La lectura como herramienta de desarrollo emocional, ético e intelectual

La lectura como herramienta de desarrollo emocional, ético e intelectual

Rosa Amor del Olmo

La lectura literaria no solo contribuye al autoconocimiento y al descubrimiento del mundo; también es una herramienta poderosa para el crecimiento emocional, ético e intelectual. Al sumergirnos en las páginas de un libro, desarrollamos empatía, refinamos nuestra sensibilidad, ensanchamos nuestra visión ética y estimulamos el pensamiento crítico y creativo. Como afirma la escritora Carmen Gil Martínez, «la literatura nos ayuda a ver la vida desde puntos de vista diversos, a ponernos en la situación de los demás, y, por tanto, nos vuelve más comprensivos, más respetuosos con las opiniones y prácticas de quienes nos rodean». Este testimonio enfatiza la empatía que surge de la lectura: al vivir vicariamente las alegrías y sufrimientos de personajes de ficción, aprendemos a ponernos en el lugar del otro, entendiendo perspectivas diferentes a la propia. Esa capacidad de empatizar es la base de la sensibilidad humana y de valores éticos como la tolerancia y el respeto. Un niño que lee, por ejemplo, la historia de un protagonista marginado por ser diferente puede desarrollar una comprensión más profunda de la injusticia de la discriminación y ser más solidario en la vida real.

La literatura tiene un “extraordinario poder de sugestión”, en palabras del crítico José María Orquín, quien señala que “todo gran lector sabe en qué medida los personajes de ficción han conformado su propia vida, su manera de sentir y de pensar (…). Esta fascinación de la literatura se acentúa cuando es un lector joven quien se enfrenta a lo imaginario” (Orquín, 1989, p. 15) En efecto, nuestras emociones y formas de pensar pueden ser moldeadas por las lecturas tempranas. Los personajes literarios a menudo se convierten en modelos (positivos o negativos) que dejan huella en la formación de la personalidad del lector. Al acompañar a un héroe o heroína en su recorrido vital, el lector joven internaliza experiencias emocionales –amor, miedo, valentía, duda, alegría, pérdida– que aportan educación sentimental. Este recorrido guiado por la ficción facilita que el lector desarrolle una sensibilidad más rica y un entendimiento más matizado de las complejidades emocionales humanas.

Además de la empatía y la emoción, la literatura incita al pensamiento. No se trata solo de pensar críticamente sobre la trama o los personajes, sino de estimular la imaginación y la reflexión sobre la propia vida y la realidad. La teórica de la lectura Louise Rosenblatt apunta que la literatura «permite que [el lector] asimile unos referentes culturales, inculca imágenes de conducta y actitudes emocionales, ya que su poder reside en su influencia a nivel emocional» (citado en Calvo, 2010, p. 1) Esto significa que la lectura, al involucrar nuestras emociones, tiene un impacto profundo: nos transmite valores culturales, nos presenta formas de actuar y nos hace sentir de ciertas maneras, todo lo cual influye en cómo razonamos y tomamos decisiones. Por ejemplo, una novela con un fuerte dilema moral puede llevarnos a reflexionar éticamente sobre cuestiones de justicia, bien y mal, más allá del texto. Igualmente, la exposición a diversos contextos culturales en la literatura amplía nuestro bagaje intelectual, dándonos nuevas referencias e ideas.

En el ámbito intelectual, la lectura de ficción enriquece el lenguaje, la creatividad y la capacidad de abstracción. Al leer, ejercitamos la imaginación (visualizando escenas y personajes), la concentración, la comprensión lectora y la capacidad de interpretar símbolos y significados ocultos. Todo ello redunda en un desarrollo cognitivo importante. Incluso la resolución de tramas y misterios en las historias mejora habilidades de razonamiento lógico y pensamiento crítico: el lector formula hipótesis, anticipa finales, descubre pistas, etc.

Por último, cabe mencionar que la literatura también puede servir para transmitir valores éticos de forma sutil. Muchas narraciones plantean enseñanzas o moralejas implícitas que el lector asimila sin sentirlas como lecciones doctrinarias. Por ejemplo, una historia sobre amistad y lealtad enseña la importancia de estos valores a través de la empatía que sentimos por los personajes. En este sentido, los docentes y mediadores de lectura suelen seleccionar obras que ofrezcan modelos positivos. Como sugiere Xavier Extaniz, conviene proponer a los niños libros donde encuentren modelos constructivos de comportamiento de ambos géneros, evitando estereotipos dañinos y mostrando ejemplos de respeto e igualdad. De esta forma, la lectura contribuye también a la formación ética, fomentando actitudes de equidad y comprensión entre géneros, culturas y perspectivas distintas.

Los orígenes del psicoanálisis con la infancia. Su emergencia. Parte 2

Los orígenes del psicoanálisis con la infancia. Su emergencia[1]. (2)

                             “El futuro del psicoanálisis depende del psicoanálisis del niño»

Karl Abraham

(Congreso de la Asociación Psicoanalítica Internacional Salzburgo 1924)

El comentario de los Grisman en Historia del psicoanálisis infantil considera que Hug-Hellmuth recogió el mensaje[2] de Freud donde pedía que algún pedagogo pudiera hacer un ensayo con sus impresiones al encontrarse con el psicoanálisis. Sin embargo, hay que decir que en esta reunión (la del 15 de diciembre de 1909, dedicada a “¿Educación o fatalismo?) no se encuentra presente Hug-Hellmuth, que aparecerá más tarde. Quien sí está presente y es la primera mujer en ser admitida, aunque sea como invitada, en esta sesuda reunión de hombres, es Ludwika von Karpinska-Woyczynska (1872-1936).

Ludwika von Karpinska, también conocida por Luise von Karpinska, nació en Polonia, y como todas las mujeres de su época, rompedoras mujeres a la búsqueda de su lugar en el ágora, tiene una historia de obstáculos administrativos, políticos y económicos que hicieron de su formación y de su práctica, la travesía que encontramos en casi todas, con matices diferenciales que no atañen a la necesidad de un enérgico deseo por su lugar en la ciencia y en la sociedad, saliendo de la madriguera materna a las que estaban impelidas y condenadas las mujeres de aquel tiempo y no solo de aquel tiempo. Estudió en Berlín, en la Universidad de Humboldt. Allí curso filosofía y ciencias naturales. Sus estudios quedan interrumpidos por motivos económicos familiares. Ha estado dos años, de 1897 a 1899. Retomará sus estudios en 1907, en Zurich, donde en 1912 terminará su formación en psicología, tras haber recibido clases y haber trabajado con Jung en el Hospital de Burghölzli, en Zúrich, semillero por catorce años del psicoanálisis en la institución psiquiátrica. Un parpadeo. Karpinska se doctora con una tesis cum laude: “Experimental Contributions to the Analysis of Depth Percepction” (Contribuciones experimentales al análisis de la percepción de profundidad). Ella es psicóloga.

Visita a Freud y el 15 de diciembre la encontramos en la lista de integrantes de la reunión, como invitada (“Gäste), junto con Jekels, y asistirá hasta el 19 de enero, a cinco reuniones. La asociación psicoanalítica polaca no cuajó en aquellos años a pesar del intento que ambos inventados hicieron. Habrá que esperar hasta 1991 cuando se constituya bajo la presidencia del psicoanalista polaco Janusz Grzelak.

Tras su vuelta de Viena, Karpinska, al igual que Jekels y otros más, asisten el Primer Congreso Polaco de Neurología, Psiquiatría y Psicología, realizado en Varsovia en octubre de 1909. Tanto Jekels como Karpinska intervienen. Karpinska en su ponencia da pruebas de que su presencia en esas reuniones fue fundamental en su forma de entender lo psíquico, en su concepción sobré qué es percepción, el perceptum. En este Congreso, la que llegará a ser profesora de Psicología en la Universidad de Lotz, defiende el método psicoanalítico de Freud como científico y operativo, pues no solo muestra y explica la interrelación de los fenómenos patológicos, sino que además, desde el punto de vista terapéutico es el más eficaz, dado que, dice, es el que genera mayor cambio en un paciente[3].

Sabemos que la práctica del propio análisis se fue imponiendo en todos los miembros, y en los que se iban acercando era un plus. Karpinska también se analizó. Karpinska lo hizo con un psicoanalista alemán que no se sabe quién es[4], y que desconocía la lengua alemana. Tampoco se sabe lo que duró el análisis. Analizarse en otra lengua es una práctica que se encuentra en las consultas. ¿Qué sucede con la lengua materna y la extranjera en un psicoanálisis? Las pioneras psicoanalistas se analizaron, no así todos sus compañeros masculinos.

Habría que agregar que Freud tomó más nota de la presencia de quien también estuvo con Karpinska en las reuniones, el doctor Jekels, polaco como ella. Es de este de quien dirá que le conoce, y que Karpinska le parece que es de la escuela de a quien escribe estas palabras el 17 de octubre de 1909, Jung[5]. Sin embargo, la asistencia a cinco de estas reuniones, en las que también estaba presente el médico Jekels, y su participación en su última reunión el 19 de enero nos dan testimonio de la impronta en ella del psicoanálisis.

Saltando la mirada borrosa de Freud sobre Karpinska, interesa destacar la intervención en esta su última reunión. El tema es: “Zur Psychologie des Zweifels” (La psicología de la duda), cuyo ponente era Stekel.   Karpinska, ya hemos dicho que hubo de realizar sus estudios en dos momentos separados por las dificultades económicas de la familia, en su primera etapa en Berlín había estudiado filosofía, que es área de interés para Karpinska se observa en su intervención. Expresa allí, su opinión al respecto de lo que le parece una confusión, pues se está tomando la duda como si fuese un afecto, y no lo es. También añade que el escepticismo filosófico tiene unas fuentes similares a la duda neurótica, pues al sublimarse no se pone en práctica[6]. No es original que se avenga al pensamiento la idea de que no fue entendida en este apunte sobre la sublimación. Pero es interesante destacar que esta manera de nombrar interroga la sublimación y lo simbólico. El escepticismo y la duda, su naturaleza lingüística de vacilación e impasse, abstinencia de un real que anude y haga acto. Parece ser que Karpinska opinó que los vieneses no eran muy dotados para la filosofía[7]. Escribió artículos de claro seguimiento psicoanalítico. La primera entre los pares masculinos.

Podría tal vez decirse que la mirada de Freud, también con las mujeres la comandaba la fascinación. Sintió fuerte atracción por aquellas que atraían a otros hombres. Atracción que en el caso de Freud se concretaba en las palabras que de ellas decía, algún reconocimiento, y abierta simpatía, como fue el caso de Lou-Andrea Salomé, mujer de interesantes aportes teóricos al psicoanálisis, que en su época fascinó a grandes artistas (Nietzsche, Rilke), también a Freud. Tuvo con ella una relación de cercanía que no se encuentra con otras mujeres, excepto con Maríe Bonaparte, otra mujer de impacto. Sí puede afirmarse que supo ver la inteligencia de las mujeres psicoanalíticas y su trabajo, unas veces mejor otras no claramente. Quizás con quién tuvo más dificultad de trato, también teórico, fue con Melanie Klein, y en ello debió tener mucho peso, la oposición de la técnica, metodología y teoría de Klein con los niños, frente a la que llegó a ser imperante en Viena y Berlín, la técnica y formas de Anna Freud, su hija.

En la reunión del 9 de marzo de 1910, se abordan “Die infantilen Bedingungen des Masochismus” (Las condiciones infantiles del masoquismo)[8]. Lo que prosigue la investigación de las huellas infantiles de los síntomas neuróticos del adulto.

Que las mujeres y la infancia van de la mano es muestra prístina con el ingreso de la primera mujer en el grupo de los miércoles. Nos la encontramos citada como miembro a quien se da la bienvenida en el acta del 4 de mayo de 1910: Margarethe Hilferding[9]. Fue recomendada por Paul Federn en abril de 1910[10]. En la sesión del 20 de abril Hilferding aparece, en el orden del día, como solicitante y es registrada a lápiz[11]. Admitida en la reunión del 4 de mayo[12], después de oponerse Sager y Wittells, finalmente es aceptada con 12 votos a favor y 2 noes[13]. Para ser aceptado plenamente como miembro del grupo había que presentar un trabajo que Hilferding realiza nueve meses después, el 11 de junio de 1911, que versó sobre la maternidad:  “Zur Grundlage der Mutterliebe” (Sobre los fundamentos de la maternidad). En este trabajo Hilferding afirma, contra el pensamiento de la época, que la maternidad no es un instinto, por tanto, no hay amor maternal innato[14], afirmación que es, incluso hoy día, de un cierto atentado a convencimientos culturales firmemente asentados.

En esta reunión del 4 de mayo donde Hilferding es admitida a la Sociedad de los miércoles, el tema de la conferencia es referente a un libro que vuelve a tratar de psicopatología en la infancia dirigido a los médicos y educadores[15], cuyo autor es Stromayer. Friedjung opina que el libro amaga, pero no aprieta, eso sí le reconoce que a más de utilizar a Freud franca y directamente, no hizo un mal uso de lo que cogió, dice de Stromayer que es un buen psicólogo que leyó a Freud con beneficio[16]. Parece estar aludido ahí el tal Moll.

Al leer el Acta del se tiene la impresión de que el libro hace un recorrido por los síndromes y síntomas de los niños y niñas donde se proponen interpretaciones más o menos generalizadas, siguiendo el cuerpo teórico que Freud va construyendo, parece que no siempre con acierto. Freud dará el punto de la estima al considerar que Stromayer cultiva una falsa independencia y que se angustia[17]. Freud y el rigor en los datos y precisión en la teoría. Se le observa siempre atento, escuchando con agudeza, tolerante en el pensamiento social y la vida del grupo, estricto en la construcción teórica, tiene un lugar de maestro reconocido y aceptado. Las reuniones adquieren, en ocasiones, el aire de sesiones de supervisión o control de casos, práctica habitual y necesaria en nuestra formación y trabajo como psicoanalistas.

En la reunión del 20 de abril de 1910 se aborda una cuestión palpitante, también en nuestros días: el suicidio infantil. Lo interesante de esta reunión se encuentra en las palabras de Freud que para este tiempo aún no ha formulado la pulsión de muerte, y establece que la condición suicida se genera cuando la libido domina a la pulsión de vida[18], como un rebasamiento. Más adelante, reformulará esta aserción. Lo más curioso y específico del parlamento de Freud es la atribución del suicidio a los pensamientos incestuosos inconscientes[19]. Y como muestra habla de dos casos, uno de un niño que salta por la ventana por miedo al castigo, donde ese castigo sería la transformación de una relación sexual con su madre. El castigo como transformación en lo contrario de la acción erótica, pero el salto por la ventana como deseo de volver a nacer. Igualmente, de un chico que al irse su hermana de la visita que les ha hecho para anunciarles que estaba embarazada, el chico se pega un tiro y falla. Pegarse un tiro, la falla del padre en la instauración de la ley. Desconoce los motivos y el tiempo le descubrirá el deseo por la hermana. Después Freud diserta sobre el buen proceder de los maestros y profesores, donde la benevolencia y la autoridad ha de combinarse con la atención a la pubertad con el empuje sexual que contiene y saber que no hay posibilidades de transmisión entre los seres humanos que no contenga tanto emociones tiernas como hostiles. El maestro debe saber esto y comprenderlo. Dominar el arte de no perder su autoridad cuando se ve objeto de burla y desprecio por parte de sus alumnos[20], dice Freud. Es una cuestión también de nuestro tiempo.

Los temas, como se puede observar, vuelven a las reuniones, porque son los que ocupan los descubrimientos que la clínica aporta, a Freud, pero también a los demás integrantes que se acercan o practican el psicoanálisis según entonces. La masturbación volvió a ocupar una sesión el miércoles 25 de mayo de 1910. La masturbación era una cuestión casi de higiene de salud en la época, a la que se atribuían males orgánicos y un factor constitutivo de la neurosis. Freud sacó a la masturbación de la patología, orgánica o mental, para darle un lugar en la sexualidad extendida de las criaturas. La cantidad de la masturbación no puede ser criterio para discernir entre lo normal y lo patológico, no hay datos que permitan afirmar que niños más o menos masturbadores tendrán más o menos tendencia a una neurosis, más o menos grave.

A lo largo de 1911, las discusiones quedan centradas en otros temas que atañen a la estructura de la neurosis. La educación, la masturbación, la sexualidad y la neurosis infantiles no son objeto de debates como sí lo fueron en los años anteriores. En este año de 1911 hay que destacar en esta especie de crónica de las Actas que nos incumben, la Asamblea General Extraordinaria (“Ausserordentliche Generalversammlung”) del 11 de octubre de 1911 que tiene lugar en un café, Kaffee Arkaden, lo que nos permite imaginaciones sobre este grupo y sus posibilidades y gustos. Se trata de celebrar el décimo año de la sociedad, del club lo nombra: “Vereinsjahr”. Aparecen citados con nombre y direcciones los integrantes del grupo. En la lista nos encontramos dos figuras que nos interesan y que en ese tiempo coinciden como miembros de la sociedad, ambas rusas y pioneras del trabajo con las criaturas: Sabina Spielrein y Tatjana Rosenthal. De Sabina Spielrien se nos informa a pie de página que en el cuaderno de notas (“Präsenzbüchein”) aparece Sabina Spielrein como nueva incorporación[21]. Al tiempo también figuran como dimisiones, entre otros, Margarethe Hilferding, el mismo día que Spielrein se incorporaba. Spielrein será aceptada como miembro de la Sociedad con un ensayo que titula “Über Transformation” (Sobre la transformación) que forma parte de su conocido segundo gran trabajo, tras la tesis sobre la esquizofrenia con la que se licenció en medicina, el ensayo: “Die Destruktion als Ursache des Werdens”[22] (La destrucción como causa del devenir) Su primer trabajo sobre la infancia se publicará en 1912. Tatiana Rosenthal pensó en la creación de un hogar experimental, un hogar-laboratorio para la infancia, lo dirigió Vera Smicht -otra pionera del trabajo orientado psicoanalíticamente con la infancia. Funcionó de 1921 a 1923 en Moscú. Además, trabajó psicoanalíticamente con niños discapacitados, tras su experiencia acumulada en el Instituto de Investigaciones de Patología cerebral del psiquiatra Bekhterev (1857-1927) en San Petesburgo.

Es precisamente en ese año, donde volvemos a encontrar reuniones que tratan temas de la infancia, como la del 3 de enero de 1912 que se dedica a un libro proyectado que saldrá en 1920 sobre la vida y la infancia de un poeta. Infancia donde se destaca su complejo paterno y que confirma las ideas psicoanalíticas[23].

Nos volvemos a encontrar referencias a la infancia el 5 de febrero de 1913, cerca del tiempo donde aparece Hug-Hellmuth como integrante y tras la publicación de los primeros trabajos con las criaturas, sean los de Jung o los de Sabina Spielrein. En esta reunión vuelve el tema de la sexualidad y el erotismo en la infancia. Me interesa destacar, pues no hay nuevos aportes, sino lo que Freud señala: erotismo y sexualidad, que son formas de versar (“handlet”) las palabras[24]. En los primeros años, y quizás hasta mediados de su obra, Freud tiene el lenguaje cerca, a mano, ve lo que da.

En 1913 se dedican al menos tres sesiones a los viejos temas de la infancia y la educación y la sexualidad. En la reunión del 7 de mayo de este año es dedicada a la educación y la neurosis, dentro de un ciclo que se viene realizando de Sociedad y Neurosis[25]. Son temas que desde el inicio están siendo tratados, la opinión sobre la dificultad de explicación de la sexualidad por los padres sigue sosteniéndose, al igual que la enseñanza en la escuela, que tampoco aporta para ser vacuna contra la neurosis infantil. A destacar dos opiniones de Freud, en consonancia con el ciclo en el que está incluida las reflexiones de este miércoles, y que son adelanto de las ideas que va acumulando y quedarán explicitadas en sus textos de los años veinte como Psicología de las masas y análisis del yo[26], y ya en el treinta, El malestar en la cultura[27]. Freud opina que el conflicto entre la vida instintiva y la cultura no se puede evitar[28], opinión ya emitida en anteriores ocasiones. Y, siguiendo con este postulado, comenta que toda la nocividad de la sexualidad infantil es un producto cultural[29].

En el miércoles del 29 de octubre de 1913, como hemos comentado anteriormente, Hug-Hellmuth presenta su trabajo de aceptación: Sobre algunas de las obras de Stanley Hall y su escuela a la luz psicoanalítica[30]. Hall como se sabe era un psicólogo americano que compartía con Freud los pensamientos sobre la sexualidad y estuvo tan interesado en el psicoanálisis que fue el promotor del viaje americano de Freud en 1909 a la Clark University. El trabajo queda centrado en torno al afecto de la ira[31] y, además, un trabajo de Hall y otro psicólogo sobre la muñeca[32]. Y tenemos aquí ya a Hug-Hellmuth en su interés en la clínica con niños y niñas. La muñeca es un juguete y por tanto el juego es considerado por Hug-Hellmuth herramienta de acceso al psiquismo infantil. Pionera pues del psicoanálisis de la niñez. El juego antes que Melanie Klein. Publica artículos varios en las revistas de psicoanálisis, como son Zentralblatt für Psychoanalyse o Internationale Zeitschrift für ärztliche Psychoanalyse, Imago, Zeitschrift für Sexualwissenschat entre otras. De Imago la nombrará Freud responsable de la sección dedicada a la infancia. Estos artículos vienen apareciendo desde 1912. Los Geissmann[33], realizan un excurso minucioso por la obra de Hug-hellmuth y sus páginas pueden ser consultadas para tomar la dimensión de la importante aportación al método, la técnica y las apreciaciones transferenciales con los niños y niñas. Le dedicaremos un apunte a su libro sobre la técnica con la infancia.

En esta reunión observamos dos comentarios de Freud, que interviene el último, como era habitual. Sobre la ira considera que Hall parece confundir ira y odio[34]. Y del ensayo de la muñeca piensa que el juego permite a la criatura vivir sus impulsos y, en el juego de títeres, satisface diversos impulsos sexuales[35]. El juego ha aparecido como espacio de acceso al inconsciente de la niñez. El terreno comienza a estar listo para la práctica psicoanalítica con la infancia. En este año tanto Hug-Hellmuth como Sabina Spielrein realizan abordajes clínico psicoanalíticos con niños y niñas.

Aun cuando el psicoanálisis infantil va naciendo poco a poco y con la educación siempre presente como si ella fuese el cortocircuito de la neurosis en la infancia, el mismo comienza a ser una realidad que no hará más que ir proliferando. No por ello el estatuto que tuvo en las sociedades psicoanalíticas estuvo, ni está, despejado. En estos años de arranque las últimas reuniones que encontramos dedicadas monotemáticamente a la infancia, podemos considerar que son las del año 1914, cuando se organiza un ciclo de cuatro miércoles en torno al complejo de Edipo. Se trata pues, de demostrar su existencia también para la neurosis infantil[36],  dado que algunos la niegan o no le dan valor suficiente. Adler en el 1911 y Stekel en 1912 hace tiempo que no están en estas reuniones. Adler sabemos que fundó su propia escuela. Las diferencias teóricas también incumbían al complejo de Edipo, de ahí la importancia para Freud de poder demostrar su existencia en el trabajo directo con las criaturas.

No obstante, antes de este ciclo se produce una reunión fundamental para la técnica del psicoanálisis infantil, se trata del miércoles correspondiente al 11 de febrero de 1914, en el que Hug-Hellmuth habla de la técnica del juego con los niños: “Kinderspiele”[37] (Juego de los niños). Desafortunadamente Rank ese día no sabemos por qué no tomó notas ni del resumen expositivo ni de la discusión habitual que venía después. Es verdaderamente lamentable que así sea, pues el juego fue introducido por Hug-Hellmuth y Sabina Spielrein, pensado como técnica que habla la lengua de la criatura, lalengua que dijo Lacan, sustituto en su concepción teórica del parlêtre, es decir, el sujeto inconsciente que es hablado por quién habla, aquí el juego es la lengua que habla lo que en la criatura es hablado, el eco de la voz de los padres, en palabras de Freud, como hemos visto antecedentemente.  Hug-Hellmuth lo observó, no conservamos su sistematización o al menos lo que pensó al respecto del uso y aplicación de esta técnica de la que hará historia Melanie Klein. Conservamos casos clínicos como los de la doctora Spielrein que nos va detallando juego, transferencia e interpretación, en uno de los casos que nos dejó escritos en sus análisis infantiles, el de una fobia, por ejemplo. También dedicaremos apuntes a algunos de los trabajos clínicos con la infancia de Sabina Spielrein. El juego, técnica de habla en las criaturas, es tan vigente o más que entonces, habiendo surgido nuevas teorías de la técnica[38] que evidencian la experiencia acumulada: el juego es habla de la infancia.

Así pues, acercándonos a las reuniones del ciclo sobre Edipo, en la reunión del 25 de febrero de 1914, Freud abre la sesión. Pide que se obtenga información de diversas fuentes: La observación directa (muy practicada por los integrantes sobre sus hijos, hijos de amigos o parientes), bien otras observaciones antiguas conocidas o publicadas y también que se utilice como material las biografías[39].

La segunda sesión dedicada a este tema es el 18 de marzo del mismo año, 1914. Las etapas, la edad, los estratos. Freud ha publicado el año anterior, 1913, Totem y tabú[40]. Su mito del padre, escrito en pleno desenlace con Jung a quien da la réplica de su falta de análisis de los mitos, a los que toma como productos directos y, no como Freud mostrará, productos simbólicos por tanto elaboraciones de pulsiones constitutivas del humano, el amor y la muerte. Freud está interesado en recopilar datos, hechos. Siempre le interesaron lo que denominó hechos. Las conductas y los actos se entienden no por la fisiología cerebral, a la que se dedicó con pasión y rebatió en su propio terreno. Los hechos que observamos se explican psicológicamente y que esta explicación es operativa se comprueba en la práctica técnica que el psicoanálisis está construyendo. Su aplicación práctica con la infancia es un deseo que tiene, no menos acompañado del temor, un temor de todos estos hombres, y confían a las mujeres ese campo minado de la criatura, que sean ellas las que exploren el campo detenidamente, están mejor preparadas de partida y confiar es poner el temor en baja lira. La educación que está siempre presente es producto de este temor. De la educación también se encargan las mujeres, y muchas de las que se dedican a la infancia provienen del campo educativo, constituyendo lo que ya en aquella época se codificó como psicoanalistas legas, para distinguirlas de las que son médicas o de los médicos. Conseguir datos y hechos del complejo de Edipo en la infancia, no solo prueba lo observado y puesto en práctica con los adultos, sino si este procedimiento de hablar lo observado es también posible y eficaz con las criaturas. Y lo hablado es Edipo.

En esta segunda sesión se dan ejemplos de existencia del Edipo trayendo la literatura, por ejemplo, de Stendhal o la poesía de Beaudelaire, pero Hischmann aporta dos casos clínicos con el diagnóstico de neurosis obsesivo-compulsiva, que es de resaltar. Una de las niñas tiene 8 años y revela en sueños el deseo de matar a su madre. Es decir, la niña sueña que mata a la madre[41]. Un sueño que revela un deseo y la práctica clínica que aquí no se señala, cómo se llegó a que la niña contara ese sueño y cuál es modo de intervención sobre ese deseo. No es ese el objetivo de la sesión, sino que dicho sueño es un dato, un hecho psicológico como es un sueño, que solo puede ser entendido con el complejo de Edipo, esa es la propuesta al presentar el sueño de la niña obsesiva. La segunda niña también es obsesiva, con predominio de angustia[42]. Está enamorada del padre, la angustia se le calma cuando se acerca a él o se acuesta con él, asunto que ocurre desde la primera infancia, con los dos-tres años. Y, además, a partir de los siete años la niña ha expresado el deseo sin cortapisas de acostarse con su padre. La madre, señala, no se disgusta, no entra en rivalidad con la niña, porque el matrimonio es feliz (“glücklich”), lo que preocupa a la familia es esa angustia de la niña, ya adolescente. Claramente muestra el complejo de Edipo en su neurosis. Freud así lo considera, y recomienda no hacer uso del término “complejo de Electra”[43], sabemos que es el nombre que usaba Jung. Es el año de la ruptura institucional con Jung, en julio será despojado de la presidencia de la Sociedad Psicoanalítica Internacional (IPA) que había regentado, por expreso deseo de Freud, desde su fundación en 1910, en Nuremberg. Sería este, en sentido estricto, el primer congreso de la IPA y el segundo del movimiento psicoanalítico que tuvo su primera reunión informal en Salzburgo en 1908.

En la reunión aparecen datos que Freud no recoge sino hasta años más tarde. La madre y la hija y la sexualidad femenina. Que hay madres abandonaticias (“vernachlässigten”) cuyos efectos en los hijos son trágicos, o artísticos –lo dice Taus—, y Federn hace una pregunta específica de la niña y su Edipo con la madre, insiste Rank en el asunto de la madre, Federn volverá a tomar la palabra para presentar una escena que ahora tendría, tal vez, otras consecuencias que las que nos relata él. Nos cuenta que una niña de dos años expresó su deseo de ser un niño cuando vio los genitales de su hermano y dijo que a ella también le gustaría tenerlos. Y nos añade que la niña se reconcilió con el rol femenino cuando logró identificarse con su madre gestante[44]. Una salida edípica normativa, donde el “buque insignia” de la maternidad triunfa. Se abren aquí preguntas muy actuales. Si, actualmente, se oye articulado, esto es dando voz, un deseo semejante por una criatura de dos años, ¿se daría tiempo –como hemos de suponer en el caso que se nos narra— a la criatura? ¿qué oiría la niña de su madre y su padre? Una criatura expresa en sueños el deseo de matar a la madre, es un sueño, un hecho psicológico. Otra, más pequeña aún, cuando la palabra está prendiendo y/o incendiando el cuerpo libidinal de la criatura, dice que quiere tener lo que ve. ¿Qué ve? Para el caso de Federn, que es quien nos cuenta estas escenas de observación clínica, hemos de suponer que la madre y el padre de esta niñita encontraron una forma donde la normatividad edípica operó. Tampoco se nos dice a qué edad se observó la identificación con la madre, que es salida compleja siempre para una niña, para una hija. Lleva esta salida el sello de la época, por la maternidad, pero pone de relieve que oír una fascinación con lo real del otro, es un hecho psicológico del ser hablante.

Para Freud no era el tiempo de detalles diferenciales, sino de datos. Se le ha criticado, como vimos lo hacía Wittels en su biografía, que Freud no atendía a los temas que surgían si él no estaba en ello, si no le venían bien para lo que estaba intentando resolver o demostrar. Este sería un ejemplo. Más tarde cuando escriba “Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia sexual anatómica” (1925) o ya en el 1931 “Sobre la sexualidad femenina”, a la que volverá en la lección sobre “La feminidad”, en las “Nuevas lecciones introductorias al psicoanálisis” (1932)[45], seguirá dejando preguntas sin respuestas, o abiertas, “el continente oscuro” no se le aclaró. Lo enigmático del sexo persiste. En esta sesión Freud subraya la poca importancia de la diferencia sexual para las criaturas, lo que nos indica que tampoco ahora le presta mucha atención Freud a las dificultades con la castración. Hermine Hug-Hellmuth hablará para decir que, en uno de los casos clínicos nombrado, el niño decía que las plantas no tienen padre, solo madre[46]. Es un curioso apunte el de Hellmuth, nos permite suponer que, en su trabajo psicoanalítico con las criaturas, la cuestión de la diferencia adquiría las formas de las teorías sexuales. Se escucha aquí en Hellmuth una cercanía a lo que se juega en la práctica analítica con la infancia. Freud coge de nuevo la palabra, para ser el último e insistir en la triple tarea que pide a los integrantes, igual que en la primera sesión con el único cambio en la segunda forma de observación donde les pide que presten particular atención a los recuerdos patológicos descubiertos en el análisis.

La tercera reunión, y habrá otra, se produce el 8 de abril de 1914. A todas las reuniones de este ciclo observamos que asiste Hug-Hellmuth con su participación en la discusión, al menos recogida en las actas, además de la recogida en el segundo encuentro, en el último. Lo interesante de los integrantes de la reunión del 8 de abril, es a quien encontramos como invitado. Invitada en este caso: Eugenie Solckonicka, otra de las pioneras del psicoanálisis de la infancia. Analizada por Ferenczi un tiempo, también lo fue por Freud otro tiempo. Se podría decir que es la introductora, no tanto oficial como oficiosa por ser la primera, del psicoanálisis en Francia. Después llegará Sophie Morgenstern que se psicoanalizará con Solkonicka, que es más joven que ella. Morgenstern será también pionera de la infancia. Solkonicka no intervino en la discusión de este tercer encuentro.

Freud sigue apretando las clavijas argumentales a lo que exponen los demás integrantes. Y suelta a Federn, que lo que importa es encontrar los motivos sexuales[47]que confirman el complejo y, por otro lado, considera que la criatura se retiene en la posición (crecer o no) que le da placer[48]. Que le da goce, estaría mejor dicho tal vez, pues a Freud, la pulsión de muerte no le entraba aún en la teoría. Es placer lo que señala, su principio rector de vida. Hay que destacar una advertencia de Federn que tiene fuertes resonancias en el presente: El comportamiento de los padres es importante, de tal modo se da que Layos abandone a Edipo[49]. ¿Es la «caída del padre» efecto de un Layos abandonando a Edipo, un padre dejando caer al hijo? Si los mitos y leyendas nos traen un padre sosteniendo a hombros un hijo, si el padre deja caer el hijo no habrá padre portado por el hijo, Anquises no tiene un Eneas. El padre, su función, su figura, sus dimensiones. La envergadura de la función simbólica del padre, de la función padre. En nuestro tiempo podemos preguntarnos, ¿Urvater, el protopadre es el triunfante, el de la horda que posee todos los bienes, las mujeres, el dinero, el poder? Freud cierra las intervenciones situando al complejo de Edipo como garante de la sociedad[50]. Puede pensarse que nuestro tiempo incluye la desaparición de Edipo, pues no hay Layos ni Edipo, más bien, un más allá de Layos y Edipo, y sus efectos se dejan observar en el caos y el desorden mundial presidido como hacía tiempo no se daba, por una intensa incertidumbre sobre el devenir de la civilización. Freud, además, añade en su discurso final, un conocimiento clínico: las peleas de los padres excitan sexualmente a la criatura[51]. La sexualidad de los niños en el ojo del núcleo de la neurosis, o al menos, de su inevitable participación.

Llegamos así, a la última reunión sobre este ciclo, y también con ello al final de este recorrido por las actas de las reuniones de los miércoles, donde se puede palpar de primera mano el latido de los inicios de la salida del “splendid isolation” de Freud, y donde la meditación sobre la infancia, tanto el bebé como la criatura más crecida, adquiere visos de objeto necesario para la demostración de la teoría, al tiempo encontrar los modos y herramientas que permitan el acceso al psiquismo infantil y con ello contribuir al alivio del sufrimiento en la niñez, objetivo primario de la práctica psicoanalítica. Esta última reunión sobre el Edipo tiene lugar el 20 de mayo de 1914. Además de estar presente Hug-Hellmuth, como en las anteriores, hoy también los acompaña como invitada, entre otros, Eugenie Solkonicka. Asistió pues, a dos de los encuentros referidos al complejo de Edipo.

En esta última reunión tampoco se produce ningún aporte nuevo, como tampoco lo contienen las reuniones anteriores, pero leyendo con atención, además de las obvias preguntas y cuestiones, podemos observar la emergencia puntual de estas consideraciones que venimos haciendo sobre la identificación sexual, o sobre la madre, que vuelve aquí a ser traída por el caso que cita el doctor Karls Weiss que sitúa el factor decisivo del cuadro clínico que comenta –del que no se aporta información en el acta— en la decepción de la madre[52]. Aquí encontramos la segunda vez que participa Hug-Hellmuth en el debate de este ciclo, pero esta acta recoge las opiniones excesivamente sintéticas. Hellmuth opina que faltan datos, pues solo se ha destacado el papel de la madre. La madre, la madre, que Freud tanto orilló y tan difícil le resultó pensarla y más aún destacar su participación en la construcción subjetiva. Melanie Klein vendrá pocos años después a desmenuzar pormenorizadamente la madre, en su dimensión imaginaria e invasiva en el psiquismo infantil. Lacan despejará y hará operativa la función simbólica materna, con el deseo de la madre. Freud pasa por alto estas opiniones y cierra el encuentro y el ciclo, en el que siempre ha sido el último en intervenir, muestra de la conducción de la discusión y de los intereses teóricos que le bullían en ese momento, hablando de la transferencia negativa en las criaturas, y dice que ahí es como un adulto: no cree en ella[53]. Una ambigua expresión de Freud, al menos ambigua para lo que tiene que ver con el manejo en las sesiones de la transferencia negativa. Hay que señalar que una sesión que viene precedida de otras varias sesiones con el mismo silencio y negativa hablar, muestra dicho mutismo que algo tiene que ver con el psicoanalista, y normalmente referido a su persona. Observar que en una situación como la descrita la transferencia que circula es transferencia negativa, donde cada palabra cuenta tanto como cada silencio. No creer en ella es la muestra de la resistencia del sujeto a la transferencia. La dimensión de resistencia es en este tiempo el elemento estructural más despejado por Freud, que aún no ha discriminado distintivamente la dimensión dinámica de la misma, donde el Ideal del Yo y el Yo ideal juegan su partida de amor y odio.

Las Actas son un documento exquisito que permite hacer el máximo acercamiento al origen del surgimiento de una ciencia y una escuela, no tanto la peripatética y más cerca de la Academia, la reflexión y compartir conocimientos eran intereses del grupo, que tiene un claro líder y maestro en Freud. En el prólogo del cuarto tomo de la edición francesa de las Actas, Michel Scheneider plantea una lectura de estas pertinente y acertada, desde mi punto de vista. Además de testimonio histórico y de la memoria de una disciplina científica que da cuenta de la construcción de la teoría de una práctica, Scheneider destaca lo que ahí se palpa en cuanto se leen las primeras reuniones: la transferencia en acción. La práctica del psicoanálisis supone la transferencia, que también se puede observar presente entre los integrantes del grupo, lo que le hace decir a Schneider:” Mais surtout, la logique trés étrange de la découverte analytique est, comme nulle part, éclairée ici dans toute sa spécificité. C’est dire la place centrale de transfert dans le progrès même de la découverte. On y voit la trace du contretransfert qui anime Freud envers ses disciples”[54].

La contratransferencia fue un concepto que tomó fuerza en los años cuarenta y cincuenta, formando parte de los impulsos teóricos provenientes del círculo de Melanie Klein, a través principalmente de Paula Heimann, quien dirá: “la contratransferencia del analista no es sólo una parte de la relación analítica, sino que es una creación del paciente, es una parte de la personalidad de éste” [55], y unos años más tarde explicará: “Podíamos ver entonces que, si hubiera aceptado sus sentimientos y si los hubiera tratado como una respuesta a un proceso dentro del paciente, hubiera tenido una buena posibilidad de descubrir a lo que había respondido.”[56]. La contratransferencia y los sentimientos del psicoanalista. En las Actas estos sentimientos y sobre todo pensamientos pueden ser observados entre Freud y sus discípulos, que estuvo muy despierto a cualquier desviación importante que tergiversaba o desnaturalizaba el proceso de lo inconsciente, como mostró pronto con Adler y Stekel, pero no menos años más tarde con Otto Rank o Ferenczi.

Hemos visto emerger el psicoanálisis de niños desde el interés teórico en confirmar la sexualidad infantil y recuerdos encubridores que los adultos en psicoanálisis permitían escuchar, además surgió el interés en poner a prueba con el sujeto infantil directamente tanto las teorías como la posibilidad técnica de trabajar en la práctica con infans o niños pequeños. El método tal cual Freud enseñó a aplicar en la neurosis de adultos, encontró los obstáculos del lenguaje y de la transferencia, puesta en cuestión desde el inicio como posible para las criaturas. Al término de las Actas Hug-Hellmuth y el resto de las pioneras tienen una posición clínica, con tintes pedagógicos en más de una ocasión. Si Hug-Hellmuth ya menciona el “caso por caso”, que abre la casuística a casos clínicos exclusivamente, será la entrada en el panorama infantil de Anna Freud quien introduzca la vertiente pedagógica muy principalmente como complemento, incluso como condición, del psicoanálisis con niños. Hemos ido observando que la educación estuvo desde el inicio como interés y cruce con el psicoanálisis con niños, para decir en los términos que se muestra en las Actas, la educación y la sexualidad infantil como intento de encontrar un procedimiento educativo que cortocircuite la neurosis infantil, que con Freud al frente es afirmada como actuante en la infancia, con la sexualidad en su nuez. No será hasta la entrada de Melanie Klein en el panorama psicoanalítico con los niños en torno a 1922 que el estandarte clínico y el rechazo de la actitud pedagógica, encontrará una abanderada y defensora. Pero con estas dos maestras y contrincantes, Anna Freud y Melanie Klein, con las famosas Controversias de los años cuarenta como apogeo de su disputa, el psicoanálisis con la infancia no se trata ya de su emergencia, sino de su desarrollo, y hasta de la actualidad.

Trinidad Simón Macías

Psicoanalista-Psicóloga Clínica

Miembro Agrupación Arguelles y subdirectora de la sección de psicoanálisis de Arco Europeo

 

[1] Este texto forma parte de un texto mayor que aún no está publicado. ( Se trata de: La lengua de transferencia en la clínica con la infancia)

[2] Geismann, C. y P.: Historia del psicoanálisis infantil, ed. Síntesis, Madrid 2002, pág. 49.

[3]«Freud’s psychoanalytic metyhod reaches the deepest [Layers of the psyche] as it explains the origins of pathological phenomena and their interrelation and, from the therapeutic stance, it brings about the most considrable change in a patient» en: Naszkowska, K. (edited): Early women pschoanalysts. History, biography, and contemporary relevance, ed. Routlegde, Londos and New York, 2024, pág. 162.

[4] “She actually did enter personal analysis around this time, with an unifentified german analyst not familiar with de polish language. This would exclude Jekels as her analyst. We know very little about the process, for example the length of the análisis”, en: Naszkowska, K. (edited): Early women pschoanalysts. History, biography, and contemporary relevance, ed. Routlegde, Londos and New York, 2024, pág. 163.

[5]Freud, S.:  Sigmund Freud/Carl Jun. Correspondencia, ed. Taurus, Madrid 1979, 158F, pág. 304.

[6] “Frau dr. karpinska möchte bemängeln, dass der Zweifel ein Affekt sein solle. Die philosophische Skepsis scheine auch ihr aus ähnlichen Quellen zu stammen wie der neruotische Zweifel: er sublimiert sich und greift so nicht auf praktisches Gebier über»”, en: Idem (Protokolle band II), pág. 364

[7] “She actively participated in discussions and pointed out that the members of the VPS were not very familiar with philosophical theories”, en: Naszkowska, K. (edited): Early women pschoanalysts. History, biography, and contemporary relevance, ed. Routlegde, Londos and New York, 2024, pág. 163.

 

[8] “Die infantilen Bedingungen des Masochismus”, en: Idem, pág. 405-411.

[9]“Margarthe Hilferding was the very definition o fan emancipated woman. Her life was centered on theree basic issues: her identity as a Jew, women’s rights, and her commitment to the socialista cause. She was one of the first women to graduate from the medical schoool in Vienna and the first woman to join Freud’s circle”, en: “Margarethe Hilferding. Women’s Rights Activist Ahead of Her Time”, que se encuentra en: : Naszkowska, K. (edited): Early women pschoanalysts. History, biography, and contemporary relevance, ed. Routlegde, Londos and New York, 2024, pág. 79. (Margarthe Hilferding era la definición misma de la mujer emancipada. Su vida giró en torno a tres cuestiones básicas: su identidad como judía, los derechos de la mujer y su compromiso con la causa socialista. Fue una de las primeras mujeres en licenciarse en medicina en Viena y la primera en entrar en el círculo de Freud).

[10] “In April 1910 Paul Federn recommended Hilferding to be the first woman admitted to the all-malle group”, en: Early women psychoanalysts. History, biography and contemporary relevance, Edited by Klara Naszkowska, ed. Routledge, New York, 2024, pág. 88.

[11] Nota 3: “Die Eintragung des Namens Dr. Hilferding erfolgte mit Bleistift”, en: Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band II: 1908-1910, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008, pag. 442.

[12] “…Begrüssung der Frau Dr. Hilferding”, en: Idem, pág. 469.

[13] “…für [Frau] Dr. Hilferding 12 ja, 2 nein”, en: Idem, pág. 461.

[14] “Diese beobachtungs und erfahrungstatsachen habe referentin seinerseits in die formel zusammengefasst: es gibt keine angeborene Mutterliebe.”, en: Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band III (1910-1911), pág. 114.

[15] “Friedjung Referat über das Buch, dessen voller Titel lautet: Vorlesungen über die Psychopathlogie des Kindesalters für Mediziner und Pädagogen, Laupp, Tübingen 1910, erchien in der erstem Nummer des Zentralblatt für Psychoanalyse, Bd. I, 1911, S. 59-61.- Whilhem Stromayer, 1874-1936, Profesor für Psychiatrie und Neurologie in Jena, war für kurze Zeit Mitglied der Deutschen Psychoanalytischen Gesellschaft”, en la Nota 6 de la conferencia del 4 de mayo de 1910 que versa sobre este libro y, como no podía ser otro, expone Friedjung en: Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band II: 1908-1910, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008, pag.471. (Presentación de Friedjung sobre el libro, cuyo título completo es: Conferencias sobre psicopatología de la infancia para médicos y educadores). Stromayer es miembro de la Sociedad Psicoanalítica de Berlín. Lo que nos da idea de la importancia para Freud tenía la corroborar en el niño de la vida, lo que teorizaba al escuchar el niño de la infancia en el adulto. El niño que hace su vida en el entorno de sus padres y la sociedad. La criatura real. [[[Lateralmente,¿Stromayer es el que pacta de la berlinesa con los nazis? ¿de los que está de acuerdo en adaptar los estatutos para que coincidan con las ideas nacionalsocialistas?]]]]

[16] “Hier erweist sich Stromayer als guter Psychologe, der Freud mit Nutzen gelesen hat”, en: Idem, pág. 471.

[17] “… der die falsche Selbständigkeit kultiviert und Angst hat”, en: Idem, pág. 476.

[18] “…dass es sich beim Selbstmord um eine Überwältigung des Lebenstriebes durch die Libido handle”, en: Idem, pág. 456.

[19] “1.) bekommt man den Eindruck, dass es invielen Fällen direkt die Inzestangst ist, die zum Selbsmord treibt”, en: Idem, pág. 455.

[20] “Die Analyse lehrt, dass die Übertragung der Männer keineswegs eindeutig ist, sondern neben den zärtlichen Regungen auch die feindseligen aufweist. Der Lehrer muss auch das un werstehen; er muss die Kunst zustande brigen, seine Autorität dabei nicht zu verlieren, wenn er sich als Objekt des Spottes un Hohnes seiner Schüler Weiss”, en: Idem, pág. 457.

[21] “Im Präsenzbüchlein finden sich im Anschluss hieran noch folgende Eintragungen: Neuwahl: Dr. Van Emden, Dr. Stärcke, Dr. Spielrein. Ausgetreten: Dr. Von Hye, Maday, Furtmüller, Hilferding, Oppenheim, Gustav Grüner, Klemperer”, en nota 1 del Acta 146, en: Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band III (1910-1911), pág. 269.

[22] “Die Destruktion als Ursache des Werdens”, Jahrbuch für psychoanalytiesche und psychopathologische Forschungen, 4:465-503.

[23] “die die psychoanalytischen auffassungen von der entwicklung und den konflikten der kindlichen seele vollauf bestätigen”, en: Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band IV (1912-1918), pág. 1.

[24] “Diese Unterscheidung ist wichtiger als die zwischen Erotik und Sexualität, wo es sich nur um Gebruchsweisen von Worten handelt”, en: Idem, pág. 150.

[25] Erziehung und Neurose—(Gesellschaft und Neurose IV), en: Idem, pág. 184.

[26] Freud, S.: Psicología de las masas y análisis del yo, en: Obras Completas, ed. Biblioteca Nueva, Madrid 1974, tomo VII.

[27] Freud, S.: El malestar en la cultura, en: Obras Completas, ed. Biblioteca Nueva, Madrid 1974, tomo VIII.

[28] “…dem Konflikt zwischen Trieb- und Kulturleben lässt sich nicht ausweichen”, en: Idem, pág. 184.

[29] “Die ganze Schädlichkeit der infantilen Sexualität iste in Kulturprodukt”, en: Idem, pág. 186.

[30] Über einige Arbeiten Stanley Hall und seiner Schule in psychoanalytischer Beleuchtung, Dr. Von Hug-Hellmuth, en: Idem, pág. 202.

[31] Nach einer kurzen vergleichenden Charakteristik der beiden Schulen( Stanley Hall und Freuds), ihrer Methoden und Ergebnisse wird eine Arbeit von Hall über den Zorn, en: Idem, pág. 202.

[32] Studie von C. Ellis un Hall über Puppen in psychoanalytischer Beleuchtung besprochen, en: Idem. En la nota 2 se nos informa de este trabajo conjunto de ambos psicólogos: A. Gaswell Ellis und G. Stanley Hall, “A study of Dolls”, en: The Pedagogical Seminary, Bd. 4, 1896/97, págs. 129-75. En: Idem.

[33] Geissmann, C. y P.: Historia del psicoanálisis infantil, ed. Síntesis, Madrid 2002, pp. 55-76.

 

[34] “Prof. FREUD (sic) bemerkt gleichfalls, dass Hall Zorn un Hass zu verwechseln scheine”, en: Idem, pág. 204.

[35] “Das Spiel gestattet dem Kind das Ausleben seiner Triebe, und im Puppenspiel befriedigt es verschiedene sexuelle Strebungen”, en: Idem.

[36] “…dem Nachweis des Ödipuskomplexes beim Kinde”, en: Idem, pág. 225.

[37] Vortrag Hug-Hellmuth: “Kindespiele” en: Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band IV: 1912-1918, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008, pag. 223.

[38] Como las que presenta Norma Brunner en sus libros sobre Juegos de duelo, ed. Letra Viva, Buenos Aires 2008 y Trabajo del juego, ed. Eudeba, Buenos Aires 2016.

 

[39] “Es stehen uns mehrfache Quellen zu Gebote: 1. Die direkte Beobachtung, 2. Auch alte Beobachtungen, die schon bekannt oder publiziert sind, 3. Entsprechende Biographien”, en: Idem.

[40] Freud, S.: Obras Completas, ed. Biblioteca Nueva, Madrid 1972, tomo V, págs.  1745-1850.

[41] “…verrät den Todeswunsch gegen in Träume”, en: Idem, pág. 240.

[42] “Ein zwölfjähriges, zwangs- und angstneurotisches”, en: Idem.

[43] “Den Ausdruck ‘Elektra-Komplex’ (Jung) vermeide man besser”, en: Idem, pág. 241.

[44] “FEDERN (sic) berichtet von einem kleinen Mädchen, das den Wunsch, ein Bub zu sein, sehr früh äusserte, nämlich vom 2. Jahre an, wo sie das Genitales ihres Bruders sah und sagte, das möchte sie auch haben. Sie hat sic haber bald mit der weiblichen Rolle versöhnt, als ihr die Identifizierun mit der schwangeren (sic) Mutter gelang”, en: Idem, pág. 243.

[45] Lección XXXIII. La feminidad, en: Obras Completas, ed. Biblioteca Nueva, Madrid1974,  tomo VIII, pág. 364-3178.

[46] “…sie hätten keinen Vater, sie brauchten nur eine Mutter”, en: Idem, pág. 242.

[47] “Prf. FREUD (sic) findet den Ödipuskomplex in Federns Fall deutlich genug”, en: Idem, pág. 247.

[48] “das Kind Will da verweilen, wo es Lust gewinnt”, en: Idem.

[49] “Wichtig ist auch das Verhalten der Eltern: dass der Laios den Ödipus aussetzt”, en: Idem.

[50] “In diesen Sinne wird der Ödipuskomplex, der die normale Liebeswahl sichert, zu einer Grundlage der Gesellschaft”, en: Idem.

[51] “Zwist zwischen den Eltern wirk erregend auf die Sexualität des Kindes”, en: Idem.

[52] “das entscheidende sei die enttäuschung durch die mutter”, en: Idem, pág. 253.

[53] “FREUD (sic) findet, das Kind benimmt sich wie ein Patient: in negativer Übertragung glaubt es nichts”, en: Idem, pág. 254.

[54]Nunberg H. y Federn E.: Les premiers psychanalystes. Minutes de la Socieété psychanalytique de Vienne. Tome IV et dernier 1912-1918. Ed. Gallimard, France, 1983. Del prefacio escrito por Michel Schneider, pág. X. (Pero, sobre todo, es aquí especificada, como en ningún otro lugar, la lógica tan extraña del descubrimiento analítico. Es decir, el lugar central de la transferencia en el progreso mismo del descubrimiento. Se ve allí, el trazo de la con”[54].

 

[55] Heimann, P.: “Sobre la Contratransferencia” (1950) (On Counter-Transference). Publicado en:  International Journal Psycho-Analytic IJP)., 31:81-84. Trabajo leído en el 16º Congreso internacional Psicoanalítico, Zurich, 1949.

 

[56] “Contratransferencia, 1, 2”. Presentado en la primera parte de un Symposium sobre la Contratransferencia organizado por la sección médica de la Sociedad Británica de Psicología, Londres 28 de octubre de 1959. Publicado en: British Journal of Medical Psycholy, 33, 9, 1960.

Los orígenes del psicoanálisis con la infancia. Su emergencia

Los orígenes del psicoanálisis con la infancia. Su emergencia[1]

 “El futuro del psicoanálisis depende del psicoanálisis del niño»

Karl Abraham

(Congreso de la Asociación Psicoanalítica Internacional Salzburgo

1924)

Puede ser considerado el año 1912, como aquel en el que la producción clínica y teórica de casos atendidos en la infancia, acumula una tendencia que se venía produciendo desde principios del siglo XX, sobre todo, a partir de la publicación del libro de Freud Tres ensayos para una teoría sexual de 1905, cuando Freud da la indicación de que se realicen observaciones de la infancia que permitan ratificar lo que se estaba encontrando en recuerdos infantiles reprimidos por los adultos, con cuyo material se escribe este texto. Freud deseaba encontrar datos en el niño real que ratificaran lo escuchado en sus pacientes, y cómo el descubrimiento de esta sexualidad reprimida permitía la resolución de los conflictos que atenazaban su vida y eran causa de sus sufrimientos.

Como hemos señalado en otro apartado, Freud no fue un desconocedor de las criaturas, a los que dedicó tiempo de trabajo como neurólogo. Así, como hemos visto, después de su estancia en París, pasó tres meses en Berlín con Babinsky, recibiendo niños y ello con la mirada puesta en formarse sobre sus problemáticas neurológicas, pues a su vuelta a Viena, Kassovit le había ofrecido ser el responsable del servicio de neurología en el primer hospital público de enfermedades infantiles, el Erstes Öffentliches Kinder-Kranken-Institut in Wien (Primer Instituto Público para Niños Enfermos de Viena). Desde 1886 hasta 1896, tres veces por semana, durante unas horas Freud recibiría criaturas ad honorem, de forma gratuita. Esta experiencia le permite publicar diversos artículos y algunos libros: Klinische Studie über die halbseitige Cerebrallähmung der Kinder (Estudio clínico de las parálisis cerebrales infantiles) junto con Oskar Rie, en 1891. Y otros dos en solitario: Zur Kenntniss der Cerebralen Diplegien des Kindersalters, (Sobre el conocimiento de la diplejía cerebral en la infancia) en 1893 y ya en 1897, cuando había dejado el hospital infantil, publica Die infantile Cerebrallähmung (Las parálisis cerebrales infantiles). Obras que resultaron ser de referencia durante muchos años en el ámbito neurológico. Quizás resulte interesante destacar de este periodo que Freud en su acercamiento a los niños mantiene una actitud médica escrupulosa, sin apreciarse particularidad alguna diferente de la que el médico observa con los pacientes: objetos de su mirada y su exploración. Sin embargo, hay que destacar que en el artículo que dedica a la enuresis infantil[2] referido al síntoma de la hipertonía muscular de las piernas, al explorar las causas de esta descarta en su primer apartado, lo que es fácil deducir está en juego. Citamos: “La tensión fue considerada voluntaria, consecuencia de la angustia (Angst) o del pudor de los niños”[3]. En este año, Freud está trabajando y mucho, sobre la histeria y sus mecanismos, así como un trabajo comparativo que le permite discriminar entre parálisis motrices orgánicas e histéricas. Estar ocupado con la histeria y la hipnosis, sobre la que también publica en estos años, no le ayudó a concluir que la hipertonía en las piernas de los niños eneuréticos no podía ser debida sino a la vergüenza y el pudor, pues justamente, a diferencia de los niños no eneuréticos, la zona está profusamente erotizada. El inconsciente ya estaba allí, en los músculos de los niños, y si lo vio en las histéricas, no así en los niños, tachados así de voluntarismo engañoso, como las histéricas. Tal vez el halo de la inocencia también quiso conservarlo, pues ya tenía cuatro hijos.

El velo se le cae, no sin resistencias epistemológicas, escuchando a sus pacientes adultos hablar de su infancia, fundamentalmente de su sexualidad infantil. No será hasta el 1896 cuando publique, en francés y en una revista francesa, su primer trabajo de defensa de la etiología sexual de la neurosis[4], donde hace extensivo lo descubierto en la histeria. Han transcurrido tres años desde el trabajo sobre la eneuresis infantil. Aquí, en este texto y en los textos que se ocupen del núcleo patógeno, el niño o niña seducida se presenta en escena, nos encontramos con la teoría de la seducción como origen traumático de las neurosis. Habrá de esperar, no más de un año, al descubrimiento de “no creo más en mi neurótica”[5] para dar un giro de 180 grados, una inversión en la ecuación, al observar que la seducción es traumática en tanto subjetiva, es una teoría infantil que hace fantasma, construye realidad subjetiva, y es ahí, en lo que Freud denominará realidad psíquica como la seducción opera su efecto patógeno. Deshacer y atravesar el fantasma, abordar la fantasía inconsciente, será trabajo de transferencia en un psicoanálisis, puerta de salida a los nudos inhibidores, represores o frustrantes de la vida subjetiva.

No encuentra en la fisiología –menos aún en la anatomía— la respuesta a las preguntas que le van guiando en su búsqueda de entendimiento y explicación de lo que escucha, pudiera decirse que, agotadas las vías médicas, incluso orgánicas, encuentra el cuerpo sexual en su cruce con el aparato del lenguaje, construcción lingüística que encontramos en Las afasias de 1891. El aparato del lenguaje toma el relevo de la anatomía y la fisiológica, y marca el camino de la función, concepto transicional entre lo fisiológico y lo psíquico, a este último, lo dota de un aparato, el aparato psíquico, como le gustó denominarle. Aparato de mecánica binaria en la primera tópica, donde el lugar tercero más discordante es un subproducto transicional, lo Preconsciente. Agotadas las vías fisiológicas, la sexualidad extendida –como se denominó— y el aparato de lenguaje dan tránsito al aparato psíquico. Un aparato que da vueltas, o al menos, el movimiento ha de ser considerado con algún mecanismo mayor que el levantamiento de la represión como censura. En la segunda tópica de Freud la represión no es solo primaria y secundaria, sino que no es estática confinada en el Ello. El Yo y el Superyo participan de lo inconsciente, que solo lo pudo escuchar al aislar la pulsión de muerte, que reina en aposentos pulsionales. La represión como una modalidad de lo real que, siempre apuntando en lo vivo hablante, confina sí, con lo imposible.

La pulsión de muerte entrando en la rígida estructura solo gobernada por el placer, trastocó el aparato binario y la terceridad se impuso, una terceridad en movimiento donde la temporalidad es externa, tal Otro, un tiempo pasado por el lenguaje, si no hubiera lenguaje no habría tiempo. El tiempo pulsional sin embargo sigue oyéndose en dos fases, abierto y cerrado. Presencia y ausencia. El inconsciente se muestra en el habla cuando los tropiezos de la palabra provocan discontinuidad en la cadena, la cadena de palabras, el discurso o el enunciado, un tropiezo que pone patas arriba las intenciones del enunciado. La discontinuidad como tiempo de apertura y cierre de lo inconsciente. La pulsación temporal de la pulsión. El goce del castigo, lo auto-punitivo fue eje de explicación clínica de los tiempos de Freud –¿cuánto se ha atribuido esta acentuación a la cuestión cultural o religiosa? Reina en nuestros tiempos el goce con objeto, los intelectuales de los tiempos de Marcuse podrían escribir que reina la reificación del objeto, a existe. Recordemos los comentarios de Lacan al respecto del psicótico, que cree lo lleva siempre en el bolsillo y del perverso, que cree tenerlo. El objeto, en nuestro tiempo, se encuentra por todas partes como incitación a la consumición del goce, hay un objeto para cualquier goce imaginable. El goce pide cuerpo, el cuerpo del goce, es tendencia subjetiva de nuestro tiempo hacer del goce identidad. La normativización del goce por Edipo en tiempos de Freud por la vía de la castración, una salida –como fue entrada, por conflicto— de la neurosis. De castración real y/o imaginaria a castración simbólica, la falta. El goce con objeto reta a la normativización edípica. ¿La cuestión es Edipo, o es la norma? Encontrar una salida edípica no edípica.

¿Quién es Edipo en nuestro presente? Edipo es la historia de un hijo, de una hija, que es lo que somos. Hijo o hija es huella inconsciente, esa escritura primera de la alienación que la separación guarda como inmemorial. Hay letra de hijo o hija, puede decirse, no hay letra de padre ni de madre. La cuestión de Edipo es la letra del padre y el cuerpo de la madre. De cómo esa letra se conquista por metáfora, una especie de “no soy yo, es él”, o el descubrimiento de un “más allá” que, cuando favorable, es el padre. O para señalar con más agudeza en lo que a la criatura le atañe, descubrir que se trata de lo que tiene el padre sin serlo, o lo que la madre busca “más allá” de la criatura. Un lugar de exclusión regido por el deseo. El lugar de exclusión es puesto en barrena por el goce con objeto, no hay lugar de exclusión del goce. El goce es función de norma, el goce es la norma. La norma siempre somete, la edípica a la exclusión; en el imperativo del goce a gozar. De la exclusión, como un lugar perdido de lo que nunca se tuvo, cuyo imaginario participa de los nudos del sujeto; al rebasamiento de los agujeros, siempre ocupados y hastiados, voracidad sin freno.

Ahí puede encontrarse una indicación para la conducción de un tratamiento, hacer del freno una norma, y construir con el sujeto aquello que pacifique y permita una vida, un nudo por lo real, una atadura con función de Nombre del Padre o el Padre de un nombre. El sujeto del presente, queriendo nombrar así el epítome del cambio, allí donde lo pensado antes ya no alcanza para entender lo actual. El sujeto del presente a más de narcisista, tanto en personalidad, como en el fracaso subjetivo—en la constitución de sujeto—, y por ello quizás, se encuentra sin un padre, o poco padre, sin un lugar Otro –un padre es Otro lugar— que marque un menos en el goce (real, simbólica o imaginariamente) del cuerpo de la madre, y pueda así ser encontrado algún acuerdo de las palabras y las pulsiones que las comandan, o cómo el deseo se abre un hueco, un agujero en el llenado gozante, regido por la pulsión de muerte. El deseo es agujero, intervalo, un puente en el desacuerdo palabras y pulsión. Palabras y cuerpo.

Freud teoriza la segunda tópica por necesidades de estructura. La pulsión de muerte pone en cuestión el edificio construido hasta entonces. El reconocimiento de la pulsión de muerte, que tanto le costó aceptar, pues los antecedentes de Sabina Spielrein le habían resultado “no del todo transparente”[6]. Pero también, el desvelamiento de esta empujado por el masoquismo, no menos por el trauma y la repetición, así como el juego, acontecimiento de trascendente importancia para el trabajo psicoanalítico con la infancia. La pulsión de muerte obliga a pensar un dinamismo de la estructura hasta entonces reducido a términos inversivos, volver consciente lo inconsciente. La pulsión de muerte trae la intrincación de las pulsiones, se ha dicho. El sexo y la muerte, movimientos que motorizan al sujeto con el Otro, hacia el Otro o la aversión al Otro. Las dos vertientes –vida y muerte—de la pulsión. Para Freud una dualidad, para Lacan una duplicidad.

Pero todo esto será el desarrollo de su ciencia. En estos tiempos inaugurales lo sexual, el cuerpo sexual, y el aparato del lenguaje, el cuerpo que habla, son puestos en relación con las formas de lenguaje de Freud, si puede decirse así, pues ambas tópicas son las formas que, en el lenguaje, encontró Freud para dar lógica y explicar, desde luego científicamente –fue siempre su empeño—, aquello que encontraba. La investigación para Freud es fin en sí misma, su deseo de analista está llevado por lo que quiere explicarse, podemos decir, que la posición transferencial –incluso cuando aún la transferencia no es apercibida, pero por supuesto después— está comandada por el deseo de saber, quizás en más de una ocasión, de saber lo que pide la lógica de sus investigaciones. La publicación en 1905 de Tres ensayos para una teoría sexual muestra lo que Freud escucha de sus pacientes, por tanto, la sexualidad del niño del que habla el adulto. Como hemos dicho, Freud pide a sus discípulos que aporten observaciones directas de niños que permitan verificar lo obtenido por escucha y lógica[7]. Observaciones que muestren el tiempo de constitución de la sexualidad, llamada entonces, pregenital. En este pedido y en lo importante que era para Freud refrendar realmente –ese real que siempre insiste— sus deducciones teóricas. Los datos, que siempre le interesaron, como su buena formación científica le pedía.

Las Actas (Protokolle) de las reuniones de los miércoles son materiales de importante contenido histórico. Allí se produjeron los primeros intercambios de ideas, y además de poder observarse la política del grupo, encontramos los primeros temas que preocupan a Freud, y al resto de congregantes. Proporcionan un material rico de información para tener conocimientos de la emergencia del psicoanálisis de la niñez. Las actas de la Sociedad psicoanalítica de Viena fueron tomadas por un secretario que recibirá un sueldo por ello que a partir de 1906 será Otto Rank. De las reuniones de los años anteriores del grupo que comenzó en 1902, no se tienen documentos escritos de las mismas.

El primer tomo de estas Actas se publica en 1962 por Herman Nunberg y Erns Federn[8], siendo la traducción americana la primera en salir al público general, a pesar claro es, de ser un texto originalmente en alemán. La edición alemana, como explica Erns Federn en el prólogo de estas, se llevó a cabo casi quince años después, parece ser que por motivos de financiación: Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereinigung por Herman Nunberg y Enrst Federn en 1976[9]. En estas Actas nos encontramos con una preocupación temprana por la educación y el psicoanálisis, como han destacado algunos artículos, entre ellos uno de Mauro Vallejo[10], que hace un recorrido por las actas en las que se produjeron presentaciones y discusiones sobre esta cuestión en la Vereinigung Psychoanalyche Wiener, desde los primeros años en los que se reunían bajo el nombre de Sociedad de los miércoles de 1906 hasta 1908, cuando se constituyeron como Sociedad psicoanalítica de Viena (SPV).

Se conservan las notas tomadas por Rank desde el 10 de octubre de 1906 hasta el 19 de noviembre de 1918.

La primera disertación sobre la educación de los jóvenes y la sexualidad la encontramos en las Actas (Protokolle), el 13 de noviembre de 1907. El ponente es Fritz Wittels que habló sobre “Die Lustseuche” [11] (“La búsqueda del placer”) que destaca la importancia de educar a los jóvenes para prevenir las enfermedades venéreas. Otto Rank se le opone en aras a preservar el deseo de saber en los niños[12]. Lo curioso es observar que el argumento de Rank estriba en la curiosidad espoleada por la ignorancia, si se les enseña, entonces se pierde un motivo para querer saber. El deseo de saber, según Rank, requiere ignorancia. En la misma acta se señala que esto es una falsa referencia a Freud.[13]

Aportando algún dato previo, hay que decir que en 1907 Freud había publicado un artículo sobre: “La ilustración sexual del niño”[14], como respuesta a una incitación de un médico, el doctor M. Fürst. Se trata de unas reflexiones donde aparece mencionado Hans, el futuro “niño Juanito”, y una niña que firma la carta que es citada por Freud, como Lili[15]. El primero es utilizado para ilustrar precisamente la curiosidad del niño por la cuestión de la sexualidad y se muestran las deducciones que el niño va realizando. Pertenece a las notas que el padre de Hans tomó de su hijo en 1906, que duraron hasta 1908[16]. Podríamos resumir la postura de Freud atendiendo a uno de los comentarios de dicho artículo: “La práctica general de ocultar a los niños el mayor tiempo posible todo conocimiento sexual para otorgarles luego, con frases ampulosas y solemnes, una media explicación, que casi siempre llega tarde, es, francamente equivocada”[17]. En este artículo Freud nos da a conocer un texto de la que fue la primera mujer psicoanalista, Emma Eckstein –quien fuera la protagonista del sueño de la inyección de Irma. Eckstein nos informa Freud ha escrito una carta –la interesante modalidad epistolar de un artículo se destaca – supuestamente a su hijo de diez años para ilustrarle sobre la sexualidad: “Die Sexualfrage in der Erziehung des Kindes”(La cuestión sexual en la educación de los niños), en 1904. Sería uno de los primeros textos que se ocupan de la cuestión de la sexualidad en la infancia, y entra en el debate de la época sobre la información a impartir a las criaturas, cómo y cuándo.

Las Actas nos permiten acercarnos a leer lo que Rank resumió de aquellas veladas. En el Acta del 18-12-1907, “Diskussion über Sexualtraumen und Sexualaufklärung” (Discusión sobre trauma y educación sexuales) nos llama la atención la intervención de Hitsmann en la entrada de la ponencia, que dice exponer la opinión de Freud ahora —aquél ahora de 1907— al trauma sexual, pretextando que no se le da una importancia “como antes” (“wie früher”[18]) en la etiología (“Ätiologie”) de la neurosis, y que ello es debido a su frecuencia, (“Häufigkeit”), que en alemán también es abundancia. Y esa consideración nos trae al pensamiento que ya en septiembre del 1897 Freud había escrito a Fliess, y por tanto Freud sí sabía, que el trauma es constitutivo, la famosa carta donde le escribe: “No creo más en mi neurótica”[19]. En esta reunión se acepta la educación sexual siempre que no se hiera el sentimiento de vergüenza (“Schamgefühls “)[20]. La cuestión de la educación sexual que se nombra todo el tiempo, y nos sitúa la entrada de la infancia en el psicoanálisis pivotando en la educación, sin poder apartar el descubrimiento de Freud que la sexualidad no empieza en la adolescencia. Sexo y vergüenza es un par que no solo trae el respeto al Otro, pues al tiempo dicta qué palabras son posibles y cuáles no, aquellas que hieren la vergüenza. Edipo y deseo. Y como hablar las palabras. Aun así, se entra a reglamentar una higiene de educación sexual. Sitúan el primer tramo de edad entre el octavo y décimo año, que sostienen empiezan las preguntas sobre el origen. Hay una nota a pie que aclara que ahora (“Huete”, aquél de 1907) sabemos que estas preguntas empiezan antes de esas edades. Para 1907, Freud ha publicado ya los Tres ensayos para una teoría sexual que lo hizo en 1905. En el 1909 publicará el Caso Juanito, está con él entre manos, es diciembre de 1907, el año acaba. Hitsmann propone un segundo tiempo para los detalles y la adolescencia (“16-17”[21]) donde se les ha de advertir sobre los peligros de las enfermedades venéreas, que más adelante será también objeto de ponencia en un miércoles.

Los debates que se pueden imaginar leyendo las actas es que efectivamente son participativos, hubo unos años que era obligatorio para los miembros y debían tomar la responsabilidad uno cada semana, esta regla fue desapareciendo[22]. Se constituye un grupo que no es ajeno a la estructura de las logias y a sus dinámicas. Freud perteneció toda su vida a la logia judía «B Nai B Rith». Es un tema para otro libro. La intervención de Freud sitúa las cuestiones en la estructura. En la sexualidad lo que le importa al psicoanalista es el trauma. Pero muestra como el debate con el niño real que aún no había entrado a poder ser psicoanalizado, es tomado por la vía del esclarecimiento sexual, de la educación al fin, o de la manera de hablar. Y los debates nos van narrando como aquí había que tomar finalmente postura, pero no hay acuerdos fijos. Cuando Anna Freud salte a la escena de la Sociedad adquirirá rango casi normativo, la educación psicoanalítica de la infancia acentuando ésta los aspectos que ya Hug-Hellmuth también había introducido. Pero eso es aún dentro de unos años. En este tiempo, la cura de Juanito se encuentra en fase de observación en notas por parte del señor Graff, que es lo que Freud recomendaba recopilar, y suponen la primera parte de la posterior publicación del caso de una fobia infantil.

El Caso Juanito., caso prínceps, se publicará en 1909, quedan dos años, pero Hans está ya vivo como caso en lo que se va diciendo, pues el padre toma notas y las comenta con Freud, quien observa que las notas le confirma sus ideas, el padre se encuentra touché, solo hay que ir a leer lo que este día que comentamos dijo. El señor Graf, musicólogo como es sabido, se pregunta por qué el trauma infantil puede provocar neurosis grave en unas personas y no tener ningún efecto en otras. Y por tanto ¿en qué medida se podrían mitigar o prevenir las consecuencias nocivas mediante la educación? Lo que añade nos da un tono de su ideal de padre, y de su posición de ausencia: la educación sexual plena es quizás más peligrosa que la educación natural que suele darse de forma paulatina[23]. Habría que preguntarse por eso que denomina “educación natural” (“’natürliche’ Aufklärung”). Ese “natürliche” ente comillas lo dice todo, al respecto de la innaturalidad de la sexualidad del ser hablante.

El Caso Juanito es referencia obligada si hablamos del psicoanálisis con la infancia. Ha sido pues múltiplemente comentado en la literatura de nuestra disciplina. Como, a veces, se ha dicho se trata de un análisis bajo supervisión, diríamos hoy, de Freud. Ahora bien, cuando en el 1909 publique su texto expondrá en detalles la dirección de esta cura, que pasa por el análisis de los distintos fantasmas del niño, donde Edipo y castración se cruzan, y es una excelente muestra de la maestría de Freud en la exposición transferencial y teórica del caso, que pone en evidencia el cumplimiento de las teorías sexuales infantiles, expuestas en 1905 en sus Tres ensayos para una teoría sexual. El caso Juanito marcó las líneas maestras de la conducción de un análisis infantil, y si Hug-Helmuth y Sabina Spielrein— dos de las pioneras en la práctica con niños y niñas— introdujeron al psicoanalista en presencia, no dejaron de tener en cuenta, este primer análisis de un niño. Si el trauma sexual está en la etiología de la neurosis infantil, la educación— se planteaban en ese tiempo— tal vez podía ser un corrector que evitara el sufrimiento.

El doctor Abraham participa en esta reunión de finales del 1907, como invitado, proveniente de Berlín. Será una práctica habitual que tendrá el grupo, invitar a otros profesionales de otras ciudades interesados en el psicoanálisis. Abraham opina sobre la opinión al respecto de que la educación prevenga el trauma sexual. Él es escéptico (“skeptisch”), no sirve para los niños propensos a sufrirlo, y los demás no lo sufren. La propensión de la que habla Karl Abraham sería constitucional y la educación sexual no resuelve nada. Los médicos tardaron en soltar lo constitucional que, por otro lado, siempre vuelve porque nunca se fue, pero Abraham no sostuvo siempre esta posición con respecto a lo constitucional, que era una batalla de la época, también.

De ahí, afirmaciones de Melanie Klein, veinte años después, dirán que hasta en los casos claramente constitucionales, lo obtenido funcional sobrepasa lo esperado fisiológico, o neurológico se diría ahora. Añade que los padres tendrían que estar formados ellos mismos en la sexualidad para no transmitir traumas, así mismo es escéptico de la utilidad de la educación sexual en la escuela. Lo principal es educar lo antes posible. Y, en las actas Rank anotó una reflexión de Abraham que me llama la atención en este contexto educativo del que habla. Abraham dice que la ternura de la madre es necesaria para la criatura.[24]. La ternura de la madre es también objeto de opiniones en el grupo a lo largo de estos primeros años, aquí Abraham pareciera intuir eso que explícitamente dirá Freud de las madres en el caso Juanito, que sobre ellas recae una tarea “comprometida y espinosa”. No hay dudas, para Freud, sobre el buque insignia de la maternidad. Si hay que recordar que la ternura es necesaria, hemos de deducir que se hace responsable a sus excesos de los problemas traumáticos de los niños con la sexualidad. Los pesos del trauma. Hablar le o no hablar. El Otro precede al trauma.

La naturaleza, el carácter, la estructura, la generación del trauma está desde los inicios como pregunta abierta. La sexualidad está en el trauma, Freud para su réplica se va a sostener en lo aportado por Abraham en un pequeño artículo que él mismo había comentó en la reunión del 27 de noviembre. Se trata de “Uber die Bedeutung sexueller Jugendtraumen für die Symptomatologie der Dementia praecox” o “Das Erleiden sexueller Traumen als Form inantiler Sexual-betätigung”[25] que muestra como el sujeto infantil construye sus traumas[26]. Y añade que, si el trauma no tiene significado etiológico, es sin embargo constitutivo de la formación neurótica[27]. Más adelante Freud propondrá para la etiología de las neurosis, las series complementarias. El debate continuará, pero la educación no previene el trauma sexual.

Sin embargo, anotemos que en la celebración de lo que fue la primera reunión de psicoanalistas, antes de constituirse en una asociación internacional en 1910, en aquella primera reunión en Salzburgo en 1908, Freud pide a Ferenczi que hable sobre pedagogía y psicoanálisis. Ferenczi lee una ponencia que se llama precisamente así: “Pedagogía y psicoanálisis” (Gyógyszat), donde pone en cuestión las formas coercitivas de educación y aboga por los principios pedagógicos que el movimiento llamado Nueva Educación trata de imponer, con un respeto y consideración de los niños y niñas, y la eliminación de las coacciones y el régimen estricto en educación. Freud mostraba así su inclinación a una educación que tenga en cuenta los desvelamientos psicoanalíticos.

En la reunión del 11 de noviembre de 1908 se habla de un libro sobre la sexualidad infantil, de un autor que Freud despreció[28]. Califica el libro de inadecuado, inferior y deshonesto[29]. Y aprovecha para resaltar lo que ha ido descubriendo, como ya aparecía en sus Tres ensayos para una teoría sexual, de la que el autor se aprovecha sin citar a Freud, y descafeinando su teoría, podríamos decir. Freud recuerda que el núcleo explicativo de Los Tres ensayos reside en la unificación que se genera entre la vida sexual normal, la perversión y el yo, y aclara, que se trata de la asunción de una disposición indiferente, polimófica-perversa, a partir del cual surgen diferentes formas de la vida sexual que se constituyen con los acontecimientos de la vida[30] . Se encuentra explicitada la extensión de la sexualidad, y considera que, para el autor del libro, sexualidad es genitalidad[31]. Hay en esta sesión de miércoles, un pronunciamiento de Freud claro al respecto de la temática unida al nacimiento del psicoanálisis infantil, hablar o no, a los niños de sexo, y Freud se posiciona: ha de ser tratado desde el principio con los niños, sin secretos[32].

Aparece de manera casi lateral, un tema que produce mucha curiosidad anecdótica: la mayor o menor excitación sexual que se produce o no por una dieta que incluya la carne o no[33].

En el Acta se recogen distintas intervenciones sobre el tema de la reunión: “Sexuelle Perversität” (Perversiones sexuales)[34]. Lo más destacable es la remetida de Freud contra Wittels, a quién espeta que no dice nada nuevo y que usa un concepto de perversión obsoleto, pues es solo práctico-jurídico. Freud se pronuncia aquí de una manera que es avanzadilla del pensamiento moderno sobre este tema. Freud dice que el estado lo considera su monopolio y dispone las penas por las infracciones. El estado lo dispone de tal manera que el disfrute del amor queda reducido al matrimonio[35]. La posición de Freud está hace tiempo definida, la condición polimorfa-perversa de la infancia como disposición de la sexualidad. Las salidas subjetivas frente al enigma del sexo. Inevitabilidad del trauma sexual.

En la reunión del 12 de mayo de 1909, el tema educativo vuelve a ocupar a los congregantes. La reunión aborda directamente el tema: “Diskussion über sexuelle Aufklärung” (Discusión sobre educación sexual). En la reunión del 28 de abril de 1909 se había realizado la recogida de respuestas que llevó a cabo una asociación austriaca[36], sobre la mejor solución al problema de la educación sexual infantil. En la reunión del 12 de mayo, estos datos junto con otros materiales, como un trabajo de Bleuler sobre anomalías sexuales, son el objeto de la conversación. Freud se posiciona respecto de la educación sexual infantil en la escuela, puesto que los padres no son aptos, el deber de la escuela es orientar sobre la vida.

Y, los problemas sexuales son una parte importante de la misma. La sexualidad debe ser reconocida como un área de importancia[37]. Quiero destacar unas palabras de Freud que enlaza su pensamiento sobre lo que se estaba investigando, la neurosis en este caso, donde da un cierto adelanto de lo que después será condición, que la neurosis adulta fue precedida de una neurosis infantil, a la que dedicó como se sabe el llamado caso del Hombre de los lobos. Freud dice que la neurosis es esencialmente una cuestión de constitución. Aquí Freud quiere nombrar la constitución biólogica, esa fisiología que quizás no abandonó del todo, como se observa en este comentario. Pero lo interesante es observar lo que añade a continuación, porque eso coloca la cuestión de la “constitución” en los términos de los que se trata, la constitución subjetiva, la emergencia de un sujeto. Añade Freud que, si se tiene una fuerte predisposición a la sexualidad — ¡cómo no escuchar aquí el deseo en su ronroneo! —, como Hans (el Caso Juanito), entonces se produce un desarrollo muy temprano o existe la posibilidad de un conflicto, y se constituye la neurosis que se debe ser atravesada y volverse tolerable; igualmente le sucede a un niño con un fuerte deseo sexual[38]. Freud considera que tras conseguir los medios terapéuticos se verá la neurosis de otra manera y la convicción de la inevitabilidad de esta cambia la perspectiva sobre su posible profilaxis[39]. ¿Se pueden evitar las neurosis con la educación, o con algún tipo de higiene mental?

Actualmente sabemos que este debate no se plantea, eso sí, una higiene mental blanda comandada por el mercado, propone autoayuda a tuti plen y control de conducta cuando los consejos emotivos al yo requieren un poquito de mano dura. La baja autoestima como síntoma psicopatológico en nuestras consultas se corresponde al narcisismo hegemónico en la sociedad que ya está haciendo cultura, ahora que cultura ha rebajado su exigencia. Hace ya un siglo, casi y medio, que Freud tenía razón: las neurosis son inevitables. El malestar cultural es inevitable. Cada tiempo tiene el que destila. El nuestro es el fracaso narcisista. La exigencia narcisista es la hegemónica en el funcionamiento social sostenido por la voracidad del mercado, que ofrece una mercancía, para cada objeto de deseo, y hace del deseo objeto mercantilista. Y el éxito es de quien consigue más mercancías objeto de sus deseos. La salida sádica es querida por quien solo ama si se ve sufrir en el espejo del otro. Los narcisismos y el laberinto de los espejos. Signos de nuestro tiempo.

En esta reunión Freud menciona a Jung como un aliado clínico ante los ataques al caso de Hans, la fobia de Juanito. Jung es uno de los primeros que trabajó con niños. Y, como tanto otros y otras, sus hijos pequeños son observados y tratados con el método psicoanalítico, con la práctica de lo que se iba sabiendo. En 1910 publicó “Über Konflikte der kindlichen Seele” (Sobre conflictos del alma infantil) [40]. Cuando Freud habla de esto es mayo de 1909, en octubre  de ese año, aparece Sabina Spielrein en la vida de Freud, vía epistolar. Sabina Spielrein es pionera en la clínica psicoanalítica con la infancia, publicó su primer trabajo sobre el psiquismo infantil en 1912, “Beiträge zur Kenntnis der kindlichen Seele”[41] (Contribuciones al conocimiento del alma infantil), del que hablaremos más adelante. Jung, no tuvo juego limpio[42] con Sabina Spielrein.

Siguiendo con las Actas topamos con la del 15 de noviembre de 1909. La ponencia desarrollada por el pediatra Friedjung, autor de un libro Die sexuelle Aufklärung des Kindes (La educación sexual del niño), lleva por título: “Was kann die Kinderhelkunde von der psychoanalytischen Forschung erwarten?” (¿Qué puede esperar la pediatría de la investigación psicoanalítica?) El ponente hará una larga disertación, al menos la reseña que nos transmite Otto Rank es larga y bastante minuciosa. Es una sesión donde se dilucida la neurosis infantil, la inexistencia en el presente de 1909 de una técnica para abordarla, su cura o persistencia en la neurosis adulta, la educación como cortocircuito de su desarrollo—tema que va y viene una y otra vez en estos primeros años donde aún no se conoce más psicoanálisis infantil que la supervisión que Freud hace al padre de Hans, que es quien con su hijo representa a Freud—, la imposibilidad de esta, el anhelo freudiano de encontrar hechos en la niñez que demuestren el acierto de su concepción sobre la sexualidad infantil y el nudo traumático de la misma. Hasta ese momento, Hans era el único, y bajo las especiales circunstancias en las que se produjo. Friedjung expone la necesidad de observar al niño en su entorno y en la casa –sabemos que este asunto será recogido por Hug-Hellmuth y Anna Freud— pues, en la consulta pediátrica la observación es limitada y las respuestas son dadas por los padres. Observa que desde el principio hay resistencias que pueden ceder si son señaladas a los padres. Hay aquí un detalle de transferencia interesante de percatarse, pues no dice, sino que la interpretación de la resistencia favorece la entrevista que, tras ello, se prestan a contestar sobre los miedos de los hijos, los temores, las conductas como hacerse pis (eneuresis), la alimentación donde puede aparecer una anorexia. Señala que se producen un sinfín (“Unzahl”) de transiciones (“Übergängen”) desde la criatura traviesa (“ungezogenen”) a la criatura con síntomas (“krankhafter”).

Lo normal y lo patológico está en la entraña de las discusiones sobre el trauma, donde la sexualidad está en el origen. Ana Freud escribirá un libro, ya en el 1965, que lleva por título Normality and Pathology in Childhood: Assessments of Development[43], con los datos y hechos observados a lo largo de los años en la Hampstead Child Therapy Course and Clinic que como tal funcionó desde 1952 al 1984 cuando recibió el nombre de Anna Freud Centre. Cuando Ana asome[44] por las reuniones de la Sociedad de los miércoles, el psicoanálisis con la infancia tiene ya una trayectoria recorrida. Pero ello nos muestra que este hilo de lo normal o no, en la infancia se impone como se impone el debate sobre la educación. Además, las transiciones que dice el ponente de la tarde se encuentran en sintonía con la sexualidad extendida, además de recoger que los procesos de sublimación y elaboración de las criaturas da lugar a producciones diferentes donde las salidas singulares pueden caer del lado sintomatológico. Después expone una importante variedad de cuadros clínicos (“Krankheitsbildern”) que va desgranando según aparatos: digestivo (anorexia, vómitos, estreñimiento/diarrea, prolapso, dolores), respiratorio (jadeos, bronquitis asmática, tos ferina, ataques de sollozos, eructos y gritos), trastornos del habla (mutismo –después hablaremos del trabajo de Morgenstern, otra pionera del psicoanálisis con la infancia—, afasia, tartamudez), órganos urinarios (eneuresis, polaquiuria), espasmos (muecas, parpadeos), esterotipias, espasmos diafragmáticos, convulsiones. Señala además parálisis propias de la infancia: astasia-abasia, algunas sobrevinientes como después de una difteria o de otro tipo de lesión. Termina este largo y exhaustivo listado de cuadros clínicos, con los que se presentan de entrada como psicológicos (dormir mal, angustias, terrores nocturnos, fobias). El relato de cuadros nos da una idea de la consideración de la criatura como un sujeto, ese que está por hablar, se las tiene que ver con un cuerpo y sus funciones. Esta larga lista nos viene a mostrar como el cuerpo es producto psíquico, y los conflictos en la constitución de la subjetividad tienen al organismo como materia real. El ponente considera que la metodología psicoanalítica para investigar estos cuadros es diferente. En todo caso, el mérito es la descripción clínica de malestares infantiles que no tienen sino el cuerpo para mostrarse. Realiza una descripción sintomática que permite un abordaje, él piensa que sencillo la mayoría de las veces y así con cambios de ambiente y poco más se resuelve el síntoma. Tiene la humildad de decir que puede no ser sino un espejismo, pues el síntoma puede volver aparecer, como se da cuenta que cuando los conflictos son graves estas formas no sirven terapéuticamente. El rasgo diferencial que señala, la capacidad de sublimación (“Sublimierungsfahigkeit”) debe ser bisagra en las transiciones.

Freud dará también una larga respuesta a la presentación de Friedjung, y lo hará después de haber hablado otros (Hitschmann, Reitler, y Adler). Comienza dando la vuelta a la pregunta de la reunión y plantea qué espera el psicoanálisis del pediatra[45]. Y la respuesta es extremadamente epistemológica: justificación (“Begründung”) y verificación (“Verifizierung”). El término alemán “Begründung” es también fundamentación, argumentación, motivos e incluso razón. Confirmar sus supuestos, los que en Los tres ensayos ya estaban presentes y en la caterva de artículos de los años precedentes al 1909, desde la “La sexualidad en la etiología de la neurosis” (1898) a “Teorías sexuales infantiles” (1908), pasando por “La ilustración sexual del niño” y “El carácter y el erotismo anal” (1907), para haber escrito también en 1908 “La moral sexual cultural y la nervosidad moderna”. Freud se muestra en esta intervención deseoso de que el pediatra refrende con hechos y datos, lo encontrado en el discurso del adulto cuando habla del niño de su infancia y el Caso Juanito confirma. Añade algo un tanto enigmático, que aquello de lo que se trata en la neurosis adulta que remite a la infancia, no se encuentra en el niño sino en la confirmación que de ello hace el pediatra.

El niño está desposeído de voz propia para decir de sí. Hans encontró en la figura de Freud que compuso su padre, encontró quien le escuchara y entonces se encontraron sí, las trabazones sexuales, con sus fantasmas de cuellos de jirafa y el relincho de los caballos, por citar dos que me vienen a la memoria, pero es un caso tan cuajado en el despliegue fantasmático de su fobia que adquirió categoría de canon. El niño, Hans, habla y dibuja con el padre. El dibujo, después de la palabra, es la primera técnica que irá observándose que es lengua de la criatura. Hubo de llegar Hug-Hellmuth y Sabina Spielrein. El niño aún, en 1909, no es escuchado y se plantea si se puede acceder a sus formaciones psíquicas y bajo qué modos. La expectativa está en la atmósfera, Freud ha abierto el camino, aunque él solo recibiera en una ocasión a Juanito para contarle aquello que es muy citado, contarle el cuento de Edipo, donde ya alguien sabía lo que podía pasar y le advierte de la ley que protege de la tragedia. Freud ya ha sostenido, y lo vuelve hacer ahora, que todas las neurosis tienen por modelo la vida de los niños[46]. En 1918 dedicará el caso del hombre de los lobos a demostrar exhaustivamente la neurosis infantil de su paciente[47]. Freud apuesta por situar en los trastornos del desarrollo el germen de la posterior neurosis adulta. El pediatra estaría pues en condiciones de observar los elementos primarios que constituirán posteriormente la neurosis, y podría así captar que habría, entre el núcleo del complejo y la posterior neurosis adulta, una neurosis elemental que tendría un estado intermediario entre el núcleo y la neurosis posterior. Freud piensa en términos de construcción de ciencia, y realiza clasificaciones y postula relaciones como es lo propio en teoría de la ciencia, en este caso, el psicoanálisis. Hoy nos puede parecer esta espera de Freud de la pediatría un acto de fe de las buenas prácticas. La pediatría ha confirmado los datos. El pediatra no es el investigador que Freud propone aquí, también cogiendo la propuesta de investigación que Friedjung propone, y menos aún de forma general es psicoanalista. En la historia del psicoanálisis, y del psicoanálisis infantil en particular, tenemos al pediatra y psicoanalista Winnicott que supo hacer psicoanálisis con niños, con la maestría que su legado nos muestra. Freud afirma la influencia de los padres en los primeros años de la vida de la criatura, y lo hace para restar importancia en la neurosis infantil a la herencia genética.

Se apunta aquí en boca de Freud, que está aún en el tiempo del heredero, a Jung. Y le adhiere como apoyo a su objeción sobre las posibilidades rememorativas de la histeria infantil. Hay histeria infantil, se duda que haya reminiscencia (“Reminiszenz”). Es una cuestión técnica-teórica de consideración que ocupa a las primeras psicoanalistas de la niñez y que será objeto de diatriba desde los primeros intentos de Hug-hellmuth y de Sabina Spielrein, no menos poco después por Solkonicka y Morgenstern. Freud subraya que si hubiese un núcleo orgánico en la represión es indiferente, pues en esta represión orgánica no hay papel psicológico. Pues la represión que cuenta como parte de la cultura es la de los sentimientos placenteros a displacenteros. Es la cultura la que impele a reprimir[48], lo que se designa (“bezeichnen”) con cultura es la represión de los sentimientos placenteros que se invierten en displacenteros, eso es lo que hace cultura, lo que hace pieza de cultura, como bellamente evoca la palabra alemana “Stück”. Lo simbólico y su autonomía.

“Reminiszenz”, reminiscencia es comenzar a hablar si el niño puede o no hacer transferencia. Si la histérica sufre de reminiscencia, como dice Freud en Los Estudios sobre la histeria[49], entonces da prueba, en ese tiempo, de la presencia transferencial. La reminiscencia se pone en marcha por la transferencia con el psicoanalista. A la altura de 1909, Freud sabe de la transferencia un poco más que cuando escribió Los Estudios sobre la histeria, hay transferencia, aunque no haya reminiscencia, no lo dice, se puede entreleer.

Los editores de las actas de los miércoles consideran que, cuando Freud apunta que para la investigación infantil una enfermera —en casos especialmente favorables la propia madre[50](sic)—, puede ser quien observe a la criatura y le comunique lo que le parezca relevante, es una referencia técnica que se pondría en práctica años después, y dicen que por Ana Freud, olvidando claro a pesar de ser editores de las actas, señalar a Hug-Hellmuth y a Spielrein y otras antecesoras como las mencionada Solkonicka y Morgenstern, que ya pusieron en práctica no solo la escucha del sujeto en la sesión, sino técnicas como el dibujo y el juego que fueron, cada vez más, pensados como instrumentos de acceso al psiquismo infantil[51]. Sí recoger que efectivamente Freud sabía que a las criaturas si se les dice lo que se observa, aquello puede tener efecto. Lo vio con Juanito. Freud describe como están las cosas respecto a la investigación y la aplicación clínica del psicoanálisis en la infancia. Para el primer asunto, estará por un tiempo dominada por la experiencia de los adultos, la infancia del neurótico adulto. Y el segundo, cuya consecuencia es el primero, que la terapia de los estados nerviosos de la infancia tendrá una gran dificultad pues la neurosis de los padres formará un muro frente a la neurosis del niño[52]. Indicación preciosa y precisa de los hándicaps y retos que supone el trabajo psicoanalítico con la infancia. Los padres. Será un tema presente continuamente antes, y ahora. Cómo hacer, qué hacer, las transferencias maternas y paternas se constituyen desde el mismo instante de la demanda, pues son ellos quienes la formulan. Al menos, en pocos años se termina por dar voz a los niños y niñas que sufren. Su voz, su palabra y sus dibujos y juegos muestra en nombre propio su sufrimiento, los nudos de sus conflictos. Un elemento principal de las técnicas de acercamiento al psiquismo infantil es la lengua, sean dibujos, juegos o directamente palabras, la lengua de la transferencia es la del juego, el dibujo o aquello que da presencia al conflicto de la criatura. La lengua que se habla es la lengua del juego, lo que sucede a los personajes del juego, sus peripecias y apuros. Esos personajes en dibujos y juegos que donde los objetos de deseo de la criatura toman vida y hablar en el juego desde el juego de las peripecias vitales donde la interpretación cae del lado de los personajes, como quien rompe la cuarta pared. Por dar un apunte de lengua de transferencia.

La reunión continuó con otros participantes, incluidos los invitados que como costumbre en la Sociedad de los miércoles podían participar como cualquier otro miembro. Sin embargo, nada se dice que pueda ser de interés para lo que tratamos de contar. Freud ha dejado explicitados pensamientos e ideas, deseos epistemológicos, temores y apuestas por la clínica psicoanalítica con niños.

Otra de las reuniones que nos interesa destacar es la que tiene lugar el 15 de diciembre de 1909: “Erziehung oder Fatalismus? (¿Educación o fatalismo?). La ponencia corrió a cargo de un pedagogo, Furtmüller, que habló sobre el propósito educativo. Expone la importancia de eliminar los métodos de coerción y castigo[53]. Freud interviene y se posiciona al respecto de haber eludido indicaciones educativas directas o preventivas que pudieran deducirse de sus hallazgos[54]. Y apela a que algún educador se decida a realizar algún ensayo que refleje sus impresiones en el encuentro con el psicoanálisis[55]. Aun así, consideró que la tarea educativa debía darse en tres etapas cada una correspondiente a las edades de los jóvenes, así la tercera etapa a de preparar y apoyar la necesaria separación de los padres. En nuestro tiempo ¿se encuentra recogida esta necesidad en los idearios educativos de las leyes y la escuela? ¿Se cae en la cuenta de lo transgresor de la propuesta? ¿Cuándo ha sido promovido la independencia de los padres, que obviamente en Freud no es solo económica sino de emancipación subjetiva? La inevitable dependencia ha de estar seguida de la necesidad de la independencia. Compara esta situación con la del tratamiento psicoanalítico, pues primero ha de producirse una transferencia poderosa de los impulsos a la escena de las sesiones y la persona del psicoanalista y después la difícil (“schwierige”) tarea de resolver esta transferencia y devolver al paciente su independencia[56]. Estamos en los años donde la transferencia es un obstáculo necesario. En el 1912 escribirá “Observaciones del amor de transferencia”, no ofrece ahí una salida a lo que se llamó el impasse del análisis, pero sí que el amor al ideal que del psicoanalista se hace puede ser una vía de salida, a través de la identificación con el analista. Lacan, años más tarde pondrá de relieve el fracaso de dicha salida para muchos de los casos, se trata más bien, de permitir el desarrollo de la neurosis a través de la posición del psicoanalista ocupando el lugar de objeto a, objeto de deseo del analizante, prestándose a ello –un semblante, dirá Lacan— para llegar a término del análisis con la destitución del lugar del analista y la asunción de la falta de todo objeto completante. Aquí, 1909, Freud está navegando sobre este instrumento imprescindible, pues no hay cura sin amor, de transferencia. al tiempo que encontrar el modo y manejo para el desasimiento del lazo transferencial es obstáculo que Freud tiene que enfrentar.

No es la única indicación interesante de Freud sobre educación inspirada en lo que el psicoanálisis descubre, cuyo objetivo debería ser entonces la superación de la prelujuria (“Vorlust”)[57], dice, es decir, pedir al niño la renuncia a un placer inmediato en aras de un placer final que se dilata en el tiempo, y llega a disolverse (“aufzulösen “)[58]. Freud está hablando de la castración, sin nombrarla como tal.

Termina Freud esta larga respuesta subrayando lo que viene expresando. Si en reuniones previas había señalado que la práctica clínica con la neurosis infantil topa con el muro de la neurosis de los padres, en esta reunión afina aún más al considerar que la enfermedad de los niños reverbera (“nachhallende”),  la voz (“Stimme”) de los padres, es eco de los padres; y educadores añade[59]. De tal forma que aquello que no parece tener consecuencias en la educación, puede llegar a ser muy importante en quién se torna neurótico[60].

Freud usa el término, el significante “Stimme” de extensa polisemia en alemán que va de “voz” a “aceptar”, de “voto” a “sufragio”. La voz de los padres resuena en los hijos, y hay que caer en las palabras que se oyen, la cuestión de la enfermedad lo es de la voz, de palabras articuladas, dichas, pronunciadas de los padres, y de los educadores añade. El eco de la voz de los padres.  Freud aquí sitúa el conflicto de la criatura en ser portador del conflicto de los padres. Maud Mannoni es quien, me parece a mí, piensa más cercanamente a Freud el sufrimiento de la criatura, al sostener que el síntoma del niño o la niña es eco del conflicto en la pareja de padres, lo que se dio en llamar el síntoma colectivo. Eco. Palabras.

Trinidad Simón Macías

Psicoanalista-Psicóloga clínica

Subdirectora del Area de Psicoanálisis de Arco Europeo

Ateneísta. Agrupación Argüelles

 

[1] Este texto forma parte de un texto mayor que aún no está publicado. ( Se trata de: La lengua de transferencia en la clínica con la infancia)

[2] Fred, S.: “Über ein Symptom, das häufig die Enuresis nocturna der Kinder begleitet”, en Neurologisches Zentralblatt, 1893, vol. 21, pp. 736-737. Las referencias están tomadas de la traducción que se encuentra en el libro de Fernando Gabriel Rodríguez y Mauro Vallejo: Textos inéditos y documentos recobrados, ed. Miño y Dávila, Buenos Aires 2018, págs. 203-206.

[3] Idem, pág. 204.

[4] Freud, S.: L’heredité et l’étiologie des nevroses. Publicado originalmente en: Reviste Neurologie, 4 (6), 161-9 (marzo 30). En: Obras Completas, ed. Biblioteca Nueva, Madrid 1996, tomo I, págs. 276-285.

[5] Freud, S.: Sigmund Freud. Cartas a Wilhelm Fliess (1887-1904), ed. Amorrortu, Buenos Aires 1994, pág. 284: “Y ahora quiero confiarte sin dilación el gran secreto que se me puso en claro lentamente los últimos meses. No creo más en mi neurótica”, carta 139F, Viena 21 de septiembre de 1897.

[6] “nicht ganz durchsichtigen”, es la fórmula de Freud en Jenseits des Lustprinzips, en: Studienausgabe, en: Psychologie des Unbewussten, ed. S. Ficher, Frankfurt 1975, Bd. III, pág. 263, nota 3. En castellano: Freud, S.: Más allá del principio del placer, en: Obras Completas, ed. Biblioteca Nueva, Madrid 1974, tomo VII, pág. 2536, nota 1510.

[7] “La Sociedad psicoanalítica de Viena, tras la publicación de Tres ensayos, se mostraría interesada en la sexualidad de los niños pequeños. Las discusiones durante las veladas de los miércoles en la Sociedad son apasionantes, tanto que los participantes aportan los ejemplos de sus familias citando las “proezas” de sus niños pequeños” en: Geissman, C. y P.: Historia del psicoanálisis infantil, ed. Síntesis, Madrid 2002, pág. 19.

[8] Federn, E. & Nunberg, H. (eds.) (1962). Minutes of the Vienna Psychoanalytic Society. Volume I: 1906-1908. New York: International Universities Press.  Federn, E. & Nunberg, H. (eds.) (1967). Minutes of the Vienna Psychoanalytic Society. Volume II: 1908-1910. New York: International Universities Press. Federn, E. & Nunberg, H. (eds.) (1974). Minutes of the Vienna Psychoanalytic Society. Volume III: 1910-1911. New York: International Universities Press.  Federn, E. & Nunberg, H. (eds.) (1975). Minutes of the Vienna Psychoanalytic Society. Volume IV: 1912-1918. New York: International Universities Press.

 

[9] Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band I: 1906-1908, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008. Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band II: 1906-1908, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008. Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band III: 1906-1908, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008. Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band IV: 1906-1908, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008.

 

[10] Vallejo, M.: “Psicoanálisis y pedagogía. Un análisis de las actas de la sociedad psicoanalítica de Viena (1906-1923)” Anuario de investigaciones v. 15 Ciudad Autónoma de Buenos Aires, enero/diciembre 2008. Versión On-line ISSN 1851-1686. Enlace: http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1851-16862008000100051. Consultado el día 28-3-2024.

 

[11] “Die Lustseuche” en: Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band I: 1906-1908, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008, pág. 224-227. Este artículo fue publicado en Der Fackel, Nr. 238, el 12-0601907.

[12]“Die sexuelle Aufklärung der Kinder sei nicht zu empfehlen, da die sexuelle Unwissenheit und Halbwissenheit einer der wichtigsten Antriebe zu lernen für das Kind sei”en: Nunberg H. y Federn E.: Protokollede Wiener Psychoanalytischen Vereinigung, ed. Psychosozial-Verlag, Giessen, 2008,band I, pág. 226.

[13] “(Das hält FEDERN  für eine flasche Anlehnung an Freud)” en: Idem.

[14] Freud, S.: “La ilustración sexual del niño. Carta abierta al doctor M. Fürst” en: Obras completas, ed. Biblioteca Nueva, Madrid 1972, tomo IV, págs. 1244-48.

[15] No podemos dejar de señalar que Lily es el nombre que recibió en la Biblia, la primera Eva, aquella que no nació de la costilla de Adán.

[16] Greismann, C. y P.: Historia del psicoanálisis infantil, ed. Síntesis, Madrid 2002, pág. 25.

[17] Freud, S.: “La ilustración sexual del niño. Carta abierta al doctor M. Fürst” en: Obras completas, ed. Biblioteca Nueva, Madrid 1972, tomo IV, pág. 1247.

[18] Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band I: 1906-1908, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008, pag. 254: “HITSCHANN (sic) betont zunächst, dass nach der jetzigen Auffassung Prof. Freud dem Sexualtrauma, wegen seiner Häufigkeit, nicht mehr die Bedeutung in der Ätiologie der Neurosen sugesprochen werde wie früherñ.”

[19] Freud, S.: 139F, Viena 21.set. 97 en: Sigmund Freud cartas a Wilhem Fleiss, ed. Amorrortu, Argentina 1896, pág. 284.

[20]“Die Notwendigkeit der sexuellen Aufklärung sei allgemein anerkannt, nur müsse sie ohne Verltzung des Schamgefühls erfolgen” en: Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band I: 1906-1908, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008, pag. 254.

[21] Idem, pag. 255.

[22] En la reunión del 5 de febrero de 1908 se propone por parte de Adler, algunas reformas del reglamento de funcionamiento de las reuniones. Entre ellas suprimir la obligación de hablar. El procedimiento consistía en una urna que contenía los nombres de los integrantes y se extraía un nombre que estaba obligado a dar una disertación sobre el tema a tratar. Es esta una importante reunión respecto al funcionamiento futuro de los encuentros.

[23] “GRAF (sic) fragt, wieso infantile Traume beim einen schwere Neurose zur Folge haben können, wärend sie bei anderen ohme Wirkung sind. Auch wie weit durch Aufklärung die schälichen Folgen abgeschwächt oder verhindert würden?— Die voy gegebene sexuelle Aufklärung sei vielleicht gefahrlicher als die in der Regel schrittweise erfolgende  ‘natürliche’ Aufklärung”, en: Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band I: 1906-1908, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008, pag. 255.

 

[24] “Dr, ABRAHAM vergält sich skeptisch gegenüber der Ansicht, dass dur die Aufklärung die Traumen verhindert werden sollen: bei Kindern, die dazu neigen, nutzt es nichts, und die anderen erleiden ja nicht solche Traumen. Mit der Aufklärung der Eltern müsse begonnen werden, sonst bringen sie den Kindern sexuelle Traume bei.

Die Hauptsache ist, mit der Aufklärung möglich früch zu beginnen. Es sei zu bezweifeln, dass die Aufklärung im Schulunterricht brauchbar sei. Die Zärtlichkeit der Mutter sei für das Kind notwendig”, en: Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band I: 1906-1908, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008, pag. 256.

[25]“Sobre la importancia (significado) del trauma sexual adolescente para la sintomatología de la demencia precoz” o: “Sobre el sufrimiento del trauma sexual como forma de actividad sexual infantil” en: Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band I: 1906-1908, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008, pag. 233.

[26] “dass die Kinder sich ihre Traumen selbst suchen”, Idem, pag. 256.

[27] “Kommt also den Traumen als ätiologisches Moment keine Bedeutung zu, so werden sie formgebend für die Neurose”, Idem.

[28] Das Sexuallen des Kindes de Albert Moll (La vida sexual de los niños).

[29] “ein unzulängliches, minderwertiges und vor allem als ein uredliches Buch”, en: Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band II: (1908-1910), ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008, pag.43.

[30] “Der Kern der Drei Abhandlungen sei  nämlich in der Unifizierung gelegen, die hergestellt werde zwischen dem normalen Sexualleben, der Perverison und der Neurose, also in der Annahme einer polymorph-perversen indifferenten Anlege, aus welcher sich dann durch die Lebensereignisse die verschiedenen Gestaltungen des Sexuallebens entwickeln”, Idem, pag. 44.

[31] “Moll versteht unter Secualität eigentlich die «Genitalität»”, Idem, pág. 45.

[32] “Das Sexualleben muss von Beginn an vor den Kindern ohne Heimlichkeit behandelt werden”. Idem, pág. 46.

[33] “Die von Dr. Rie hervorgehobene günstige Wirkung der fleschlosen Diät auf sexuelle Erregungszustände könne er bestätigen” en: Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band II: 1908-1910, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008, pag. 40.

Y FEDERN proporciona el motivo de esta anécdota, que nos da una nota de la época y el empirismo médico: “Er verweist auf einen Artikel in der Münchener medizinischen Wochenschrift, wo berichtet ist, ddass schwer neurathenische Kinder durch Weglassung der Fleischkost kuriert worden ist”, pág. 42. (Se refiere a un artículo aparecido en Münchener medizinischen Wochenschrift en el que se informa que los niños con neurastenia grave se curaban eliminando la dieta cárnica).

[34] “Sexuelle Perversität” en: Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band II: 1908-1910, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008, pag. 48.

[35] “Es seei damit wie mit dem Staats-monopol… Der Staat richtet es so ein, dass der Liebesgenuss reserviert wird für die Ehe”, en: Idem, pág. 54.

[36] Preisausschreiben des Dürerbundes

[37] “Der praktische Grund sei der, dass die meisten Eltern zur Erziehung überhaupt ungeeiget seien… Zur Pflicht der Schule gehöre die Orientierung im Leben von der die sexuellen Probleme ein wichtiges Stück seien”. Idem, pag. 207.

[38] “Im übrigen sei die Neurose wesentlich Sache der Konstitution. Wenn man wie Has eine starke Anlage zur Sexualität mitbringe,dann tritt entweder eine sehr frühzeitige sich am einzelnen das Schicksal der Menschheit. Diese muss durch die Neurose hinduch und sich dann erträglich stellen; ebenso auch das Kind mit dem starken Sexualbedürfnis”. Idem, pág. 212.

[39] “Im Besitze unserer therapeutischen Mittel dern, und die Überzeugnung von der Unvermeidlichkeit der Neurosen wird auch unser Urteil über eine eventuelle Prophylaxe beeinflussen”, Idem.

[40] “Über Konflikte der kindlichen Seele” de C. Gustav Jung, en: Jahrbuch, bd. 2, 1910 (tomado de Idem).

[41] “Beiträge zur Kenntnis der kindlichen Seele” en: Zentralblatt für Psychoanalyse und Psychotherapie, 3:57-72.

[42] Simón, T.: Juego Limpio. Sabina Spielrein entre Jung y Freud, ed. Psimática, Madrid 2014.

[43] Freud, A.: Normality and Pathology in Childhood: Assessments of Development, ed. International Universities Press, Nueva York, 1965. Hay traducción en castellano: Normalidad y patología en la infancia: Evaluaciones del desarrollo, ed. Paidós, Buenos Aires 1973.

 

[44]En la reunión de la Asociación Psicoanalítica de Viena del 19 de noviembre de 1918 aparece mencionada como invitada: Fräulein Anna Freud, en: Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung, Band IV (1912-1918), pág. 315.

[45] “Die Frage, was die Psychoanalyse vom Kinderarzt erwatet”, en: Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band II: 1908-1910, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008, pag. 291.

[46] “Wir ervarten dabei, dass sich etwa herausstellen sollte, die grossen Neurosen hätten ihr  Vorbild sämtlich im Kinderleben”, en: Idem, pág. 292.

[47] Freud, S.: “Historia de una neurosis infantil”, en: Obras completas, ed. Biblioteca Nueva, Madrid 1972, tomo VI.

[48] “…es ist die Verdrängung lustvoller Empfindungen in unlustvolle, welches wir als ein Stück der Kultur bezeichnen”,en: Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band II: 1908-1910, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008, pag. 292.

[49] “el histérico padecería principalmente de reminiscencias” en: Freud, S.: Estudios sobre la histeria, ed. Biblioteca Nueva, Madrid 1996, tomo I, pág. 44.

[50] “(in besonders günstigen Fällen der Mutter selbst) (sic), Idem, pág. 293.

[51] “In diesen Bemerkungen finden wir Hinweise auf Techniken, die erst etwa fünfzehn Jahre später in die Praxis umgesetzt werden konnte: die Kinderanalyse, wie sie von Anna Freud”, en: Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band II: 1908-1910, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008, pag. 293.

[52] “Die Therapie der nervösen Zustände des Kindes wird immer eine grosse Schwiereigkeit haben: die Neurose der Eltern, die eine Mauer vor der Neurose des Kindes bilden wird.”, en: Idem, pág. 294.

[53] “versteht man unter erziehung «bewusste und gewollte einwirkung auf die entwicklung des individuums» so fallt dabei die zwangsanwendung zunächst weg”, en: Federn, E. & Nunberg, H. (eds) (1976). Protokolle der Wiener Psychoanalytischen Vereiningung. Band II: 1908-1910, ed. Psychosozial-Verlag, Frankfurt, 2008, pag. 321.

[54] “betont, dass er es immer möglich vermieden habe, aus unseren erkenntnissen Schüsse oder gar Vorschriten für die erziehung zu schöpfen”, en: Idem, pág. 324.

[55] “darum könne er die Berchtigung des Problems nich bestreiten und würde sich freuen für die Sammlung einen Aufsatz zu bekommen der die Eindrücke eines Pädagogen von einem Zusammentreffen mit der Psychoanalyse widerspiegelt”, en Idem, pág. 324.

[56] “wo es sich auch zuerst um die Stüzung aller Regungen auf eine mächtige Übetragung handelt und dann um die schwierige Aufgabe, diese Übertragung wieder zu lösen, den Patienten wieder selbständig zu machen”, Idem, pág. 325.

[57] “Als Ziel der Erziehung könnte man im Sinne der Psychoanalyse die überwindung von Vorlust bezeichnen”, en: Idem, pág. 325.

[58] “Man muss das Kind durch den Hinweis auf eine grosse Endlust zum Verzicht auf die jeweilige Vorlust bewegen. Diese versprochen Endlust rückt dan immer weiter hinaus, um sich in das Whol der Gesamtheir aufzulösen”, en: Idem.

[59] “Die Krankheit ist oft nur die nachhallende Stimme der Eltern und Erzieher” en: (Protokolle band II, pág. 326)

[60]“So kann alles, was in der Erziehung scheinbar keine Folgen hat, doch sehr bedeutsam werden, wenn der Mensch neurotisch wird”, en: Idem.

Grupo 1820: cultura y libre pensamiento para las Secciones

Grupo 1820: cultura y libre pensamiento para las Secciones

La Junta de Gobierno del Ateneo de Madrid nos ha convocado a los socios el 4 de noviembre de 2024, para celebrar elecciones a Mesas de Secciones.

Los que nos presentamos en las Candidaturas del Grupo 1820 a estas elecciones lo hacemos, una vez más, con el firme propósito de seguir transitando por la senda de los excelentes actos que hemos creado en estos últimos años con ilusión y altruismo.

Nuestro fin, nuestro lema, siempre ha sido y seguirá siendo que, tal y como establece el Reglamento, las Secciones sean de todos los socios, que no queden convertidas en parcelas privadas de unos pocos, ni cerradas a ls ciudadanos. Es la misma línea marcada por la Junta de Gobierno dirigida por el Presidente Luis Arroyo: el Ateneo es de todos los socios y se abre a la participación de todos los ciudadanos.

Nos orgullece haber podido escribir estos años algunos de los capítulos de la historia de cultura y libre pensamiento que ha caracterizado al Ateneo desde su fundación en 1820, y queremos seguir haciendo nuevos capítulos, seguir contando con todos los socios, seguir abriendo las puertas de la Docta Casa a los ciudadanos.

Y para ello son claves las Secciones. Derecho, política, cultura, ciencia, literatura, arte, España, Europa, América y cualquier otra disciplina o lugar del mundo, tienen en las Secciones del Ateneo un espacio para mostrarse, para ser debatidas, para conocerse, para que los ciudadanos puedan saber y hablar de ellas, en un ambiente de plena libertad.

Por su importancia, no debemos los ateneístas dejar de acudir a la llamada electoral del próximo 4 de noviembre y no podemos los que creemos en el proyecto del Grupo 1820 dejar de votar sus candidaturas.

José Antonio García Regueiro, candidato por el Grupo 1820 a Presidente de la Sección de Ciencias Jurídicas y Políticas. Es Letrado del Tribunal de Cuentas, Jurídico Militar y ex Letrado del Tribunal Constitucional. 

 

EL CENTENARIO DE LENIN

Hace un siglo falleció Vladimir Ilich Ulianov, conocido mundialmente como Lenin. Su importancia como principal director, junto con Trotsky, de la Revolución Soviética de octubre de 1917, hace que no pueda pasar desapercibido este centenario.

Con independencia de las simpatías que cada cual pueda tener por sus ideas y actos, debe reconocerse su acierto tanto en la elección de cada movimiento previo a la Revolución como en su papel como máximo dirigente ruso, hasta su fallecimiento, en orden a consolidar el nuevo Estado comunista.

Tras la caída de la Unión Soviética se pensaba que su figura se debilitaría en la memoria dentro y fuera de su país. Sin embargo, su pensamiento y su figura icónica siguen presentes con fuerza en la Rusia actual, e incluso más allá de sus fronteras.

Este aniversario coincide, además, con banderas de la Unión Soviética ondeando junto a las de Rusia en el conflicto ucraniano.

CÍRCULO SMOLNY INTERNACIONAL

DERECHO INTERNACIONAL Y GEOPOLÍTICA

En un momento en que los conflictos bélicos amenazan la paz mundial con armamentos de un inmenso poder destructivo, se hace necesario reflexionar y lanzar mensajes de cordura.

Belén Rico, socióloga, Vicepresidenta Tercera de Arco Europeo Progresista y Presidenta ejecutiva de la Agrupación Ateneísta Garma, y José Antonio García Regueiro, jurista, Presidente de la Agrupación Ateneísta Argüelles y Presidente de la Sección de Ciencias Jurídicas y Políticas del Ateneo de Madrid serán los ponentes.

Presenta la Secretaria Primera de la Sección de Ciencias Jurídicas y Políticas del Ateneo de Madrid Ana Maestro y modera la Vicepresidenta Primera de Arco Europeo Progresista Ana Pulido.

El consentimiento de la madre estrago

El consentimiento de la madre estrago

Reflexiones sobre «El Consentimiento» (película 2023).

(Otro fragmento de la conferencia que se impartirá en Japón, a finales de octubre y principios de noviembre).

Dra. Cristina Jarque.

La película «Le Consentement» está basada en la novela escrita por Vanessa Springora (2020). La novela narra el abuso psíquico y sexual que Vanessa sufrió cuando tenía 13 años, presa de un depredador de 50 años llamado Gabriel Matzneff. Ella describe con detalle la trágica experiencia, la llama una primera traición porque la niña se enamora profundamente de Gabriel (que era una figura paterna) y cuando se da cuenta de que ella es una más, en la lista de amantes de este hombre, cae en una profunda melancolía. Habla también de manera desgarradora que sobrecoge, de una segunda traición: la de su madre. Dice que la relación con su madre queda profundamente fracturada y describe cómo la pasividad de su madre y su incapacidad para actuar la dejaron en una situación de extrema vulnerabilidad, sin las herramientas emocionales necesarias para resistir la manipulación de Matzneff. Este abandono emocional es una de las características más dolorosas de la figura de la madre estrago, quien, por razones complejas y a menudo no del todo conscientes, no logra cumplir con su papel fundamental de protección y cuidado.

Es una historia que nos deja sin palabras: ¿Cómo es posible que una niña de trece años caiga en manos de un depredador y nadie haga nada? Gabriel Matzneff es un hombre francés, de origen ruso. Un escritor muy admirado y reconocido en el París de 1985 (es entrevistado por Bernard Pivot en su reconocido programa, además gana muchos premios por sus novelas, es amigo de políticos e intelectuales de su tiempo). En esa época, Gabriel tenía cincuenta años y se dedicaba a seducir y manipular niños vírgenes (de ambos géneros) que estaban entrando en la adolescencia (entre 12 y 14 años). Elegía a sus víctimas, generalmente personas vulnerables tanto psíquicamente como emocionalmente, con familias rotas, con padres ausentes que habían abandonado a la familia y con madres emocionalmente inestables. La víctima se convertía en su amante y era iniciada por él, en la vida sexual con la idea falsa del «verdadero amor no comprendido por la sociedad». Vanessa cuenta con crudeza y detalle los encuentros sexuales y el hecho de que «todo mundo lo sabe», incluida la madre, pero «nadie hace nada al repecto».

Cuando la relación se termina, Vanessa sufre intensamente, tiene ideas suicidas, entra en un bucle de autodestrucción y de pulsión de muerte. No obstante, es una adolescente fuerte y sobrevive, así que poco a poco va dándose cuenta de lo destructiva y anormal que ha sido esta situación. Finalmente logra ver a Gabriel Matzneff como un depredador. La película ha sido calificada de «intensa», «extrema», «desgarradora». Personalmente, creo que nos da la posibilidad de sumergirnos en un acontecimiento terrible donde podemos observar que la complicidad silenciosa de una madre se convierte en un estrago inimaginable para la hija porque, la madre de Vanessa, se centra en ella misma, y se olvida de su hija. Vanessa encuentra en la escritura lo que ella llama «su revancha». Habla con gran valentía del abuso que sufrió en manos de este hombre, y denuncia la impunidad. Me pregunto: ¿La escritura la salvó? ¿La escritura permitió que ella encontrara cierta justicia inconsciente y que la pulsión de muerte se detuviera? Actualmente Matzneff tiene 88 años y está escondido en un pueblo en Italia. Dos cosas llaman poderosamente la atención:

1) La impunidad. El escritor depredador se movía con total impunidad en los círculos literarios de la época. Se dice incluso que Simone de Beauvoir, Sartre y otros grandes intelectuales participaban de los abusos sexuales a menores y nadie hacía nada.

2) La madre estrago. Uno de los aspectos más dolorosos y complejos de su relato es el papel de la madre, una figura que, lejos de proteger a su hija, permitió que esta relación abusiva se desarrollara. Esta madre es un ejemplo claro de cómo una función materna, por razones emocionales, psicológicas o sociales, es incapaz de apartar a su hija del peligro y llega a consentir, de manera consciente o inconsciente, el daño que le inflige el agresor.

La madre de Vanessa, según se describe en el libro, parecía fascinada por el entorno literario y cultural en el que se movía Gabriel Matzneff. Como muchos en aquel momento, veía al escritor como un intelectual brillante y provocador, alguien que representaba un ideal de libertad y creatividad. Pero, al mismo tiempo, su incapacidad para percibir el riesgo que este hombre representaba para su hija revela profundas fallas emocionales. En lugar de actuar como una barrera protectora frente al abuso, la madre se convierte en una facilitadora, ciega ante el peligro real que acecha a Vanessa.

El concepto de madre estrago que yo vengo investigando y trabajando desde hace muchos años, quedó plasmado en el libro con el mismo nombre que se publicó en España en 2008 y que actualmente cuenta con tres ediciones. En octubre y noviembre de este año, tendré el gran placer de ir a Japón a hablar del tema. Este concepto sugiere una madre que, atrapada en su propio mundo de deseos, traumas o vulnerabilidades, no es capaz de ver las necesidades y el bienestar de su hija. En el caso de la madre de Vanessa, su fascinación por Matzneff y su entorno parece haber nublado su juicio, permitiendo que su hija adolescente fuera capturada por un hombre mucho mayor. El deseo de pertenecer a ese mundo intelectual, de ser parte de una élite cultural, prevaleció sobre el instinto de protección que debería haber guiado sus decisiones. Estamos a todas luces frente a la negación t el consentimiento silencioso de una madre que se centra en ella misma y se olvida del sufrimiento de su hija.

La negación es uno de los elementos más perturbadores de la conducta de la madre de Vanessa, no ve el peligro. En lugar de ver a Matzneff como un depredador, parece haberlo aceptado como una figura prestigiosa que, de alguna manera, “honraba” a su hija con su atención. Este tipo de comportamiento es típico de la madre estrago, quien a menudo no reconoce, o se niega a reconocer, la magnitud del daño al que está exponiendo a su hija.

Para Vanessa, que ya había sido abandonada por el padre biológico, el abandono emocional por parte de su madre no agravó el daño infligido por Matzneff, y también profundizó las cicatrices emocionales que llevaría consigo el resto de su vida. Sufrió el abuso físico y psicológico de un adulto manipulador y experimentó una segunda traición: la de su propia madre, la persona que debía haber estado allí para protegerla y apoyarla. Este tipo de traición deja una marca indeleble en las víctimas, que a menudo se sienten doblemente vulnerables, atrapadas no solo por su agresor, sino también por la ausencia de quien debería haberlas defendido.

AMAE: EL PODER DE LA DEPENDENCIA EN LA MADRE JAPONESA

AMAE: EL PODER DE LA DEPENDENCIA EN LA MADRE JAPONESA

Cristina Jarque

Fragmento de la conferencia que se impartirá en octubre y noviembre en Japón.

Lacan realizó dos viajes a Japón, el primero en 1963 y el segundo en 1971. En su conferencia en Tokio en 1963, Lacan comentó lo siguiente:

«En cuanto a mí, no creo ser escuchado por ustedes, y lo que se ha dicho sobre el tema es solo un modo de sentir que, a pesar de mi esfuerzo por llegar hasta allí, no creo que haya un oído para escucharme.».

En esta cita, Lacan expresa su preocupación de que sus ideas no fueran completamente comprendidas o apreciadas por la audiencia japonesa. Lacan destacó que el uso del lenguaje en Japón está imbuido de una sensibilidad a los matices y jerarquías sociales, algo del orden de lo colectivo, lo que influye en cómo se perciben y se interpretan las palabras. Este enfoque contrasta con la visión subjetiva del lenguaje en la cultura occidental, donde el discurso se centra más en la expresión propia. El inconsciente en Japón opera dentro de un marco cultural y social que enfatiza la armonía, la dependencia emocional y la expresión indirecta.

Estas características culturales influyen en cómo se manifiestan los deseos y conflictos inconscientes, creando una experiencia psíquica que puede diferir de la de las culturas occidentales. No obstante, Japón vive actualmente una etapa de modernización y de globalización. Estos cambios están influyendo en cómo se conceptualiza y se experimenta el inconsciente en la sociedad japonesa. En muchas familias japonesas actuales, la sexualidad femenina suele estar ligada a expectativas de pureza y modestia, con una fuerte valoración de la virginidad antes del matrimonio. La promiscuidad de una hija puede generar desaprobación y vergüenza tanto para ella como para su familia, ya que el comportamiento sexual que se desvía de las normas tradicionales puede considerarse una amenaza al honor familiar.

Las mujeres, en este contexto, son frecuentemente objeto de expectativas sociales que controlan su conducta sexual, y la presión por mantener una imagen de «pureza» puede ser abrumadora. La culpa por el comportamiento sexual, especialmente cuando se sale de estas normas, es algo que muchos japoneses experimentan, ya que la sociedad enfatiza la conformidad y la armonía social. Esta culpa no solo está dirigida hacia la persona que se desvía, sino también hacia la familia, que puede sentir vergüenza colectiva. Sin embargo, con el tiempo, las actitudes han comenzado a cambiar, especialmente en las áreas urbanas, donde hay una mayor apertura hacia la libertad sexual femenina, aunque los estigmas todavía persisten en muchos sectores.

El psicoanalista japonés Takeo Doi desarrolló el concepto de «amae» en su influyente obra «The Anatomy of Dependence» (1971), donde propuso una teoría única sobre las relaciones interpersonales y la psicología en Japón. La palabra «amae» proviene del verbo japonés «amaeru», que se refiere a la actitud de depender afectivamente de otra persona con la expectativa de que esa dependencia sea aceptada o tolerada. «Amae» describe la necesidad de ser amado y cuidado de forma indulgente, algo que comienza desde la infancia y tiene repercusiones en la vida adulta. Takeo Doi comenta que esta dependencia es, principalmente en el vínculo con la madre. Una madre japonesa, al adherirse a las expectativas culturales de alta protección y control, puede causar importantes estragos en sus hijos. La sobreprotección puede limitar la autonomía y el desarrollo de habilidades de afrontamiento, impidiendo que los niños aprendan a manejar desafíos por sí mismos. Las altas expectativas y la presión por cumplir con los estándares familiares y sociales pueden generar ansiedad y estrés en los hijos. Además, la tendencia a suprimir la expresión individual en favor de la conformidad puede afectar la autoestima y la identidad personal de los niños.

Finalmente, el énfasis en el «amae» (dependencia emocional) puede llevar a adultos que luchan por desarrollar independencia y relaciones saludables. En términos generales (a nivel cultural) los japoneses actuales intentan liberarse del yugo de madres que evitan la comunicación abierta con los hijos (en temas sexuales, por ejemplo) enfatizando la pureza y la modestia como valores primordiales, lo que acarrea culpabilidad y vergüenza ante el deseo sexual, en ambos géneros. Uno de los problemas más intensos (y que genera culpabilidad extrema) es la demanda que hacen muchas madres japonesas para que los hijos se conformen con las normas impuestas por la sociedad en aras de la armonía.

Las expectativas sociales y familiares sobre el comportamiento «apropiado» pueden ser impuestas de manera muy estricta, reforzando la idea de que la sexualidad debe ser reprimida para mantener la reputación y el honor familiar. En algunos casos, una madre japonesa puede causar varios daños en sus hijos al imponer una estricta represión emocional y sexual. La sobreprotección y las altas expectativas pueden limitar la autonomía y la capacidad de enfrentar desafíos, generando ansiedad y baja autoestima. La falta de comunicación abierta sobre temas importantes puede llevar a confusión y sentimientos de culpa. La presión por cumplir con las normas sociales puede inhibir la expresión propia y el desarrollo personal. El énfasis en la conformidad puede afectar la capacidad de los hijos para desarrollar su subjetividad porque hay un énfasis vital en la armonía y la dependencia dentro de la colectividad. Esto impide que pueda surgir el deseo propio. En mi opinión, Japón es uno de los desafíos actuales para el psicoanálisis, entre otras causas, porque con la globalización, la población japonesa empieza a abrirse a nuevas ideas y nuevas posturas ante el lenguaje y ante el deseo.

Otro problema a destacar en la cultura japonesa es que debido a que tienen el mandato de aparentar que todo es armonía, niegan muchos problemas. Es el caso, por ejemplo del machismo y los feminicidios que son temas complejos porque actualmente hay un incremento en la violencia hacia las mujeres, y lo más preocupa es el hecho de que en Japón, debido a la apariencia y el estigma social, no existe apoyo para los sujetos maltratados. Estos son, en mi opinión, algunos de los desafíos que tenemos hoy en día, para reflexionar juntos, entre oriente y occidente, el psicoanálisis en Japón.

Psicoanalista en Toledo, España,

Fundadora y presidenta de LaTE (Lapsus de Toledo).