comunicador). Agota su cháchara sin comedimiento ni justeza a la hora de emplear los términos del campo semántico taurino. Toca llegar al corazón, a la fibra sensible, “se me ponen los pelos como escarpias” insisten reiteradamente y de ahí todo son hipérboles, comparaciones, metáforas  y metonimias, paronomasias…un sindiós tedioso y manido. Algunos me dirán que escribo “a toro pasado”, es decir, «después de haber perdido o dejado pasar la oportunidad». Exacto, con la ventaja de ser filóloga, animalista y de Pamplona.

OBSERVATORIO DE FILOLOGÍAY LENGUA ESPAÑOLA

AddText_03-19-12.37.26

Directora del Observatorio de Filología y Lengua Española: Pilar Úcar Ventura

El Papa contra la guerra

20220717_131220

El 19 de mayo de 2022, el Papa Francisco recibió a los directores de las revistas culturales europeas de la Compañía de Jesús y al Propósito General de la misma, el Padre Arturo Sosa.

Entre otras cuestiones, el Papa recordó que un par de meses antes de la guerra de Ucrania conoció a un Jefe de Estado que le dijo que estaba muy preocupado por la forma en que se movía la OTAN pues estaban ladrando a las puestas de Rusia y no entienden que los rusos son imperiales y no permiten que ninguna potencia extranjera se acerque a ellos, por lo que la situación podría llevar a la guerra.

El Papa manifestó que estaba en contra de reducir este conflicto a buenos y malos, pues deben analizarse los intereses y las raíces. Sin olvidar que hay otras guerras que nadie sigue.

Para el Papa se ha declarado la III Guerra Mundial, lo que debe llevarnos a reflexionar. Y se preguntó, ¿qué le pasa a la humanidad que lleva tres guerras mundiales en un siglo?.

Círculo Smolny considera que las reflexiones del Papa Francisco deberían tenerse en cuenta por todos los mandatarios mundiales, especialmente los europeos pues no han sabido facilitar una salida diplomática al conflicto de Ucrania.

photo

La palabra ‘orgullo’

IMG-20211027-WA0006

La palabra ‘orgullo’

Por Pilar Úcar

¡¡¡Una perogrullada eso de repetir lo importante que resultan las palabras!!! Yo creo en ellas… por edad y experiencia (profesional y personal). Claro, que no todas son iguales, y no me refiero a su clasificación gramatical. Al término ‘orgullo’ se le adjudican los siguientes sinónimos: soberbia, engreimiento, altanería, altivez, arrogancia, vanidad, presunción, desprecio, amor propio y estimación.

Buscar el significado de un vocablo en el diccionario, engancha, porque una cosa lleva a la otra y nos vemos abocados al juego de la oca (tan boomer, cierto) de una casilla a la siguiente, y salto porque me toca…enhebramos una cadeneta de eslabones terminológicos al no dar con el que queremos. Pasa que la sinonimia absoluta no existe. Ocurre con la palabra ‘orgullo’ y es con el último sinónimo, el de ‘estimación’, el que más nos convence: ‘aprecio, afecto, consideración’ para nuestro objetivo de hoy.

‘Orgullo’ se columpia entre extremos. De ahí la necesidad de encontrar el punto morigerado, para algunos tibieza, para el resto la medianía deseada. Difícil, seguro, si solo nos quedamos con el lazo y el celofán… el brilli brilli que ahora reluce, se vive, se escenifica, se colorea, se batuquea, se desfila, se grita y se canta. Y que siga, por supuesto. Fiesta, celebración, alegría, puro jolgorio…

Algo de “meritorio” rezuma el orgullo en su definición y en este detalle es donde conviene agarrar la palabra, a ras del suelo, de la calle, del día a día, sin falsos patrioterismos, ni viejunas memorias. Todo muy actual y real muy presente. Mérito.

Como lingüista me interesa analizar la travesía que ha experimentado la palabra ‘orgullo’: hoy no se emplea tanto eso de “orgulloso de mi país” sino que domina el “orgullosa de ti” y sobre todo “feliz orgullo” que en apariencia sugiere una paradoja in terminis.

OBSERVATORIO DE FILOLOGÍAY LENGUA ESPAÑOLA

AddText_03-19-12.37.26

Directora del Observatorio de Filología y Lengua Española: Pilar Úcar Ventura

La palabra y el cómic

_20220704_160909

La palabra y el cómic

Por Pilar Úcar

Resulta muy difícil “leer” cómics, muy difícil. Desde mi punto de vista, hay que poseer muchas y muy potentes capacidades: intuición, inteligencia, cultura, buena vista, reflexión, tiempo y ganas, interés y afición. Neuronas en acción para “pisparse” de esas historietas escritas y viñetadas: desde Corto Maltés a Tintín, pasando por Astérix y Obélix, por ejemplo. No lo ponen fácil historietistas como “Moebius” o Sergio Aragonés, entre otros muchos. Todo un reto para el que se exige una gran dosis de curiosidad.

La mayoría de los “boomers” españoles hemos crecido con la lectura dominical de Petra, cridada para todo, La familia Trapisonda, un grupito que es la monda, Zipi y Zape o Pepe Gotera y Otilio, chapuzas a domicilio; 13, rue del Percebe, Mortadelo y Filemón… ¡¡Vaya país!! Para partirse la caja. Se necesita mucha paciencia y humor. Mansedumbre y cierta porción de humor, del bueno o del malo.

Si asistimos a la exposición de CaixaForum dedicada al cómic, se observa pasión animada de sus visitantes, como si les coronaran bocadillos en letras mayúsculas llenos de recuerdos avivados…

La palabra en el cómic viene contenida e intensa: se plasma con la letra apretada, tan junta que cuesta separar hasta las sílabas. Se trata de una palabra cultural, cínica, y siempre muy crítica…parece que el autor se ríe de todo y de todos. Algunos de los ingredientes que jalonan el paso de una viñeta a otra: amargura, mucha; ironía, bastante.

Hay que aguzar el ingenio a marchas forzadas y estar pendiente del más mínimo detalle: comas y acentos, que, incomprensiblemente, caben en los límites del recuadro, lenguaje no verbal, gestos y señales, ademanes y silencios, pausas… Los elementos de la comunicación a toda vela. Síntesis y sinopsis, resumen y esquema. Todo eso es un cómic. Too much.

OBSERVATORIO DE FILOLOGÍAY LENGUA ESPAÑOLA

AddText_03-19-12.37.26

Directora del Observatorio de Filología y Lengua Española: Pilar Úcar Ventura